agua con limón en ayunas no te hará bajar de peso, pero sí te brinda estos beneficios a la salud | BIENESTAR
En los últimos años, el hábito de beber agua con limón en ayunas ha pasado de ser un simple consejo casero a convertirse en uno de los rituales de bienestar más difundidos en las redes sociales. TikTok, Instagram y YouTube se han convertido en las vitrinas perfectas donde miles de personas, influencers y celebridades comparten esta práctica matutina como la clave de una vida más saludable. Esto gracias a las diferentes promesas que la acompañan: ayuda a bajar de peso, desintoxica el cuerpo, mejora la digestión, embellece la piel, acelera el metabolismo o incluso fortalece el sistema inmune. Como explicó la nutricionista Isabel Ríos, de Clínica Internacional a Bienestar estas afirmaciones son las que más suelen repetirse en redes y conversaciones cotidianas, reforzando así la percepción de que el agua con limón es casi una solución mágica. Newsletter Sanar en Espiral Samanta Alva ofrece consejos prácticos y herramientas para tu bienestar, todos los jueves. Recíbelo Sin embargo, su atractivo no solo responde a lo que promete, sino en cómo se comunica. Según Beth Czerwony, nutricionista de Cleveland Clinic, parte de su éxito radica en que es una acción sencilla, económica y fácil de ritualizar, a diferencia de otros cambios de estilo de vida que exigen más disciplina —como entrenar a diario o planificar una dieta balanceada—, aquí basta con un gesto rápido que transmite sensación de autocuidado. “Su popularidad no se explica tanto por la evidencia científica, sino en la forma en que operan las tendencias de salud y bienestar en redes sociales y medios de comunicación. Ver a figuras públicas bebiendo agua con limón en las mañanas genera un poderoso efecto de imitación: lo que empieza como una moda se convierte en un ritual colectivo. Además, la narrativa que lo rodea lo hace irresistible: es un remedio casero ancestral y natural, pero con la promesa de transformar el cuerpo de manera visible. Testimonios, videos virales y mensajes de “antes y después” terminan por reforzar la idea de que estamos frente a una cura milagrosa para todos”, señaló Gianina López, nutricionista de Sanitas Consultorios Médicos. ¿Son reales los beneficios o es solo un mito? De acuerdo con López, el verdadero valor de este hábito está, sobre todo, en la hidratación matutina. Tras varias horas de sueño, el organismo se encuentra naturalmente deshidratado, y el simple hecho de beber agua contribuye a restablecer funciones básicas como la regulación de la temperatura, el transporte de nutrientes y la eliminación de desechos. En ese sentido, el principal beneficio proviene más de la costumbre de hidratarse al levantarse. Su verdadero valor está en hidratar al organismo al despertar y aportar un modesto extra de vitamina C y antioxidantes. Además, añadir limón aporta un toque de sabor que rompe la monotonía del agua simple y puede disminuir la preferencia por bebidas azucaradas. “Este cítrico suma vitamina C, esencial para la síntesis de colágeno, la salud de la piel, los huesos y el tejido conectivo, al mismo tiempo que contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico, aunque la cantidad en un vaso típico (unos 10–15 mg) es modesta frente a los 75–90 mg diarios recomendados. Por eso, para que el aporte de vitamina C sea relevante haría falta el jugo de medio limón o más”. La ciencia también ha explorado otros posibles efectos. Algunos estudios en animales y en intervenciones dietéticas sugieren que los compuestos bioactivos del limón, como los flavonoides, podrían ejercer acciones antioxidantes, antiinflamatorias e incluso colaborar en la regulación del metabolismo lipídico. Igualmente, se ha observado que el ácido cítrico presente en el limón puede reducir el riesgo de formación de cálculos renales, al aumentar los niveles de citrato en el organismo e impedir la unión del calcio con otras sustancias. No obstante, la dosis de jugo de limón en un vaso matutino suele ser insuficiente para generar un impacto preventivo significativo, ya que los estudios se basan en ingestas mucho más altas. En cuanto al sistema inmune, Román Acevedo, docente de la carrera de nutrición y dietética de la Universidad San Ignacio de Loyola, aclaró que, aunque la vitamina C podría acortar la duración e intensidad de los resfriados, no hay evidencia de que prevenga su aparición. Lo mismo sucede en el terreno digestivo, pues algunas personas reportan que el agua tibia con limón estimula la producción de saliva y jugos gástricos, generando un ligero alivio en la digestión; no obstante, estos efectos son más subjetivos que clínicamente comprobados. “La realidad con respecto a este hábito es que, la literatura científica revisada por diversas entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que los beneficios son mínimos y no superiores a otros hábitos saludables como una dieta equilibrada”, recalcó Melissa Sotelo, nutricionista de SANNA División Ambulatoria. Por eso, es imposible sostener que el agua con limón sea una bebida “milagrosa” que promueva una desintoxicación o quema de grasas. Más bien, se trata de un hábito sencillo que complementa un estilo de vida saludable: mejora la hidratación matutina, añade variedad al consumo de líquidos y proporciona un modesto aporte de vitamina C y antioxidantes. ¿Tiene los mismos efectos en otros momentos del día? El agua con limón puede disfrutarse en distintos momentos del día y sus efectos no varían de manera significativa, aunque el contexto en que se toma sí puede marcar la diferencia. Como precisó la nutricionista Gianina López, sus propiedades se mantienen estables sin importar la hora; sin embargo, lo que cambia es la experiencia como tal, ya que en ayunas puede sentirse una mayor “activación digestiva” al estar el estómago vacío, mientras que después de las comidas puede apoyar una digestión más ligera al estimular la secreción de jugos gástricos y, antes de dormir, cumple principalmente una función de hidratación nocturna, aunque en personas sensibles podría ocasionar acidez o molestias. Aunque es segura para la mayoría, el ácido cítrico puede dañar el esmalte dental o irritar el estómago en personas con gastritis o reflujo. En esta misma línea, Ríos











