jueves, 14 noviembre, 2024
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10 de noviembre de 2024

Fue mano derecha de Scorsese, hizo “Barbie”, y ahora adapta “Pedro Páramo”: una charla con Rodrigo Prieto | Netflix | LUCES

Es, sin duda, uno de los directores de fotografía más cotizados del mundo. Rodrigo Prieto (Ciudad de México, 1965) ha trabajado con directores como Oliver Stone, Pedro Almodóvar, Spike Lee, Alejandro González-Iñarritu, Ang Lee, y se ha convertido en la mano derecha de Martin Scorsese (ha colaborado con él en sus últimas cuatro películas). Pero a sus 58 años, Prieto acaba de dirigir su primera película, una ópera prima por demás desafiante. LEE TAMBIÉN: “Look Back: continúa dibujando”: cuando una película te inspira a crear arte Se trata de la adaptación de “Pedro Páramo”, la notable novela publicada por el mexicano Juan Rulfo en 1955: un relato que sigue a Juan Preciado, hombre que llega al aislado y misterioso pueblo de Comala, en la llanura de México, para buscar a su padre, “un tal Pedro Páramo”. Allí se topará con un escenario marcado por la violencia, el abuso de poder y la soledad. Con los años, “Pedro Páramo” se ha consolidado como una obra cumbre del realismo mágico, considerada predecesora del Boom latinoamericano, y admirada por Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez, por mencionar solo a dos luminarias de la literatura en la región. Y por eso su traslado a la pantalla genera tanta expectativa como recelos. De eso conversamos con su director. Siendo “Pedro Páramo” una novela tan rica por su lenguaje en sí mismo, ¿no fue intimidante traducirla al lenguaje audiovisual? Pues sí. Mateo Gil ya había escrito una adaptación y luego entré yo para adaptarla a mi sensibilidad. Y una cosa en la que coincidimos es en la decisión de respetar los diálogos de Rulfo. Me parecía acertado porque son textos muy bien logrados. El único reto era que sonaran auténticos, no poéticos. Y por otra parte teníamos el texto descriptivo de Rulfo, que es bellísimo, de una evocación extraordinaria. Los sonidos también los describe de una manera increíble. En ese trabajo visual y auditivo estaba el lenguaje cinematográfico. El gran desafío era que, con el diseño de sonido, la música, la fotografía y el diseño de producción, se consiguiera una sensación similar a la que uno siente con la novela. Todo aquello que en un momento está en la imaginación del lector, que es infinito, pasa de pronto a ser algo concreto. Pero al mismo tiempo había que dejar espacio para que el espectador participe. Tal como ocurre con un lector, que quedaran cosas que el espectador tenga que resolver. Esa fue la búsqueda: un lenguaje cinematográfico paralelo pero distinto al lenguaje literario. Rulfo también fue un gran fotógrafo. ¿Utilizaste sus fotos de la llanura mexicana, que son notables, en algún momento del proceso? Sin duda. Yo tenía toda una carpeta de imágenes, entre ellas muchas de Rulfo mismo. Incluso hay dos o tres planos de la película que son muy similares a algunas de sus fotografías, están claramente inspirados en sus encuadres. Él viajó por toda la república y plasma su mirada en su literatura, pero también en esas imágenes. Tiene algo que me gusta mucho y que sí quise mantener. Al igual que las de otros fotógrafos como Flor Garduño, Graciela Iturbide o Manuel Álvarez Bravo. Por supuesto que la fotografía fue un referente importante para mí. el escritor mexicano Juan Rulfo publicó «Pedro Páramo» en 1955. ¿Es la primera vez que sientes el impulso de dirigir un largometraje? ¿O ya lo habías tenido, pero no habías podido concretarlo? Ya tenía las ganas y la curiosidad de dirigir un largometraje. Había dirigido un par de cortos y disfruté el proceso. Pero mi necesidad creativa estaba también muy satisfecha con mi labor como fotógrafo, junto a los directores con los que trabajo. Lo que pasa es que no había el espacio para retirarme de eso por dos años para hacer una película. Pero justamente se dio la coyuntura cuando me llama Stacy Perskie [productor de “Pedro Páramo”] y yo estaba preparando “Los asesinos de la luna” de Scorsese. Yo sabía que iba a hacer esa película, luego “Barbie”, y que después tendría un espacio que podía ocupar en una película. La gran ventaja es que ya estaba la historia de “Pedro Páramo”, había una adaptación, no había que empezar un proyecto de cero. Así que aproveché eso. Es una novela que siempre quise fotografiar y más aún dirigir. Rodrigo Prieto ha sido director de fotografía en películas de cineastas como Martin Scorsese, Spike Lee, Oliver Stone, Pedro Almodóvar, Ang Lee, entre otros. (Getty Images/IMDB) ¿Estás de acuerdo con que México y toda Latinoamérica todavía están marcados por esa opresión patriarcal, dictatorial y tiránica que Rulfo plasma tan bien en su novela? Sí, sin dudas. Es algo que vivimos días a día. Y vivimos las consecuencias de la Conquista, de ese choque de culturas, y de ese dominio que empezó también con el sistema de la encomienda. El propio Juan Rulfo es heredero de esa línea: sus antepasados habían sido encomenderos en Jalisco, y él decía que no se enorgullecía de ello, pero lo explora a través de la novela. De allí que exista aquel dicho “todos somos hijos de Pedro Páramo”, porque sí, somos hijos de ese choque y ese mestizaje. Sin embargo, para mí una parte importante de la discusión es la pregunta ¿qué es lo que destruye Comala? En efecto, es Pedro Páramo, que se cruza de brazos. Es rencor de Pedro Páramo. Pero también el rencor de todos los demás personajes. Por ejemplo, el padre Rentería, que no otorga el perdón varias veces y tampoco se perdona a sí mismo. Esa falta de perdón y ese rencor acaban siendo destructivos. El mismo Juan Preciado muere por el rencor del pueblo. “Ruega por nosotros Juan Preciado”, le dicen. Entonces, a pesar de que en la superficie podría parecer una historia de lo terrible que es el cacicazgo, o el poder dominante de los hombres, creo que si lo estudias a fondo se trata del rencor que nos pudre a todos, sus miedos. Por eso vemos que Pedro Páramo es un pobre

