La picazón vaginal es una de esas molestias que casi todas las mujeres han sentido alguna vez. Incomoda, interrumpe la rutina y, para colmo, suele ser un tema difícil de conversar. Apenas aparece, muchas piensan de inmediato: “seguro es candidiasis”. Y aunque este hongo es una de las causas más comunes, no siempre es el verdadero culpable. El problema surge cuando, por vergüenza o apuro, recurrimos a la automedicación con cremas o remedios caseros sin un diagnóstico previo. El resultado suele ser confusión y síntomas que no mejoran. Por eso, aprender a reconocer las señales, diferenciar la candidiasis de otras afecciones y saber cuándo acudir al médico no solo ayuda a aliviar la picazón, sino que también evita complicaciones y recurrencias. Newsletter Sanar en Espiral Samanta Alva ofrece consejos prácticos y herramientas para tu bienestar, todos los jueves. Recíbelo ¿Qué es la candidiasis y por qué aparece? La candidiasis vaginal es una infección provocada por el crecimiento excesivo del hongo Candida albicans. Como explicó la doctora Oluwatosin Goje, obstetra y ginecóloga de Cleveland Clinic a Bienestar, este microorganismo vive normalmente en pequeñas cantidades dentro de la vagina y, en equilibrio con las bacterias protectoras, no genera problemas. Sin embargo, cuando ese balance se rompe, el hongo se multiplica y aparecen síntomas como irritación, ardor y un flujo característico. “Entre un 10% y 20% de las mujeres en edad reproductiva pueden tener colonización de Candida sin presentar síntomas”, aseguró Rolando Hernández, ginecólogo obstetra y docente de la carrera de Medicina Humana de la Universidad San Ignacio de Loyola. Por su parte, la doctora Paola Marín, docente de la carrera de obstetricia de la Universidad Científica del Sur, señaló que ciertos factores aumentan el riesgo: uso de antibióticos de amplio espectro, diabetes no controlada, embarazo, inmunosupresión, VIH, anticonceptivos con estrógenos, ropa interior ajustada o sintética, permanecer mucho tiempo con humedad (como con ropa de baño mojada), jabones perfumados y duchas vaginales que alteran el pH natural. “Es importante saber que la candidiasis no es una ITS, aunque los síntomas puedan confundirse. Tampoco está relacionada con la falta de higiene; de hecho, el exceso de lavados o el uso de duchas vaginales son los que alteran el pH y predisponen a la infección. Otro mito común es pensar que toda picazón vaginal es candidiasis, cuando pueden existir otras infecciones o problemas dermatológicos con síntomas similares”. Flujo blanco y grumoso, ardor al orinar y dolor en las relaciones son síntomas clásicos de candidiasis. Pero algunas mujeres pueden tener la infección sin presentar molestias evidentes. Más allá de la picazón: síntomas claros o silenciosos Cuando se habla de candidiasis, la primera imagen que viene a la mente es la picazón intensa en la zona íntima. Y no es casualidad. Según la doctora Goje, este prurito suele ser constante y tan molesto que llega a interferir con el descanso, la vida diaria y la intimidad sexual. “Muchas mujeres buscan atención médica precisamente por esta incomodidad que, aunque pueda aliviarse momentáneamente al rascarse, en realidad empeora la irritación y el enrojecimiento de la piel”. Pero la picazón no llega sola. El ginecólogo Renato Sánchez, de la Clínica Ricardo Palma, recalcó que también son frecuentes el flujo vaginal espeso, blanco y grumoso, enrojecimiento, hinchazón, ardor al orinar, dolor en las relaciones sexuales e incluso, en algunos casos, pequeñas fisuras alrededor de la vulva que aumentan la molestia. “El aspecto del flujo es, de hecho, tan característico que muchas pacientes lo describen de la misma manera: “se parece al yogurt o al queso cottage”. Y esta comparación no es exagerada, sino una realidad ampliamente reconocida. El flujo por candidiasis es blanco, grumoso y sin olor fuerte, lo que lo diferencia de otras infecciones vaginales que presentan secreciones más líquidas, de color variado o con mal olor”, detalló Angélica Landauro, ginecóloga de Clínica Internacional Ahora bien, no todo es tan evidente. Aunque la picazón y el flujo llamativo son las señales más conocidas, no todas las mujeres presentan síntomas claros. Algunas pueden tener molestias muy leves o incluso ser completamente asintomáticas. Esto significa que la candidiasis puede estar presente sin que la paciente se dé cuenta de inmediato, lo que refuerza la importancia de no minimizar los cambios, por pequeños que parezcan. ¿En qué se diferencia de otras infecciones vaginales? Cuando hablamos de infecciones vaginales, es común que muchas mujeres piensen de inmediato en la candidiasis. Sin embargo, no todas las molestias íntimas tienen el mismo origen ni se manifiestan de la misma manera. De acuerdo con Hernández, la vaginosis bacteriana está producida principalmente por la bacteria Gardnerella vaginalis y tiene un signo muy característico: un flujo grisáceo con un olor penetrante, descrito incluso como a “pescado podrido”. Algo totalmente distinto al flujo blanquecino y grumoso típico de la candidiasis. Por otro lado, las infecciones de transmisión sexual (ITS) representan otro escenario. Enfermedades como clamidia, sífilis, VIH, VPH o herpes generan síntomas muy variados. Por ejemplo, como explicó la experta de Clínica Internacional, la tricomoniasis, una ITS frecuente, se distingue por producir un flujo amarillento, espumoso y con ardor intenso. La candidiasis, en cambio, suele asociarse más a picazón y molestias durante o después de las relaciones sexuales. No todo flujo es candidiasis. Solo un médico, con examen y pruebas, puede confirmar la causa real. Automedicarse puede complicar el problema. “Las infecciones vaginales también pueden deberse a bacterias, parásitos o virus. Además, la inflamación del cuello uterino suele manifestarse con flujo vaginal, lo que cambia por completo el diagnóstico y el tratamiento”, enfatizó Fidel Quispe especialista en ginecología y obstetricia de SANNA Clínica El Golf. Confirmar el diagnóstico: lo que no debes pasar por alto Aunque los síntomas clásicos —como picor, enrojecimiento y un flujo blanco espeso— pueden orientar rápidamente al diagnóstico, quedarse solo en la intuición clínica puede ser un error. Según Oluwatosin Goje, para confirmarlo, el médico puede tomar una muestra del flujo vaginal y observarla al microscopio, lo que permite identificar el hongo y, sobre todo, descartar otras causas de vaginitis que se presentan con signos