Endometriosis tratamiento natural: cómo la alimentación puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor | Antiinflamatorios | SOMOS
Vivir con endometriosis es, para muchas mujeres, convivir con un dolor que no siempre se ve ni se comprende. Incluso diversas figuras del espectáculo lo saben bien: la actriz Magdyel Ugaz dio su testimonio en 2022, mientras la cantante estadounidense Halsey ha relatado cómo alternaba giras con hospitalizaciones, la ‘it girl’ y diseñadora Alexa Chung confesó que la enfermedad estaba “envuelta en misterio e información incorrecta” antes de su diagnóstico, mientras que la actriz Susan Sarandon ha sido una de las voces más activas en visibilizar el sufrimiento que implica vivir con esta condición. Historias distintas, pero con un denominador común: una enfermedad que afecta la vida de millones de mujeres y que, durante años, ha sido subestimada. MIRA: Navidad y deporte: mantenerte activo en fiestas y no morir en el intento “La endometriosis es una enfermedad en la que tejido similar al endometrio —la capa interna del útero— crece fuera de su lugar habitual, por ejemplo, en los ovarios, trompas de Falopio, ligamentos uterinos, peritoneo o incluso intestino y vejiga. Esta alteración puede generar inflamación, dolor pélvico intenso (especialmente durante la menstruación), fatiga, dolor de cabeza, molestias digestivas, dolor en las relaciones sexuales, sangrados abundantes y dificultades para lograr un embarazo”, explicó la doctora Milagros Culqui, ginecóloga de Centros Médicos MAPFRE a “Somos” de “El Comercio”. Newsletter exclusivo para suscriptores Juan Carlos Fangacio presenta en exclusiva lo que traerá nuestro suplemento sabatino, cada viernes. Recíbelo En definitiva, se trata de una enfermedad más frecuente de lo que se cree: afecta aproximadamente al 13% de la población femenina, principalmente a mujeres en edad fértil entre los 25 y 40 años, y su prevalencia se eleva al 30–40 % en mujeres con dismenorrea (dolor menstrual). Además, como recalcó la ginecóloga Ana Talavera, de SANNA Clínica San Borja, hasta el 50% de estas pacientes enfrentan dificultades para concebir, lo que convierte a la endometriosis en una de las principales causas de infertilidad femenina. Por eso, frente a un diagnóstico que suele llegar tarde y a un tratamiento que no siempre resulta sencillo, cada vez más expertos apuntan a la importancia de mirar la enfermedad desde un enfoque integral. En los últimos años, la ciencia ha comenzado a explorar cómo los hábitos, especialmente la alimentación, pueden influir en la inflamación, el dolor y el equilibrio hormonal. La conexión entre alimentación e inflamación La relación entre lo que comemos y los síntomas de la endometriosis es cada vez más evidente. Según Mónica Naranjo, ginecóloga de Clínica Internacional, esta enfermedad tiene un marcado componente inflamatorio, por lo que seguir una alimentación con efecto antiinflamatorio puede resultar beneficioso. “Varios estudios señalan que la dieta puede influir tanto en la inflamación como en el metabolismo hormonal, dos factores clave en la evolución de la enfermedad. Así, un alto consumo de ultraprocesados, grasas trans o carne roja se ha asociado con mayor riesgo y sintomatología, mientras que una dieta rica en frutas, verduras, fibra y omega-3 se vincula con menor inflamación y mejor control del dolor”. Una dieta rica en frutas, verduras, fibra y omega-3 puede ayudar a reducir la inflamación y modular los síntomas de la endometriosis de forma natural. De acuerdo con la doctora Culqui, existen varios mecanismos fisiológicos que explican cómo la dieta puede modular los síntomas: Inflamación y prostaglandinas: Las grasas que consumimos influyen en el tipo de prostaglandinas que produce el cuerpo. Las grasas trans y algunas grasas saturadas favorecen prostaglandinas más proinflamatorias, mientras que los omega-3 promueven mediadores con efecto antiinflamatorio y pueden reducir el dolor. Metabolismo de estrógenos: La endometriosis es una enfermedad estrógeno-dependiente. Una dieta rica en fibra facilita la eliminación de estrógenos a través del intestino y ayuda a mantener niveles hormonales equilibrados. Estrés oxidativo: El tejido endometriósico produce radicales libres que generan daño celular, por lo que una alimentación rica en antioxidantes ayuda a contrarrestar ese proceso. Microbiota intestinal: Actualmente se estudia su papel en la modulación de la inflamación y el equilibrio hormonal. Una flora intestinal diversa, favorecida por dietas altas en fibra y alimentos fermentados, podría influir positivamente en la sintomatología. Ana Talavera, agregó que los patrones dietéticos también pueden influir en la gravedad de los síntomas al afectar los niveles de la globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG). Esta proteína al alterarse, no solo está asociada a la endometriosis, sino también al ovario poliquístico y la resistencia a la insulina, que pueden desencadenar estrés oxidativo, inflamación y muerte celular, Por eso, para Cara King, cirujana ginecológica de Cleveland Clinic, cuando se habla de una “dieta antiinflamatoria” en mujeres con endometriosis, no se trata de una moda, sino de un patrón alimentario bien definido que puede ser muy valioso para las pacientes. Sin embargo, es un error pensar que la dieta por sí sola puede curar la endometriosis. “La alimentación saludable no reemplaza los tratamientos médicos —como la terapia hormonal, los analgésicos o la cirugía cuando se requiere—, pero sí puede ser un aliado fundamental para reducir la inflamación, mejorar el bienestar y acompañar el manejo integral de la enfermedad”. ¿Qué nutrientes y alimentos deben priorizarse? De acuerdo con la nutricionista Gianina López, de Sanitas Consultorios Médicos, una paciente con endometriosis debería incluir en su dieta los siguientes grupos de alimentos: Grasas saludables y omega-3 Ayudan a modular la inflamación y a reducir prostaglandinas proinflamatorias. Ejemplos: Pescados azules (salmón, atún, sardina, caballa, trucha), semillas de chía o linaza, frutos secos (nueces, almendras), aceite de oliva extra virgen, aceite de canola o de linaza, palta y mantequilla de maní natural. Reducen el estrés oxidativo y protegen las células. Ejemplos: Frutos rojos (arándanos, frambuesas, moras), cítricos (naranja, mandarina, aguaymanto), papaya, plátano, verduras y hortalizas (espinaca, kale, brócoli, pimientos, tomate), cúrcuma, jengibre, té verde y hierbas aromáticas (romero, perejil). Favorece la eliminación de estrógenos y mejora el tránsito intestinal. Ejemplos: Frutas y verduras frescas, menestras (lentejas, garbanzos, frejoles), cereales integrales (avena, quinoa, arroz integral, pan y pasta integrales), linaza molida y semillas de chía. Ayudan a la recuperación y regulación hormonal. Ejemplos: Pollo sin piel, pavo, pescados, huevos,



