Algas, el método para limitar el metano del ganado y luchar contra el cambio climático Garfield al descubierto: científicos resuelven el enigma de los gatos naranja El niño está recibiendo atención médica y todas las personas con las que tuvo contacto desde su reingreso al país están siendo monitoreadas. ¿Pero, cabe preguntarse por qué con un solo caso registrado se pone en marcha este riguroso protocolo? MIRA: Una estudiante con TDAH encontró la mejor forma de usar ChatGPT para estudiar para un examen ¿Qué es el sarampión y cuál es su peligro? ¿Qué se sabe sobre la alerta mundial por posible propagación del sarampión y aumento de casos en Estados Unidos? | Foto: Andina El virus del sarampión es un agente biológico altamente contagioso, considerado uno de los patógenos más transmisibles entre los humanos. Posee un número básico de reproducción (R0) de 12–18. Esto significa que una persona puede contagiar a hasta 18 personas si no están vacunadas. La enfermedad afecta principalmente a los niños. Se transmite a través de vías respiratorias, a través de la tos y los estornudos o el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas. Algunos de sus síntomas son fiebre alta, tos, secreción nasal, conjuntivitis, y erupción en la piel. Complicaciones graves incluyen neumonía, encefalitis, ceguera y muerte, especialmente en menores de 5 años, embarazadas y personas inmunocomprometidas. El pico de los 90: epidemia nacional El origen del sarampión en nuestro país se remonta a la llegada de los conquistadores. Enfermedades como esta, la viruela y la gripe, desconocidas hasta ese entonces en estas latitudes del mundo, causaron epidemias desastrosas que acabaron con gran parte de la población nativa. Pintura de la llegada de Cristóbal Colón a la isla de Borinquen, actual San Juan de Puerto Rico. (Imagen de difusión) En el libro ’Discurso de la enfermedad del sarampión’ (1694), el médico Francisco Bermejo y Roldán describe sus síntomas, causas y remedios. Entre los tratamientos recomendados estaban la sangría, purga y purificación del aire, además de remedios naturales como aceite de almendras o cebada tostada. Se estima que el 95% de la población total de América murió por enfermedades importadas tras la llegada europea. El historiador Villanueva Sotomayor calcula que entre 1532 y 1620 se perdieron 14.4 millones de personas solo en Perú. El último brote epidémico ocurrió entre 1992 y 2000: hubo 26.983 casos confirmados y 382 fallecidos, siendo el año 92 el que registró mayor número de contagios (22.605) con una tasa de letalidad de 1,56%. La respuesta del Estado: vacunación masiva “El sarampión, no tiene cura, al igual que el VIH es un virus. Y el tema con los virus es que tienden a mutar con facilidad”, señala Ingrid Livia, jefa del servicio de vacunación del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN). De acuerdo con la especialista, no es fácil desarrollar un tratamiento específico para una enfermedad viral, ya que su ARN es complejo. Por eso en la actualidad no existen tratamientos para muchas enfermedades de origen viral, incluido el sarampión. “La mejor manera de evitar un brote que termine en epidemia es la vacunación”, comenta. En 1954 se aisló el virus en EE.UU. y en 1963 se desarrolló la primera vacuna atenuada. En el Perú, desde la década de los 90, se aplicó la estrategia de “puesta al día” promovida por la OMS y la OPS: vacunar a menores de 15 años y luego mantener campañas de seguimiento para menores de 5. Desde entonces, se hicieron una serie de ajustes en los esquemas de vacunación. Actualmente, se continúa con el esquema de vacunación. “Dentro del esquema regular del menor de 5 años, son dos las dosis que aplicamos. La primera, al año de edad; y la segunda, a los 18 meses. Esto está establecido por la norma técnica. Pero si el niño tuviera algún tipo de retraso, puede recibir la vacuna hasta los 5 años dentro del esquema de rescate”, explica Livia. La aplicación de esta estrategia produjo como resultado una reducción importante de contagios; como consecuencia hubo una disminución sostenida de los casos incidentes de sarampión en el país: 1,750 casos confirmados para 1996; 94 para 1997; 10 para 1998; 12 para 1999 y 1 para el 2000. Las primeras vacunas aplicadas cubrían únicamente el sarampión. La vacuna actual, conocida como triple vírica, protege también contra la rubeola y la parotiditis (paperas). “Para poder implementar una estrategia sanitaria como la vacunación, primero deben existir políticas claras. Y esas políticas tienen que hablar un idioma común, uno que todos entendamos. Es fundamental transmitir confianza al público: que los padres sepan qué vacuna se está aplicando, que haya seguimiento, que podamos llegar hasta sus casas. En Perú, hasta hoy, seguimos vacunando casa por casa. Es el Estado quien lleva la vacuna al domicilio y esa ha sido una de las estrategias que mejor nos ha funcionado”, comenta la especialista del INSN. Desde el 2000 que no se detecta un caso autóctono de sarampión, aunque sí ha habido brotes de casos importados, por ejemplo, ante la llegada masiva de inmigrantes venezolanos. El día 27 de septiembre del 2016 en Washington, DC, la Región de las Américas fue la primera del mundo en ser declarada libre de sarampión. La amenaza del retroceso Gracias a las campañas mundiales de vacunación, según la OMS, se han logrado prevenir exitosamente 56 millones de muertes entre 2000 y 2021. No obstante, pese a contar con vacunas seguras y rentables, aún se registran casos y muertes por la enfermedad. La pandemia de COVID-19 impactó negativamente a la vacunación de enfermedades inmunoprevenibles al interrumpir el comercio de vacunas. Fotos: Julio Rea–o/@Photo.gec / JULIOREA “Se debe a interrupciones en servicios de salud durante la pandemia, desinformación por grupos antivacunas y la complacencia por ausencia de enfermedad durante años”, menciona a este Diario el infectólogo pediatra e investigador de la Universidad Científica del Sur José López Revilla. Efectivamente, la pandemia del covid-19 impactó negativamente a la vacunación de enfermedades inmunoprevenibles al interrumpir el comercio de vacunas, reducir la accesibilidad