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Sedentarismo | Por qué estar sentado todo el día puede acortar tu vida, según estudio | pausas activas | actividad física| salud cardiovascular | BIENESTAR

En un mundo donde cada vez más trabajos requieren de largas horas frente a una pantalla y donde la comodidad del sillón o la silla se ha convertido en el refugio perfecto tras un día agotador, el acto de sentarse durante tiempos prolongados se ha normalizado en nuestra rutina diaria. Sin embargo, ¿sabías que este hábito, aparentemente inofensivo, podría estar poniendo en riesgo tu salud? Un estudio publicado en la prestigiosa revista médica JAMA Network Open reveló que pasar muchas horas sentado en el trabajo puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas e incluso de mortalidad prematura. Sin duda, estos hallazgos refuerzan la importancia de promover hábitos más activos, tanto en el ámbito laboral como en el estilo de vida diario, para proteger el bienestar general. El cuerpo humano está diseñado para moverse, caminar y mantenerse en constante actividad. No obstante, la modernidad nos ha llevado a adoptar un estilo de vida cada vez más sedentario, ya que las largas jornadas laborales, el transporte y hasta el tiempo de ocio nos mantienen atados a una silla. En definitiva, el sedentarismo crónico, más allá de la incomodidad o la fatiga, puede alterar el funcionamiento de órganos vitales, ralentizar el metabolismo y contribuir al desarrollo de afecciones graves. Estos riesgos han sido documentados en investigaciones, como la liderada por Wayne Gao, de la Taipei Medical University en Taiwán. Este estudio analizó cómo el tiempo prolongado sentado en el trabajo impacta en la mortalidad por todas las causas y enfermedades cardiovasculares, considerando también la influencia de diferentes niveles de actividad física. Básicamente, se demostró que incluso pequeños aumentos en el movimiento diaria pueden mitigar los efectos negativos del sedentarismo. La investigación, titulada “Occupational Sitting Time, Leisure Physical Activity, and All-Cause and Cardiovascular Disease Mortality”, utilizó datos de un cohorte de más de 480,000 personas que participaron en un programa de chequeo médico en Taiwán entre 1996 y 2017. Además, de analizar la relación entre la actividad física y el tiempo, el estudio destacó la importancia de alternar posturas y de incorporar pausas activas durante el día para reducir el riesgo de mortalidad asociado con el sedentarismo. Pasar más de 8 a 10 horas sentado, especialmente sin pausas activas o ejercicio, aumenta significativamente el riesgo de mortalidad y enfermedades crónicas, agravándose cuando el sedentarismo es continuo y prolongado. ¿Por qué estar sentado durante largos períodos de tiempo es considerado un factor de riesgo para la salud? Según explicó el doctor Donald Ford, médico de familia en Cleveland Clinic a Bienestar, pasar largas horas sentado tiene un impacto negativo significativo en la salud, afectando tanto el metabolismo como la circulación. A nivel biológico, la falta de movilidad prolongada reduce la actividad de las enzimas responsables de descompensar las grasas, como la lipoproteína lipasa, lo cual aumenta la acumulación de grasa en el organismo. Esto, combinado con un gasto energético reducido, incrementa el riesgo de obesidad y otras enfermedades metabólicas. Además, la posición prolongada ralentiza el