Tres semanas atrás, en una entrevista televisiva, Javier Milei admitió que su misterioso asesor Santiago Caputo está por encima del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en el nivel de poder político. De este modo, públicamente sinceró lo que era un secreto a voces en la gestión libertaria. Aunque en los papeles figura como un modesto consultor externo -sin cargo público formal y que sólo cobra por recibo- en la práctica Caputo excede largamente esa función. Se le atribuye los controles de los servicios de inteligencia, de la agencia tributaria y de empresas estatales con fondos públicos valiosos, como también diseña el nombramiento de jueces. “Es mucho más que un consejero. Milei le delega funciones que no puede controlar. Virtualmente es el jefe de gabinete”, subraya Martín Rodríguez Yebra, secretario de redacción del diario “La Nación”. Su estatus como colaborador externo tiene varias implicancias. No está obligado a rendir cuentas como cualquier funcionario, ni tampoco firma disposiciones, lo cual podría eximirlo de responsabilidades en el futuro. “Deliberadamente no le dan cargo, porque puede hacer cosas que no le van a manchar las manos”, agrega Rodríguez Yebra. Este rol activo en la gestión del poder, es lo que diferencia a Caputo de anteriores asesores presidenciales en Argentina, más dedicados a pensar cómo posicionarse ante determinados temas o instalar agendas. Una de esas figuras fue Jaime Durán Barba, el hombre al que Mauricio Macri más escuchaba. Quince años atrás, siendo aún un estudiante universitario, Caputo inició su camino en la consultoría política trabajando en el equipo de Durán Barba. Con el tiempo integró la agencia Move, que asesoraba a políticos de distinto tinte político. Midiendo las audiencias, en los últimos años había identificado que la fórmula de la grieta kirchnerismo – macrismo se iba debilitando. Caputo fue criticado por la prensa luego de que intimidara a un fotógrafo durante un debate electoral a fines de abril. (X / Sindicato de Prensa Rosario) A inicios de 2021, su amigo de la infancia Ramiro Marra (actual legislador) le presentó a un melenudo economista que empezaba a animarse a saltar a la política. “Hubo un match natural entre ellos. Caputo, un tipo muy audaz, estaba a la pesca de un outsider, porque entendía que era el perfil que podía explotar. Y Milei encontró alguien que lo ayude en el camino que estaba construyendo”, menciona Giselle Leclercq, periodista del diario “Perfil”, que cubre la coyuntura del partido oficialista La Libertad Avanza. La batalla en las redes Caputo comparte con Milei la visión de mundo y también la pulsión tuitera. Para la construcción del proyecto libertario entendió que había que conquistar las redes sociales. Buena parte del éxito digital de la campaña electoral recae en el asesor. En su primera aparición como presidente electo, Milei lo describió como el “arquitecto de la victoria”. Esa preocupación por dominar el mundo virtual, el asesor lo trasladó a la gestión actual. Armó una maquinaria de usuarios, con cuentas anónimas, que generan contenidos virales -desde la misma Casa Rosada- para fortalecer la imagen del gobierno o confrontar a los opositores. “Caputo conduce toda esa estructura de comunicación paraoficial que funciona como alimento del relato del gobierno. Las redes son territorios de lucha importantes para él”, dice Rodríguez Yebra. Esta situación tan visible para los periodistas que cubren la cotidianidad de la Casa de Gobierno, dispara interrogantes. “Está la sospecha que parte de los fondos de inteligencia, que él mismo maneja, pagan esta red de comunicación”, agrega el secretario de redacción de “La Nación”. El primer influencer es Caputo mismo. @snakedoclives @mileiemperador @mileilibertador son algunas de las cuentas de X que se le atribuyeron en distintos momentos. En más de un caso, fueron desactivadas por contenidos violentos o fakes. No las reconoce explícitamente como propias, pero por los mensajes -entre crípticos y proféticos- da señales de querer demostrar que es él quien está detrás. Construcción de un personaje “Juega con los fantasmas que se construyen a su alrededor, y en lugar de desmentirlos, o alejarse, lo refuerza y lo capitaliza a su favor. No sé si está pensado jugar con estas cuentas anónimas, pero siempre está al borde”, refiere Leclercq. Este año se publicó “El Monje”, la biografía no autorizada de Caputo. El libro es una investigación periodística de Maia Jastreblansky y Manu Jove. (Instagram / Edipo libros) Ese juego también lo trata de dar en su escasa vida pública. Hasta el ascenso de Milei al poder, casi no existían registros de Caputo. Mientras más se escuchaba del protagonismo que tenía en la interna del gobierno, más crecía el misterio del asesor que operaba en las sombras. Poco a poco, fue alimentado su perfil. Leclercq recuerda que las primeras fotos que se le conocieron en el gobierno fueron tomadas en la puerta de Casa Rosada con un look de tono gansteril. “Cualquiera que sabe de comunicación, como él, sabe que, si te paras en puerta de Casa Rosada con un cigarrillo y anteojos negros, estás buscando ser fotografiado”, señala. El presidente describe al vínculo que tiene con su hermana Karina (Secretaria General de la Presidencia) y el asesor como “el triángulo de hierro” del gobierno libertario. Es una declaración de principios de quiénes son las cabezas del poder político en la gestión. Pero, Santiago Caputo sabe que en esa reducidísima estructura es la punta más débil. “La última palabra la tiene Karina”, dice Leclercq. En las últimas semanas, han crecido rumores periodísticos de una tensión entre los equipos de Caputo y los de Karina. Las disputas vendrían por el armado de las listas de candidatos en las elecciones legislativas nacionales de octubre. Aunque el triunfo del pasado domingo en las legislativas porteñas les dio otra señal. El resultado les demostró que juntos parecen ser competitivamente fuertes. La disputa con Macri por el control de la derecha en Argentina En la previa de las últimas elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires, se viralizó un video generado con inteligencia artificial en el que el expresidente Mauricio Macri instaba a votar por el