Jerry Rivera | “Él tenía 14 años, hacía los batidos en el gym, me dijo algún día seré un gran artista”: Jerry Rivera revela hechos desconocidos de estrella del reguetón| Don Omar | LUCES
Más de tres décadas después, Jerry rememora ese profético momento como uno de los más significativos de su carrera. “Ahora soy yo quien lo admira más a él”, confiesa el salsero que siguió abriendo puertas e inspirando. Y hoy, reafirmando que la música es su razón de ser, lanza “Pa’ eso es la vida”, una reflexión melódica que exalta la familia, la amistad y la alegría de compartir. “Hoy vivimos como encapsulados. Aunque parezca que compartimos más por las redes sociales, en realidad compartimos menos. Es cierto que podemos conectarnos con quienes están lejos mediante una llamada por FaceTime o Zoom, pero al mismo tiempo, las redes y los videojuegos en consola mantienen a los niños y jóvenes cada vez más encerrados en casa. Luego, cuando crecen y necesitan socializar, se les hace difícil. Por eso creo que necesitamos una vida más simple, más real”, reflexiona. “Cuando me reencuentro con amigos que no veía desde hace años, la conexión sigue intacta, como si el tiempo no hubiera pasado. Es increíble cómo esos momentos, aunque breves, nos llenan de verdad. Nos hacen felices”. Leyenda de la salsa El creador de los éxitos “Qué hay de malo” y “Casi un hechizo” subió a los escenarios por primera vez a los 14 años, y un año después, en 1988, grabó su primer disco. “Desde entonces ha sido una larga jornada, con altos y bajos, pero todo ha sido una bendición. Incluso de las cosas que menos me gustaron aprendí cómo no hacerlas en el futuro”, reflexiona Jerry. Con honestidad, admite que el exceso de confianza le pasó factura. “Amé demasiado, confié demasiado en compañeros de trabajo, en personas del equipo de manejo y mercadeo, amistades dentro del negocio… y a veces solo te usan para avanzar ellos. Les di demasiado poder para decidir por mí, y eso me hizo daño, como artista y como persona. Hoy sé que fueron errores, pero no me arrepiento. Porque si no hubiera pasado por eso, no sería quien soy ahora. Todo fue parte del camino”, asiente. Ese camino también tuvo momentos emocionalmente duros. “Cuando empecé, sufrí bastante. Extrañaba a mis padres, a mi esposa, a mis hijos. Quería abrazarlos, darles un beso, pero estaba de gira por semanas, incluso meses. Fue difícil. Pero aprendí que en la adversidad hay bendiciones. A veces hay que estar lejos para valorar la cercanía, enfermo para valorar la salud, solo para valorar una buena compañía”. Despegue definitivo Fue en Perú y Panamá donde la música de Jerry Rivera empezó a abrirse paso fuera de Puerto Rico. Aunque en su tierra natal ya sonaba tímidamente en algunas emisoras locales, fue el disco “Empezando a vivir” el que marcó su despegue. Canciones como “Al revés” comenzaron a escucharse con fuerza, preparando el terreno para lo que vendría después. El salto internacional llegó con la producción “Abriendo puertas”, el álbum que lo catapultó a nuevas audiencias. Temas como “Dime tú”, “Esa niña” y “Como un milagro” no solo lo posicionaron como una de las voces más prometedoras del género, sino que también consolidaron su conexión con el público latinoamericano. Y entre todos esos destinos que marcaron su carrera, hay uno que ocupa un lugar imborrable: el Perú. “Nunca voy a olvidar la Feria del Hogar y la Feria de La Molina. Para mí, fueron los eventos más impresionantes de toda mi carrera internacional. Más de 100 mil personas pagando por verme cantar. Y yo me preguntaba: ‘¿Cómo es posible que me quieran tanto, más de lo que yo mismo me quiero?’. Esas experiencias te cambian, te llenan, te acompañan para siempre”. Nuevo comienzo Después de quince años sin lanzar material nuevo, Jerry Rivera volvió a pisar un estudio de grabación. No fue una decisión repentina, sino el resultado de un proceso interno profundo. Durante años, ninguna canción lograba convencerlo. “Escuchaba propuestas, pero no sentía ese ‘drive’, esa chispa que te empuja a grabar. Tal vez porque había interpretado temas tan potentes en mi carrera, me costaba encontrar algo que realmente me emocionara. Era como si estuviera parcializado, comparando todo con lo que ya había hecho”, confiesa. Hasta que una canción cambió el rumbo: “Mira”, y fue escrita por el productor y compositor Juan Miguel. El tema, grabado junto a su amigo Yandel, lo llevó a este nuevo comienzo. “Me fascinó el arreglo, la letra, la melodía… tenía un gancho increíble. Ahí sentí la motivación de nuevo, y desde entonces no he parado de trabajar con Juan Manuel. Me entusiasma su forma de combinar géneros: ama el heavy metal, pero hace salsa, y esa mezcla es explosiva”. Aunque han pasado los años, el público sigue llamándolo con cariño “El baby de la salsa” o “Cara de niño”. Jerry lo recibe con humor y gratitud. “De esa cara de niño solo queda el recuerdo”, dice entre risas. “Pero creo que uno debe conservar al niño interior: mantener la alegría, ser espontáneo, seguir creyendo en la esperanza. Eso no solo te mantiene joven por fuera, sino entero por dentro”. Aclara especulaciones Y así, el hombre detrás de himnos como “Amores como el nuestro” —cuyo inolvidable riff vive también en “Hips don’t lie” de Shakira, canción oficial del Mundial de Alemania 2006— continúa escribiendo su historia con la misma pasión, pero con una madurez que solo dan los años y los aprendizajes. Sobre aquella coincidencia musical que generó titulares en el 2006, Jerry aclara que no género conflicos. “Fue Wyclef Jean, el productor de ‘Hips don’t lie’, quien utilizó la introducción de ‘Amores como el nuestr’o. Más adelante nos reunimos, y yo quería entender qué lo motivó a tomar esa decisión. Él me explicó que la rueda ya está inventada, y que no siempre hay que reinventarla para conectar con la gente. Me dijo: ‘Esa intro tuya es la más popular en la historia de la salsa. ¿Por qué cambiar algo que ya funciona, que ya está en el corazón del público?’”, detalla. “Hizo un negocio con la disquera, y simplemente usó lo que ya era parte