flujo sanguíneo, especialmente en las piernas, lo que puede incrementar la formación de coágulos y el riesgo de trombosis venosa profunda. También afecta los niveles de colesterol y glucosa en la sangre, elevando los triglicéridos y disminuyendo el colesterol HDL (colesterol “bueno”), lo que contribuye a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas a largo plazo. Según el cardiólogo César Peralta, de la Clínica Ricardo Palma, si a este sedentarismo se le suman factores como antecedentes familiares de hipertensión, colesterol alto o diabetes, el riesgo cardiovascular se eleva aún más, predisponiendo al desarrollo de afecciones graves, como infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares. De acuerdo al estudio, las personas que pasan la mayor parte del tiempo sentadas tienen un 34% más de riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares debido a la disminución del gasto energético, una mayor resistencia a la insulina y disfunción metabólica, además del aumento de la presión arterial y el colesterol LDL. Por otro lado, se observó que quienes alternan entre estar sentados y de pie en el trabajo presentan un riesgo menor de desarrollar estos problemas. “Del mismo modo, el sedentarismo prolongado impacta negativamente en la postura y salud musculoesquelética, ya que debilita los músculos de la espalda baja y los glúteos, lo que puede provocar dolor lumbar y desequilibrios posturales. La falta de movimiento también causa rigidez en las articulaciones, especialmente en las caderas, afectando la flexibilidad y aumentando el riesgo de problemas de alineación en la columna, como hiperlordosis (curvatura excesiva en la parte baja de la espalda) y cifosis (curvatura excesiva en la parte superior). Además, una postura encorvada mientras estamos sentados provoca tensión en el cuello y los hombros, elevando el riesgo de afecciones como el “cuello de texto” y la compresión de los discos vertebrales, lo cual incrementa la probabilidad de lesiones como hernias discales”, refirió el doctor Ford. Si no cuidamos adecuadamente la ergonomía, es probable que desarrollemos malas posturas. Esto, combinado con la inactividad, puede conducir a la pérdida de masa muscular, lo que a su vez favorece la aparición de contracturas, dolores localizados y limitaciones funcionales, como cervicalgias, dorsalgias y lumbalgias. El impacto del senderismo también se extiende a la salud digestiva y mental, pues la falta de movimiento ralentiza la motilidad intestinal, lo que incrementa el riesgo de estreñimiento, al igual que afecta la calidad del sueño, aumentando la probabilidad de insomnio. En cuanto a la salud mental, el doctor Alex Jaymez, médico internista de la Clínica Internacional señaló que, la inactividad reduce la liberación de endorfinas y otros neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, lo cual puede aumentar el riesgo de ansiedad y depresión. ¿Cuándo es perjudicial para la salud pasar demasiado tiempo sentado? Estar sentado durante largos períodos se asocia con un aumento del 16% en el riesgo de mortalidad por cualquier causa, según la investigación. Este estilo de vida sedentario tiene efectos negativos en la salud cardiovascular, el metabolismo y la salud mental, aumentando la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas. Además, favorece a la inflamación sistémica y debilita

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