“Caviar es cualquiera que se opone al contubernio de Dina y el Congreso, que solo busca prebendas y mercantilismo puro”, me dice Rafael Belaúnde Llosa, líder y precandidato presidencial de Libertad Popular, pronosticando que “lo ideológico no va a pesar tanto en esta campaña”. Para Belaúnde, el eje de polarización ideológica hacia el 2026 no será caviar/anti caviar o fujimorista/anti fujimorista, sino entre un candidato asociado al status quo actual y uno que encarne su rechazo. “Porque el Perú no puede esperar, caviar o no caviar, el contubernio que nos gobierna tiene que acabar” escribió al final de un post del lunes pasado, como un mantra ‘pos caviar’. LEE TAMBIÉN | Betssy Chávez anunció que iba a elaborar un decreto tras mensaje de Castillo, afirma nuevo testigo También conversé con Pedro Cateriano, secretario de doctrina y plan de gobierno de Libertad Popular, que acaba de publicar “Vargas Llosa, su otra gran pasión” (Planeta, 2025), una biografía política e ideológica del premio Nobel. Cateriano no recuerda que Vargas Llosa tenga una reflexión específica sobre lo caviar, pero de su vida política rescata esta idea para aplicar al 2026: “El parteaguas no debe estar en derecha o izquierda, sino en quién tiene una conducta democrática y quién no. Por eso Mario ha rechazado dictaduras de izquierda como Venezuela o Nicaragua, pero también a Pinochet. Y ha apoyado a izquierdas democráticas”, me dijo. El Nobel, por cierto, en un acto simbólico, se adhirió al partido, así que se espera que apoye a Belaunde Llosa. El peruano que en su arco político, tan rico como el literario, empezó en el comunismo, transitó hacia la derecha, fue furibundo antifujimorista y luego apoyó a Keiko en la extrema polarización del 2021; ¿es un testimonio ilustre de lo que podríamos llamar ‘pos caviarismo’? Rafael Belaunde Llosa, empresario y fundador de Libertad Popular. Foto: GEC / Julio Reaño (archivo) / NUCLEO-FOTOGRAFIA > CESAR BUENO Pero seguimos en el dominio del wishful thinking que atrapa a los candidatos tempranos. El caviareo aún se esgrime, con fuerza, contra nombres, apellidos y siglas específicas: Delia Espinoza, fiscal de la Nación; Janet Tello, presidenta del Poder Judicial; el coronel PNP (r) Harvey Colchado, Gustavo Gorriti e IDL, los más mentados; además de todo actor importante asociado a los gobiernos de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti. La Defensoría del Pueblo y la Junta Nacional de Justicia, por el contrario, se consideran instituciones ganadas a los caviares. ‘Pos caviares’ serían, entonces, los candidatos que no llamándose caviares a sí mismos, van en busca del electorado caviar sin importar que los llamen caviares en el intento. Belaúnde Llosa se reunió con Harvey Colchado, la estrella policial de los caviares según sus enemigos, y con Gino Costa, político de fama caviar que apoyó al gobierno de Vizcarra. “Queremos que colabore en la parte de seguridad de nuestro plan de gobierno” me dice sin tapujos Belaúnde sobre Colchado. Para mostrar si a lo caviar todavía le queda algo de carne, le pido que me diga qué rescata y qué deplora de ellos. “La inquietud de que el sistema funcione para todos, si eso es algo caviar, lo rescato. Lo que critico es esta idea de ‘burocracia dorada’ en su asociación con el Estado y con los entes internacionales. Esto puede implicar una falta de compenetración con el sector privado, una desconexión de la realidad”. De todo esto se desprende un ingrediente que iguala a caviares y anti caviares y por lo tanto sería ‘pos caviar’: los primeros son satanizados tecnócratas o consultores del Estado por quienes están aultando la planilla estatal en este quinquenio congresal. Los votos de Vizcarra El varias veces inhabilitado y actualmente procesado por graves delitos de corrupción, Martín Vizcarra, estará de todos modos en la contienda. Su partido Perú Primero está activo y en sus redes personales sigue su campaña desideologizada, compartiendo momentos cotidianos ¿Quiénes tendrían más chance de ir por sus votos? Le pregunté, en una entrevista en RPP, a Fiorella Molinelli, líder de Fuerza Moderna, si veía con especial apetito a los seguidores vizcarristas, pues colaboró estrechamente con él como su viceministra de Transporte durante el gobierno de PPK y lideró Essalud yo con Vizcarra de presidente. Aseguró que no ha hecho ningún pacto con él pero, cuando le mencioné la posibilidad de captar a su electorado, dijo: “bienvenidos los votos de Vizcarra”. Por estar inhabilitado, las encuestadoras no publican su intención de voto, pero se presume significativa para el estándar nacional. “Hay una confusión interesada del término en la derecha y en la izquierda radical, que se resienten de que haya inteligencia en la tecnocracia que asocian con los caviares. Sé que algunos me dicen ‘caviarón’”, dice Carlos Anderson, pre candidato de Perú Moderno. Cateriano, que fue primer ministro de Vizcarra, y Belaúnde Llosa, que fue su ministro de Energía y Minas; fueron cautos. “No encuentro coincidencia ideológica, política ni programática con Vizcarra”, dijo el primero. “Solo conversaría con él cuando resuelva su caso judicial” me dijo el otro, presumiendo que ello excederá la campaña. Sin embargo, el solo hecho de no denostarlo y de pretender ignorar el anti caviarismo, los coloca más cerca que a otros de un posible endose vizcarrista. Le pregunté a Belaúnde a qué otras fuerzas y pre candidatos ve cerca a su perfil de centro que quiere remontar el eje caviar/anticaviar. “Fiorella Molinelli, Roberto Chiabra, Carlos Anderson, [Alfonso] López Chau, pero creo que se ha ido más hacia la izquierda; por decirte algunos”, me respondió sin dar vueltas. Llamé a Anderson, pre candidato de Perú Moderno, a preguntarle cómo percibía el anti caviarismo. “Definitivamente, hay una confusión interesada del término en la derecha y en la izquierda radical, que se resienten de que haya inteligencia en la tecnocracia que asocian con los caviares. Sé que algunos me dicen ‘caviarón’”, me respondió risueño. “No me reuniría con Vizcarra, a pesar de que tengo el encargo del ingeniero Wilson Aragón [el líder fundador de Perú Moderno] de conducir el proceso de conversaciones”, me dijo Anderson cuando