En la vorágine de la vida actual, con rutinas demandantes, altos niveles de estrés y la necesidad constante de mantenernos activos y saludables, cada vez más personas buscan disciplinas que no solo fortalezcan el cuerpo, sino que también aporten un mejor equilibrio mental y emocional. En este contexto, dos opciones que han ganado gran popularidad en los últimos años son el yoga y el pilates. Basta con echar un vistazo a redes sociales, gimnasios o conversaciones sobre bienestar para notar el creciente interés en estas prácticas. Si bien ambas llevan tiempo formando parte del estilo de vida de muchas personas- el yoga con sus raíces milenarias en la India y el pilates, desarrollado en el siglo XX por Joseph Pilates- su auge ha traído consigo una duda recurrente: ¿sirven para lo mismo? ¿Hay una mejor que otra? La confusión es comprensible, ya que en ambas disciplinas se realizan movimientos controlados, se trabajan la flexibilidad y la fuerza, y se promueve la conexión entre el cuerpo y la mente. Sin embargo, aunque puedan parecer similares a simple vista, tienen diferencias clave que pueden hacer que una se adapte mejor a tus necesidades que la otra. ¿Cuál es el principal propósito del yoga y el pilates? El yoga y el pilates comparten algunos beneficios físicos, pero se diferencian en su enfoque y propósito principal. Según explicó Ornella Puccio, profesora especializada en yoga terapéutico y en pilates mat a Bienestar, el yoga es una filosofía de vida que tiene más de 4000 años de historia que combina posturas físicas (asanas), técnicas de respiración (pranayamas), meditación e incluso relajación (savasana). Sin embargo, lo que realmente distingue al yoga es su componente espiritual, esencial para que la práctica sea integral. Sin este elemento, se reduciría a una actividad netamente física. Por su parte, el doctor Rob Saper, especialista en medicina integrativa de Cleveland Clinic señaló que esta práctica busca equilibrar mente y cuerpo, promoviendo la flexibilidad, el fortalecimiento muscular y el bienestar general. En cambio, el pilates es un método de acondicionamiento físico centrado en la fortaleza del core, la alineación y la movilidad. “El pilates es un método de ejercicios que fue desarrollado inicialmente con fines de rehabilitación para a personas con alguna lesión o discapacidad física. Sin embargo, debido a sus múltiples beneficios para la salud, su práctica se expandió a un público más amplio con el propósito de fortalecer el cuerpo, mejorar la movilidad y optimizar el funcionamiento muscular y articular”, precisó Alex Canales, profesor de pilates de Fit Studio Perú. Victoria Salas, profesora y directora de Rimbo Pilates Studio, añadió que el pilates se basa en el control preciso del cuerpo, con movimientos lentos y conscientes que permiten desarrollar fuerza y flexibilidad sin comprometer la estabilidad. El yoga mejora la flexibilidad, reduce el estrés y favorece la relajación gracias a la respiración consciente y la meditación. Si bien ambas prácticas fomentan la conciencia corporal y la conexión entre mente y cuerpo, la principal diferencia radica en el componente espiritual del yoga, que lo convierte en una disciplina más holística. Además, como indicó Puccio, también se diferencian en la ejecución de los ejercicios: mientras que el yoga tiende a ser más fluido y dinámico, con transiciones suaves entre posturas, el pilates emplea movimientos más controlados, repetitivos y precisos, enfocados en fortalecer grupos musculares específicos. ¿Cuáles son los principales beneficios de cada prácticas? De acuerdo con la experta en yoga terapéutico, el yoga promueve la reducción del estrés y la ansiedad, mejora la flexibilidad y movilidad, y dependiendo del estilo practicado, también puede contribuir al fortalecimiento muscular. Además, favorece a la relajación mediante la respiración consciente, lo que beneficia el sistema nervioso y el dominio de la mente. “La combinación de respiración, mindfulness y posturas es clave para desestresar el cuerpo. Al practicar la respiración consciente durante la meditación y las posturas, el cuerpo se relaja de manera natural. Además, el mindfulness en cada postura ayuda a aumentar la conciencia y la presencia en el momento. Esta práctica no solo permite relajarse durante la sesión de yoga, sino que también entrena la mente para reconocer en la vida cotidiana, qué situaciones generan estrés y cómo se reaccionan ante ellas. De esta manera, la mayor conciencia y presencia que se cultiva en el yoga se puede aplicar en el día a día, favoreciendo una mejor gestión de las emociones”, enfatizó Franco Sánchez-García, profesor y fundador de FrancoYoga. Desde un punto de vista fisiológico, el especialista en medicina integrativa mencionó que el yoga mejora la respuesta inmunitaria, disminuye la presión arterial, corrige la postura y la alineación corporal. Por su parte, la doctora Verónica Oblitas, médico especialista en medicina del deporte y docente de la carrera de medicina humana en la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) indicó que mejora el equilibrio, especialmente en personas mayores, reduciendo el riesgo de caídas. Además, su respiración diafragmática profunda optimiza la oxigenación muscular y favorece la concentración. En cuanto al pilates, su mayor beneficio es el fortalecimiento del core y los músculos estabilizadores, que no siempre se trabajan en la vida cotidiana o en otros deportes. Como afirmó Salas, esto mejora la postura, la movilidad y la fuerza, lo que se traduce en mayor estabilidad para cualquier actividad, desde trabajar en la computadora hasta practicar un deporte. A nivel mental, el pilates requiere concentración total, evitando distracciones y promoviendo el enfoque. “La respiración juega un papel clave, ya que se realiza por la nariz para mantener la calma y optimizar el rendimiento físico. Esto no solo ayuda en la práctica, sino que también mejora la gestión del estrés y la estabilidad emocional en la vida diaria”, sostuvo la directora de Rimbo Pilates Studio. ¿Qué disciplina es mejor para la flexibilidad? Ambas disciplinas mejoran significativamente la flexibilidad, pero de maneras distintas. Según Ornella Puccio, el yoga trabaja tanto la flexibilidad estática como dinámica a través de posturas progresivas, acompañadas de respiración y relajación, lo que favorece la movilidad de músculos y articulaciones. En cambio, el pilates emplea movimientos