Pedro y los lobos, una crónica de Fernando Vivas | Pedro Castillo | Walter Ayala | Poder Judicial | Golpe de Estado | Juicio a Pedro Castillo | Eugenio Zaffaroni | Guido Croxatto | POLITICA
MIRA: Renuncia el abogado de Pedro Castillo, declara el primer testigo y el exministro Willy Huerta accede a ser interrogado: ¿qué pasó en el tercer día del juicio por el golpe? Los argentinos, presuntos lobos en este candelero no dan a entender que instigaron a su defendido a poner en riesgo su salud -decisión que tiene que ser personalísima-; pero vaya que la huelga cuadra con la idea de un ‘proceso de ruptura’. El probable plan es acopiar argumentos, jurídicos y simbólicos, para que el caso llegue sólido y rápido a la Corte IDH, de la que fue juez Zaffaroni. Croxatto ya hizo lo suyo, consiguiendo que la presidenta de México, Claudia Scheinbaum, se pronuncie a favor de la causa castillista. Castillo haría lo suyo frustrando audiencias con su estado de salud y generando titulares internacionales con su atención médica ¿Estuvo de acuerdo Lilia Paredes, la esposa de Pedro, asilada juntos a sus dos hijos en México, con que el ‘plan rupturista’ llevara a su marido a la inanición? Seca o mojada No sé, al cerrar estas líneas, cuánto haya bebido o comido Castillo para reponerse de la huelga; ni si esta pasó en algún momento de ser seca o total a huelga de sólidos. Pero que la empezó, no lo duden. No solo me lo aseguró el abogado Walter Ayala, que estampó su firma en el manuscrito en el que Castillo anunció su decisión y posteo en su cuenta en X (manejada por sus adeptos); sino que lo admitió el INPE en el comunicado en el que anunció las infracciones y restricciones que se derivaban de esa decisión, y lo anunció el jueves la sala que lo procesa. “Me llamó porque necesitaba mi firma para acompañar lo que había escrito. Su semblante estaba más pensativo, muy serio, simplemente me dijo lo que había decidido”, me contó Ayala. Castillo no le dijo a Ayala si la huelga era seca, es decir total, o con ingesta de bebidas. Pero el abogado indagó y el miércoles por la noche me aseguró que la huelga era total y que su defendido se había puesto mal. Las huelgas con ingesta de bebidas son las más comunes, pues se sostienen por más tiempo ganando posiciones en el camino; pero una huelga seca, en un lugar en el que estás solo, vigilado, sin acceso a la prensa; solo puede ser muy desesperada y acabar pronto, al borde de la inconsciencia, sometido por tus celadores y alimentado por ellos, perdiendo así la única arma que habías encontrado para amenazarlos con tu propia vida. Ante esta desolación ex presidencial, que de épica tiene poco y de patética mucho, cuán elocuente suena el ex ministro de Defensa, Gustavo Bobbio: “Deben darle 3 o 4 años por estúpido, pero no por haber hecho un golpe de Estado”, dijo al enjambre de micrófonos. Esa desesperación, estúpida o estratégica, de la huelga seca sin pliego de reclamos más allá de un rechazo general del proceso, explotó rápido: en la audiencia del jueves, presidida por la jueza Norma Carbajal (que él intentó recusar sin éxito), se informó que había sido conducido a un hospital. Más tarde, el congresista Roberto Sánchez, en conferencia de prensa, pidió que lo trasladen al hospital Rebagliati y contó que sus hijos, desde México, le pedían que su huelga, si la proseguía, dejara de ser seca. Horas después, el INPE comunico que Castillo estaba estable y había vuelto a prisión. El viernes, la sala informó que había levantado la huelga desde el jueves en la tarde y estaba alimentándose por una dieta blanda. Castillo no se anotó porotos como gobernante. Su incapacidad fue notoria en todos los rubros de gestión. Pero sí mostró tener conciencia de la eficacia de los símbolos. Por eso, se colocó bajo un sombrero que le dio la fama internacional. Y esgrimió con correcta caligrafía de profe de primaria el lápiz que le dio Vladimir Cerrón. También popularizó una frase de gran carga semántica que, venga o no de Cerrón, hizo suya: “No más pobres en un país rico”. Entonces, harto de habeas corpus que se estrellan contra el muro y mareado entre tantos abogados que contrata y despide hasta perder la cuenta; se habrá entusiasmado con la propuesta de ruptura simbólica de Croxatto y Zaffaroni, a quienes tendrá por lumbreras planetarias. Y se retorció las tripas por dos o tres días. Source link