Cinco actividades extracurriculares que potencian la concentración y creatividad en niños con TDAH | neurodiversidad | HOGAR-FAMILIA
Imagina a un niño que se mueve sin parar, interrumpe conversaciones sin darse cuenta, pierde la concentración con facilidad y lucha por mantenerse quieto en el aula. Para muchos padres y profesores, esto puede parecer simplemente una cuestión de “energía inagotable”, pero cuando estas conductas afectan el aprendizaje, las relaciones sociales y la vida cotidiana, pueden ser señales de un Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Según explicó María Alexandra Becker, especialista en psicología infanto-juvenil a Hogar y Familia, este es un trastorno neuropsiquiátrico crónico originado por un desequilibrio bioquímico cerebral que dificulta la organización, la gestión de impulsos y la atención sostenida. “En los niños, se manifiesta a través de dificultades para enfocarse en las tareas, un exceso de energía que los lleva a moverse constantemente y una tendencia a actuar sin pensar en las consecuencias. Estas características pueden generar desafíos tanto en el colegio—con problemas para completar actividades o seguir instrucciones—como en su vida social, afectando la relación con sus compañeros y su autoestima”, agregó Alberto Alegre Bravo, psicólogo y coordinador académico de la carrera de psicología de Continental Florida University. A menudo, estos pequeños se enfrentan a etiquetas injustas de “desordenados”, “rebeldes” o “difíciles”, cuando en realidad lo que necesitan no es más control, sino estrategias efectivas para canalizar su energía, fomentar la confianza en sí mismos y desarrollar su potencial. Aquí es donde las actividades extracurriculares juegan un papel clave como grandes aliadas para estos niños. ¿Por qué las actividades extracurriculares son beneficiosas para los niños con TDAH? Las actividades extracurriculares pueden ser altamente beneficiosas para los niños con TDAH, ya que contribuyen al desarrollo de una serie de habilidades clave. De acuerdo con el psicólogo, estos espacios mejoran la concentración al ofrecer un entorno estructurado con reglas y objetivos claros. La práctica repetitiva y el refuerzo positivo les ayudan a desarrollar una mayor capacidad de enfoque y autorregulación. Además, las actividades creativas y lúdicas son especialmente efectivas para mantener su interés y evitar el aburrimiento, un factor que suele interferir con su desempeño académico. Participar en actividades con horarios y rutinas establecidas enseña a los niños con TDAH a planificar, priorizar tareas y mejorar su capacidad de organización. “Otro beneficio clave es la mejora en la organización y la gestión del tiempo. Participar en actividades con horarios definidos y rutinas establecidas enseña a los niños a planificar y priorizar tareas, habilidades que pueden trasladar a su vida escolar y cotidiana. De esta manera, fomentan un compromiso progresivo que los ayuda a desarrollar hábitos que favorecen su autonomía”. En términos de bienestar emocional, estas actividades fortalecen la autoestima y la confianza en sí mismos. El reconocimiento de sus logros en un ambiente de apoyo refuerza su autopercepción positiva y les brinda oportunidades para descubrir sus talentos y desarrollar un sentido de identidad. Además, como añadió la especialista en psicología infanto-juvenil, estas experiencias fomentan la resiliencia, ya que aprenden a enfrentar y superar desafíos de manera constructiva. Asimismo, estas actividades pueden ser una herramienta valiosa para la regulación de la energía y el control de la impulsividad. Alegre destacó que las actividades físicas, como los deportes, permiten canalizar la hiperactividad, mientras que aquellas con reglas estructuradas enseñan a los niños a seguir normas, esperar turnos y controlar sus impulsos. En esta misma línea, Tatiana Mogollón, psicóloga y docente, reforzó esta idea al señalar que la repetición de rutinas y el enfoque en objetivos específicos favorecen el desarrollo del autocontrol y la paciencia. La interacción social también se ve beneficiada. Tanto Alegre como Mogollón coincidieron en que estas actividades enseñan a los niños a colaborar en equipo, respetar normas y desarrollar empatía, habilidades fundamentales para su integración en distintos entornos. Por su parte, María Alexandra Becker resaltó que este tipo de experiencias les permite practicar estas habilidades en un ambiente menos exigente que el escolar, lo que facilita su transferencia a otros contextos. ¿Qué características debe tener una actividad extracurricular? Para ser efectiva, una actividad extracurricular debe combinar estructura y flexibilidad. Igualmente, debe contar con reglas claras y consistentes, pero también adaptarse a las necesidades del niño. Como recalcó la psicóloga Mogollón, es importante que sea variada, interactiva y que permita el movimiento físico para evitar el aburrimiento. Además, debe fomentar la autonomía, el desarrollo de habilidades sociales, físicas o creativas, y ofrecer un ambiente inclusivo con refuerzos positivos y retroalimentación constante. “Las actividades estructuradas, como los deportes o las artes marciales, brindan rutinas y reglas que ayudan a reducir la ansiedad, mejorar la atención y desarrollar habilidades organizativas y de autocontrol. Sin embargo, su rigidez puede generar frustración y limitar la creatividad. Por otro lado, las actividades más libres, como el arte o la música, favorecen la expresión personal y reducen el estrés, aunque pueden dificultar la concentración sin una estructura adecuada. Por ello, lo ideal es encontrar un equilibrio entre organización y creatividad.”, aseguró Becker. El reconocimiento de sus logros en un ambiente de apoyo fortalece la confianza y la autoestima de los niños con TDAH. ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan los niños con TDAH en las actividades extracurriculares? De acuerdo con el experto de Continental Florida University, los niños con TDAH pueden enfrentar dificultades para mantener la concentración durante períodos prolongados, seguir instrucciones y respetar normas establecidas. También pueden experimentar frustración si no logran sus objetivos rápidamente y mostrar impulsividad, lo que puede generar conflictos con otros niños o dificultar el trabajo en equipo. Además, ciertos entornos pueden resultar sobreestimulantes y provocar ansiedad o desinterés. “Para favorecer su participación, es clave establecer expectativas claras, reforzar sus logros con comentarios positivos y ofrecer apoyo constante. Adaptar las reglas de manera flexible, permitir pausas cuando sea necesario y enseñar estrategias de autorregulación pueden facilitar su integración”, sostuvo Mogollón. ¿Cómo pueden los padres identificar qué tipo de actividad es la más adecuada para su hijo con TDAH? Para identificar la actividad más adecuada para un niño con TDAH, es fundamental observar sus intereses, nivel de energía y capacidad de concentración. Probar diferentes opciones