Durante décadas, la leche de vaca ha sido un pilar indiscutible en la alimentación de muchas culturas, reconocida por su alto contenido de calcio, proteínas de alta calidad y otros nutrientes esenciales. Sin embargo, en los últimos años, las bebidas vegetales —también llamadas “leches” vegetales— han ganado popularidad, impulsadas por el interés en la alimentación basada en plantas, la intolerancia a la lactosa y la preocupación por el impacto ambiental de la industria láctea. En definitiva, este cambio ha dado lugar a un debate cada vez más intenso: ¿es realmente necesario consumir leche de vaca para una alimentación equilibrada? ¿Las bebidas vegetales pueden ofrecer los mismos beneficios nutricionales? ¿Existe una opción superior o la elección depende de las necesidades individuales de cada persona? ¿Cuáles son las principales diferencias en la composición nutricional entre la leche de vaca y las bebidas vegetales? En primer lugar, como explicó Karen Velásquez Pérez, coordinadora de nutrición de la Clínica Ricardo Palma a Bienestar, es importante tener en cuenta que, las bebidas vegetales son productos elaborados a partir del licuado de ciertos vegetales. Durante su procesamiento, adquieren una apariencia y un color similares a los de la leche, lo que lleva a muchas personas a llamarlas erróneamente “leche vegetal”. Sin embargo, el término correcto es “bebidas vegetales”, además de que la principal diferencia entre ambas radica en su composición nutricional. Por un lado, la leche de vaca es una fuente de proteínas de alto valor biológico, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales y una alta biodisponibilidad. En contraste, la mayoría de las bebidas vegetales tienen un contenido proteico mucho menor, además, sus proteínas suelen ser de menor calidad nutricional. “La leche de vaca tiene aproximadamente 3 g de proteínas por cada 100 ml, mientras que muchas bebidas vegetales, como las de almendra, avena o coco, contienen menos de 1 g/100 ml, salvo la leche de soya, que es la más parecida en este aspecto”, destacó Lorena Saavedra García, docente investigadora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Ignacio de Loyola. Asimismo, Marilyn Montejo, decana de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Científica del Sur señaló que, la leche de vaca actúa como un vehículo para diferentes vitaminas (B2, B12 y D) y minerales (calcio, fósforo y potasio), además de contener lactosa que facilita la absorción de calcio en los huesos. En cambio, las bebidas vegetales necesitan fortificación para alcanzar niveles similares de nutrientes, aunque la absorción de calcio es menor debido a la ausencia de lactosa. En cuanto a las grasas, según Giulianna Saldarriaga, nutricionista de Clínica Internacional, las bebidas vegetales no contienen colesterol y aportan grasas mono y poliinsaturadas (omega 3, 6 y 9), lo que beneficia la salud cardiovascular, excepto la leche de coco, cuyo nivel de grasa puede ser similar al de la leche entera. La leche de vaca destaca por su alto contenido de proteínas, calcio y vitaminas esenciales. En cambio, las bebidas vegetales requieren fortificación para igualar estos nutrientes, aunque aportan grasas saludables y, en algunos casos, fibra. “Una diferencia clave es que ciertas bebidas vegetales contienen fibra, un nutriente ausente en la leche de vaca. En términos energéticos, las bebidas vegetales suelen tener menos calorías que la leche. Mientras que la leche de vaca entera aporta alrededor de 63 kcal por cada 100 ml, las bebidas vegetales contienen, en promedio, la mitad de este valor, por lo que es una opción adecuada para alguien que busca perder peso”, sostuvo Saavedra. No obstante, su contenido calórico varía según el tipo y la presencia de azúcares añadidos. Si bien suelen tener menos azúcares que la leche de vaca, algunas incluyen azúcares añadidos para mejorar el sabor, lo cual se asocia con condiciones como resistencia a la insulina, diabetes e hipertrigliceridemia. En algunos casos, se incorporan edulcorantes no calóricos en su reemplazo; sin embargo, la evidencia científica sugiere que estos también pueden generar alteraciones metabólicas. ¿Qué tipo de leche es más beneficiosas para personas con problemas digestivos? Para personas con problemas digestivo, la elección de la leche dependerá de su tolerancia a los lácteos y de la condición específica que presenten. De acuerdo con la nutricionista de Clínica Internacional, quienes padecen síndrome de intestino irritable (SII) o gastritis deben optar por leches bajas en FODMAPs (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) como la de soya, ya que es menos propensa a causar molestias digestivas, tales como hinchazón y dolor abdominal. “En el caso de las personas con intolerancia a la lactosa, la bebida de arroz es la más recomendable. Básicamente, esto se debe a que las demás “leches” vegetales suelen tener mayor cantidad de grasa y compuestos que pueden ser alergenos para algunas personas. Por ejemplo, la leche de almendras contiene proteínas que pueden ser alergénicas, como la amandina o contener alergenos cruzados con otros frutos secos, por lo que es fundamental revisar las etiquetas”. Por otro lado, Julia Zumpano, nutricionista de Cleveland Clinic, recomendó las bebidas de fácil digestión como la leche de avena, que aporta fibra soluble beneficiosa para el intestino. No obstante, advirtió que algunas personas con SII pueden ser sensibles a la avena, además de que es preferible evitar bebidas con azúcares añadidos o espesantes como la carragenina. Desde otra perspectiva, Velásquez aclaró que la leche de vaca es un alimento proteico de fácil digestión en condiciones normales, pero no puede ser adecuada si hay intolerancia. Por ello, la experta de la Universidad Científica del Sur, sugirió que, si la leche de vaca sigue siendo tolerada, la mejor opción es una versión desgrasada (super light) para evitar la sobreproducción de ácido gástrico en casos de gastritis. ¿Es cierto que la leche de soya puede afectar el equilibrio hormonal? La soya contiene isoflavonas, un tipo de fitoestrógeno, que es un compuesto vegetal con una estructura similar al estrógeno humano. Sin embargo, como indicó la especialista de Cleveland Clinic, los fitoestrógenos en la soya tienen una acción mucho más débil en comparación con el estrógeno producido por el cuerpo. 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