F1 | Lawson: el experimento que Red Bull no pudo sostener | DEPORTE-TOTAL
Red Bull siempre ha jugado al límite. Lo hizo cuando subió a Verstappen con 17 años y les salió redondo. Pero no todas las apuestas terminan en victoria. Sentar a Liam Lawson en el segundo asiento —echando a Checo Pérez— olía más a salto al vacío que a jugada maestra. Lawson tenía condiciones, nadie lo niega. En 2023 brilló en AlphaTauri, cumpliendo con creces bajo poca presión. Pero una cosa es correr sin nada que perder y otra muy distinta es sobrevivir al lado de Max Verstappen. En Red Bull no hay curva de aprendizaje ni paños tibios: o sumas, o te trituran. El arranque de 2025 no miente: Red Bull no está para experimentos. McLaren arrasó en China con un 1-2 impecable, Mercedes resucitó en el podio y Red Bull se fue con Verstappen cuarto y Lawson vagando perdido, sin un punto. El equipo necesita un segundo piloto que sostenga la pelea, no un novato que se ahogue en ella. Lawson, en dos fechas, dejó en claro que estaba muy lejos de esa línea. La comparación, inevitable, de Lawson con Andrea Kimi Antonelli lo deja peor. El italiano desembarcó en Mercedes este año y, en vez de naufragar, clavó un cuarto en Australia y puntos en China. Talento puro, sí, pero con un equipo que lo cobija y lo lleva de la mano. Lawson, en cambio, cayó en Red Bull sin red, con la presión apretándole el cuello desde el primer día. Dos carreras sin puntos, cada mensaje por radio suena más a pedido de auxilio que a reporte de pista, y la sensación es que estaba a un tropiezo de sumarse a las tumbas de promesas que Red Bull ha cavado. Porque esa lista pesa. Daniil Kvyat (2015-2016): 23 carreras y a Toro Rosso. Pierre Gasly (2019): 12 Grandes Premios y fuera. Alex Albon (2019-2020): dos temporadas y el portazo. Jóvenes, talentosos, aplastados por el asiento más cruel de la Fórmula 1. Los números cantan claro. En 2024, Red Bull abrió con doblete en Baréin y victoria en Arabia: más de 80 puntos en dos fechas, Verstappen intratable. Este 2025, apenas 57 puntos en el mismo tramo, con un auto que ya no asusta. Cuando la ventaja se desvanece, no puedes cargar con un segundo piloto que no sume. Y Lawson no sumó. Sacar a Checo, además, pareciera hoy que no es solo un tema de pista. La sensación actual es que la calidad del mexicano ha dinamitado uno de los pocos mercados que Red Bull tenía ganado fuera de Europa, espantar sponsors y apagar la pasión de millones de fans que vinieron con él. Lawson no traía nada que llene ese hueco. Ni cerca. Peor aún, su inexperiencia es un lastre técnico. En una Fórmula 1 donde cada milésima cuenta, un novato aporta poco al desarrollo del auto. Menos cuando el título está en la cuerda floja y cada dato vale oro. Red Bull necesita puntos, no apuestas. Porque los campeonatos se ganan en los detalles, y el reloj de Lawson ya marcó en rojo rápidamente. En Red Bull lo saben. Y la historia también. Por eso la reciente decisión de Red Bull de reemplazar a Lawson por Yuki Tsunoda a partir del Gran Premio de Japón confirma lo que muchos temían: la apuesta por el neozelandés resultó demasiado arriesgada en un momento crítico para la escudería. Tsunoda, con más experiencia en la Fórmula 1, llega con la misión de aportar estabilidad y puntos necesarios para mantener a Red Bull en la lucha por el campeonato. El tiempo dirá si este cambio es suficiente para revertir la situación, pero una cosa es segura: en la Fórmula 1, las apuestas arriesgadas pueden costar muy caro. Source link
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