José Luis Sanz (Sevilla, 1968) había conseguido dejar atrás las críticas por haber pactado con Vox los presupuestos municipales de 2025. Se disponía a gobernar sin el corsé de su primer año de mandato como alcalde de Sevilla (686.741 habitantes —con unas cuentas, primero prorrogadas y luego aprobadas en agosto gracias a una cuestión de confianza—, cuando se ha topado con un súbito imprevisto, que, además, parece que parte de su propio partido. La publicación de supuestos sobresueldos y gastos del PP con cargo a fondos de la Diputación, hace una década, cuando él ocupaba cargos de responsabilidad, ha trastocado la estabilidad política que deseaba para la cuarta ciudad de España con una maniobra que él denuncia que pretendía “amedrentarlo”. Sanz se queja, también, de la falta de interlocución con el Gobierno para resolver problemas seculares de la capital andaluza, como la falta de infraestructuras, y nuevos, como los problemas de un turismo, que el regidor hispalense no considera que esté masificado. Pregunta. Ahora que ha pactado el presupuesto municipal con Vox, ¿tiene margen para realizar sus propias políticas? Respuesta. Hay más posibilidades de hacer muchas cosas. El anterior entró en vigor muy tarde, el 8 de agosto, aunque tuvo una ejecución del 78%, pero poco se pudo hacer. Este año estamos afrontando los grandes problemas que tiene la ciudad con mucha más perspectiva y presupuesto. P. En ese debate de presupuestos usted dijo que no veía a la ultraderecha, pero la portavoz de Vox hizo un discurso contra la propaganda feminista, la lucha contra la violencia machista o la inmigración “ilegal”. ¿Lo comparte? R. No lo comparto en absoluto, pero como tampoco comparto el que hacen otros portavoces en el pleno. Yo no tengo un acuerdo de gobierno con Vox, no somos socios de gobierno, solo hay un acuerdo para aprobar un presupuesto que se aleja de lo ideológico y se centra en la gestión de los grandes problemas que tiene Sevilla. P. ¿No es ideológico reducir la partida de la unidad contra la violencia de género y destinarla a asociaciones que se autodenominan pro vida? R. Bueno, a otro tipo de asociaciones que se preocupan también por las madres solteras. Tengo claro que en violencia de género este país ha conseguido grandes avances y, si de mí depende, en el Ayuntamiento de Sevilla no vamos a dar ni un solo paso atrás. Lo tengo clarísimo. El acuerdo firmado con Vox no sobrepasa ninguna línea roja. El acuerdo con Vox se aleja de lo ideológico, no sobrepasa ninguna línea roja” P. ¿Sevilla tiene un problema de masificación turística? R. Creo que no. El fenómeno que se está viendo en la ciudad es un fenómeno global igual al de cualquier otra capital europea. Pero no nos olvidemos, el turismo es la principal industria de la ciudad, supone el 25% del PIB. A mí me gustaría que hubiera más fábricas de aviones, de tanques, que la industria agroalimentaria fuera todavía mucho más fuerte, pero eso, de aquí a mañana, no lo vamos a conseguir. P. Los alcaldes de las principales capitales andaluzas abogan por la tasa turística. ¿Por qué no logran convencer a la Junta de que regule su aplicación? R. Esa es mi idea, que fuera un decreto de la Junta, que es quien tiene la competencia, al que cualquier ciudad se pueda acoger. Sevilla es la tercera ciudad más visitada de España, con casi cuatro millones de visitantes y ocho millones de pernoctaciones. ¿Se les puede dar servicio de limpieza, de seguridad y mantener nuestro conjunto histórico con el IBI que pagan los sevillanos? Rotundamente no. Esa es la motivación para reclamar una tasa turística. Hay otros instrumentos que no pasan por la Junta. Podemos mirar al Ministerio de Fomento o al Ministerio de Hacienda y decirle a la ministra, ahora secretaria general del PSOE andaluz que, por ejemplo, un porcentaje del IVA que el turismo paga en la ciudad repercuta en la ciudad. No hay un ministro de Fomento que se preocupe por el déficit de infraestructuras que tiene Sevilla o uno de Hacienda que se preocupe por los problemas del turismo. En el Gobierno de la nación no hay un interlocutor. P. El ministro de Transportes, Óscar Puente, aseguró recientemente que ojalá tuviera con usted la misma interlocución que con la alcaldesa de Granada (PP). R. El ministro por aquí no ha venido. Vino una vez y se encerró en la Diputación de Sevilla (PSOE). Le hemos mandado varias cartas, le hemos pedido varias citas y no hemos tenido respuesta. En el Gobierno de la nación no hay un interlocutor” P. ¿Qué solución le va a pedir al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para abordar el narcotráfico en el Guadalquivir? R. Esa cita es para poner encima de la mesa el número de policías nacionales que faltan en la ciudad de Sevilla, los problemas de seguridad que eso genera. Por lo visto no solo faltaban policías nacionales, también faltaban guardias civiles en el área metropolitana de Sevilla, que es quien tiene que controlar las entradas o salidas de esas narcolanchas. El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, durante la entrevista con EL PAÍS en el Ayuntamiento hispalense. PACO PUENTES P. ¿Es partidario de una unidad de la Guardia Civil patrullando el Guadalquivir? R. No sé cuál es la gravedad real del problema, pero si cada día es más frecuente, a lo mejor es conveniente que haya unidades parecidas a las que hay en otras zonas del litoral andaluz, también en el río Guadalquivir. P. ¿Cuál cree que es el objetivo de las informaciones sobre los pagos de sobresueldos y de gastos del partido con dinero de la Diputación de Sevilla? R. Lo único que se me ocurre es que la intencionalidad de esa información es desestabilizar al gobierno municipal o poner en riesgo la alcaldía de la capital de Andalucía. P. Dijo que al alcalde de Sevilla “no se le coacciona”. ¿Quién le ha intentado coaccionar y cómo? R. A mí directamente nadie. Pero, cuando veo