Indecopi prohibió 21 libros en colegio particular y lo multó con S/ 141.433. Habla uno de los escritores | Mike Curato | Colegio Roosevelt | LUCES
Nacido en Nueva York, a Mike Curato le gustó dibujar desde niño, pero también narrar. Dice que los cómics salvaron su hábito de lectura, que fueron un puente entre los libros ilustrados y los de solo prosa. Sin ellos hoy no sería un autor con más de una docena de publicaciones. Hace unas semanas uno de sus libros, “Flamer” (“Incendiario”), hizo noticia al estar entre los 21 textos que el Indecopi prohibió de la biblioteca de secundaria del Colegio Franklin Delano Roosevelt, el más caro del Perú. En la Resolución Final N° 2908-2025/CC2 Indecopi ordenó al colegio “suspender el procedimiento de préstamo de los libros materia de controversia” por 48 horas. En la práctica, una prohibición. Ya hay quienes acusan censura, además de que sentaría un precedente para bibliotecas escolares del país. Otros libros en la lista son “Yo, él y Raquel” de Jesse Andrews y “Las ventajas de ser invisible” de Stephen Chbosky, ambos llevados al cine, y también “Ojos azules” de Toni Morrison, ganadora del Premio Nobel de Literatura de 1993. Los libros están en la biblioteca en su versión original en inglés. Además el colegio fue multado con 26,38 UIT, equivalente a S/ 141.433. El cuestionamiento llegó tras una denuncia de la Asociación Internacional de Consumidores y Usuarios de Seguros, según la cual el Roosevelt “habría puesto a disposición material bibliográfico con contenido totalmente inadecuado” para los estudiantes que “afectaría la salud mental”. Sobre el libro de Curato, la resolución lo describe así: “Novela gráfica sexualmente explícita. A pesar de que el autor ha tratado de incluir temas como acoso por raza y orientación sexual, así como contemplar el suicidio, la novela es muy gráfica y fuerte sexualmente, no es apropiada ni enriquecedora para la mente de menores de edad”. Portada de «Flamer», de Mike Curato. / Henry Holt and Company Habla el autor “Ese lenguaje me parece confuso e inexacto”, contó Curato en entrevista con El Comercio. “Cuando dicen que no enriquece mentes, ese fue todo mi objetivo, representar voces pasadas por alto y ayudar a entender a gente poco representada. El objetivo del libro es el enriquecimiento”. Curato está familiarizado con las prohibiciones. La Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos incluyó “Flamer” entre los 10 libros más desafiados del 2024, sea por censura o prohibición. Su autor contó que en estas prohibiciones no se discute que su obra también es sobre la prevención del suicidio. “Se supone que es una especie de bote salvavidas para un adolescente que está luchando con su identidad”. Si bien “Flamer” es una obra de ficción, está basado en hechos reales de la vida de Curato, quien fue boy scout, experiencia relatada al detalle en el texto. En parte memoria, en parte ‘coming of age’, su autor menciona que la prohibición del libro en Estados Unidos encaja en una narrativa política donde el gobierno se ha involucrado. “Este es un asunto muy resbaladizo y estoy seguro que el mundo está mirando cómo los derechos y libertades tradicionales de Estados Unido están siendo erosionados”, dijo. A continuación, la entrevista con Curato: —En la década anterior publicaste varios libros para niños. ¿Qué te llevó a finalmente publicar “Flamer” en 2020? Toni Morrison dijo una vez que si un libro que quieres leer no existe, tienes que escribirlo. Y “Flamer” fue la historia que me hubiera gustado tener cuando era adolescente. Me sentí obligado a contar esa historia y, como los cómics fueron tan importantes para mí de adolescente, ese es el formato que quería usar para transmitirla —¿Y qué tan seguido piensas sobre tu vida en los años 90? Uno podría asumir que pasaste un tiempo considerable revisitando esa época si se considera todo lo que incluiste en el libro. Creo que nuestras infancias dan forma lo que nos convertimos como adultos. Mucho de mi trabajo requiere que vuelva en el tiempo y recuerde cómo era ser un niño. Así que me paso bastante tiempo recordando, leyendo diarios personales viejos. Tenía una amiga por correspondencia al igual que Aiden en “Flamer”. Y ella conservó cada carta que le escribí y me las envió. Así que pude usar eso como una especie de cápsula de tiempo para viajar al pasado y recordar cómo era [esa época]. Si bien la historia está ambientada en los 90, siento que todavía es muy relevante hoy porque, por más progreso que hayamos hecho desde entonces, hay muchos lugares que todavía se sienten como en los 90, especialmente para personas LGBTQ. Especialmente ahora en los Estados Unidos porque nuestros derechos están siento continuamente desafiados. Creo estas historias son importantes para validar la experiencia de la gente. Lo que usualmente no se habla en la cultural de la prohibición de libros es que “Flamer” es un libro sobre la prevención del suicidio y se supone que es una especie de bote salvavidas para un adolescente que está luchando con su identidad y una ventana para personas no LGBTQ para entender cómo es eso para una persona de su edad, y eso puede ser la semilla de la empatía. Tenemos que ser capaces de vernos los unos a los otros primero como seres humanos. —El nivel de detalle en las dinámicas masculinas de “Flamer” me llamó la atención. Bajo los estándares de hoy, son bastante tóxicas. Sentí que era importante presentar la masculinidad tóxica en el libro porque es omnipresente en la cultura occidental, pero es algo que no siempre se menciona. Estas son conductas aprendidas. De niño veía a otros imitar el machismo de su padre, y creo que esa es una edad muy delicada. Estamos empezando a sentir esa transición entre la niñez y la adultez. Siento que los adolescentes se comportarán de manera tóxica para probar que sí, me estoy convirtiendo en un hombre y tengo poder y agencia y te pisaré para sentirme más grande. Y ese es un problema especialmente cuando los jóvenes no tienen supervisión adulta. Yo fui alguien a quien hicieron mucho bullying de niño. No tenía esa sensación de agencia o











