La salud de la próstata es un tema de gran relevancia para los hombres, especialmente a medida que envejecen. A partir de los 40 años, muchos hombres comienzan a experimentar cambios en esta pequeña glándula del aparato reproductor masculino, lo cual desencadena una serie de problemas, como la hiperplasia benigna o la prostatitis. En definitiva, estos trastornos despiertan la preocupación entre la población masculina, dado que pueden afectar no solo la calidad de vida diaria, sino que también pueden impactar significativamente en la vida sexual, incluyendo complicaciones como la disfunción eréctil. Según señaló el doctor José Antonio Grandez, urólogo y CEO de InSalud a Bienestar, se estima que más del 80% de los hombres va a sufrir de algún problema de próstata a lo largo de su vida, siendo la hiperplasia prostática benigna la más común. Además, el 40% de los pacientes mayores de 40 años comienzan a presentar disfunción eréctil. Sin duda, estas cifras reflejan, en parte, la falta de conocimiento de muchos hombres, quienes desconocen que la clave para mejorar la salud de la próstata no solo radica en tratamientos médicos, sino también en adoptar hábitos preventivos, como el ejercicio, el manejo del estrés y, en especial una alimentación adecuada. “Es un hecho indiscutible que el estilo de vida moderno tiene un efecto directo sobre la salud prostática. En los últimos años, diversos estudios han comparado poblaciones asiáticas, que suelen seguir una dieta equilibrada rica en frutas, vegetales y grasas saludables y, principalmente, baja en carbohidratos, con las poblaciones occidentales, donde predomina una alimentación hipercalórica caracterizada por los alimentos procesados, grasas saturadas y exceso de carnes rojas. Los resultados muestran que el tamaño promedio de la próstata es significativamente menor en las personas asiáticas, por lo que presentan un menor riesgo de desarrollar problemas en la salud prostática, como hiperplasia o cáncer”. ¿Cuál es la función de la próstata en el cuerpo masculino? La próstata es una glándula del tamaño de una nuez, ubicada debajo de la vejiga de los hombres, cuya función principal es producir líquido prostático, el cual forma parte del semen y protege y nutre los espermatozoides. Asimismo, como explicó Petar Bajic, urólogo de Cleveland Clinic, las contracciones de la próstata durante la eyaculación ayudan a expulsar el semen hacia la uretra, lo que significa que esta glándula desempeña un papel clave tanto en la fertilidad, al contribuir al transporte y viabilidad de los espermatozoides, como en la salud sexual, ya que está relacionada con la función eréctil y la eyaculación. A partir de los 40 años, es común que los hombres experimenten cambios en la próstata, siendo la hiperplasia prostática benigna (HPB) una de las afecciones más comunes. Este agrandamiento no canceroso de la glándula puede ocasionar síntomas molestos, como dificultad para orinar, y, en algunos casos, problemas en la función sexual. “Igualmente, la próstata es una parte anatómica clave del aparato urinario. Al rodear la uretra, el conducto que trasporta la orina desde la vejiga hacia el exterior, debido a esta proximidad, su tamaño y estado influye directamente en la micción. Básicamente, contribuye al control del flujo urinario, ya que contiene fibras musculares lisas que se contraen y relajan, regulando así la apertura y cierre de la uretra durante la micción”, expresó el doctor Jorge Stucchi, urólogo del Centro Médico Clínica Ricardo Palma – Sede Plaza Lima Sur. ¿Cuáles son los principales problemas de salud de la próstata? De acuerdo a José Siles, urólogo de la Clínica Internacional, a lo largo de la vida, la próstata puede enfrentar varios problemas de salud, incluyendo: Hiperplasia prostática benigna (HPB): Esta condición hace referencia al aumento no canceroso del tamaño de la próstata, la cual puede causar problemas urinarios, como dificultad para orinar o necesidad frecuente de micción. De igual modo, puede impactar en la calidad de la vida sexual, puesto que se suele asociar con problemas de disfunción eréctil y disminución del deseo sexual. Prostatitis: Es la inflamación de la próstata que puede ser aguda o crónica, causada principalmente, por infecciones bacterianas o estrés. Este problema de salud prostático puede ocasionar dolor y síntomas urinarios, así como también disfunción eréctil temporal. Cáncer de próstata: Este es uno de los cánceres más comunes en los hombres y puede llegar a afectar gravemente la salud si no se detecta a tiempo. Dependiendo del tipo de tratamiento, como prostatectomía o radioterapia, también puede impactar en la función sexual. Según la Organización Panamericana de Salud (OPS), con más de 412.000 nuevos casos y más de 85.000 muertes, el cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente en las Américas y el segundo más mortal entre los hombres. ¿De qué manera la alimentación influye en la salud de la próstata? A lo largo de los años, como refirió el doctor Stucci, diversos estudios han señalado que la dieta mediterránea es la más adecuada para prevenir o reducir el riesgo de problemas de próstata, ya que se basa en el consumo de legumbres, nueces, frutas, frutos secos, aceite de oliva y pescados. Por esta razón, como indicó la nutricionista Giulianna Saldarriaga, los siguientes nutrientes pueden favorecer al cuido de la salud de la próstata: Frutas y verduras: Están compuestas por antioxidantes que pueden ayudar a prevenir el daño celular y, potencialmente, reducir el riesgo de cáncer de próstata. Por lo tanto, se recomienda comer frutas y verduras todos los días y de tres colores como mínimo, entre lo que se destacan el brócoli por sus propiedades protectoras y el tomate por su alto contenido de licopeno. Grasas saludables: De igual forma, las grasas saludables, como los ácidos grasos omega-3, juegan un papel crucial en la protección contra el estrés oxidativo y la inflamación, dos factores estrechamente relacionados con el cáncer de próstata y la hiperplasia prostática benigna. Esto podemos encontrarlo en alimentos, como el pescado, el aceite de oliva, la palta, los frutos secos, las nueces, el sacha inchi, entre otros. Fibra: Una dieta rica en fibra, que incluya granos enteros, legumbres, frutas y verduras puede ayudar a mejorar la