¿Te sientes ansioso o triste después de ver a tus amigos? 6 señales que indican que tienes una amistad tóxica y cómo alejarte de ella | dependencia emocional |baja autoestima | bienestar emocional | BIENESTAR

Las relaciones humanas son un pilar fundamental en la construcción de nuestra identidad y bienestar. Desde la infancia, aprendemos que la amistad es un refugio seguro, un espacio de apoyo mutuo y un vínculo que puede llegar a superar cualquier adversidad. Sin embargo, no todas las interacciones sociales nutren de la misma manera, pues en ocasiones, algunas en lugar de hacernos sentir bien con nosotros mismos, nos desgastan y nos sumergen en un ciclo de agotamiento emocional. Lamentablemente, este compañerismo y lealtad disfrazada, conocido como amistades tóxicas, no siempre son fáciles de identificar y mucho menos de confrontar; no obstante, poco a poco van minando nuestra autoestima y nuestra paz mental. Imagina que tienes un amigo de muchos años. Al principio, la relación era emocionante y llena de intereses compartidos. Sin embargo, con el tiempo, has empezado a notar ciertas actitudes que te incomodan: este amigo suele menospreciar tus logros y te hace sentir inseguro, así como también cuando compartes tus problemas, los minimiza o cambia de tema, como si tus preocupaciones no importaran. Además, constantemente busca compararse contigo, destacando tus debilidades y haciéndote sentir que nunca eres lo suficientemente bueno. En definitiva, esta dinámica, que en un inicio parecía saludable, comienza a generar una profunda tristeza, llevándote a cuestionar tu propia valía y a dudar de ti mismo. Según explicó el psicólogo y docente, Juan José Soza a Bienestar, una amistad tóxica es aquella en la que una o más personas experimentan un impacto negativo permanente, ya sea en el bienestar emocional, la autoestima o la salud mental. Básicamente se caracteriza por una serie de emociones y patrones de comportamientos que incluyen, un desbalance de poder, es decir, que uno de los amigos toma decisiones por el otro y críticas destructivas o comentarios negativos que socavan la autoestima. Asimismo, como refirió el doctor Alberto Alegre Bravo, coordinador académico de la carrera de psicología de Continental University of Florida, predomina la falta de respeto, ya que se suelen ignorar límites o necesidades del otro, al igual que hay una mayor tendencia a desentenderse de la responsabilidad de los propios errores, motivo por el cual, se culpa a la otra persona. Además, la manipulación emocional, con la finalidad de obtener lo que se quiere y la falta de empatía son dos actitudes claves en esta dinámica poco saludable. ¿Cuáles son las señales de alerta que indican que una amistad puede estar afectando la salud emocional? De acuerdo al experto, si una persona experimenta varias de las siguientes señales, puede ser un indicio de que la amistad es tóxica: Sentimientos de ansiedad o tristeza después de interactuar con la persona. Críticas constantes o menosprecio. Falta de apoyo en momentos difíciles. Sentimiento de agotamiento tras pasar tiempo juntos. Manipulación emocional o chantaje. Inseguridad sobre uno mismo después de las interacciones. Sentirse agotado o ansioso después de interactuar con la persona, experimentar estrés constante, dudar de uno mismo, y un patrón de conflicto o malestar emocional repetitivo son indicativos de que la amistad puede estar afectando la salud emocional. “A veces las personas suelen confundir una simple falta de compatibilidad con una relación tóxica. Si bien las diferencias de personalidad pueden generar conflictos, es importante tener en cuenta que el malestar no es constante ni intencional. Mientras que, en una amistad tóxica, los comportamientos dañinos son frecuentes y tienden a repetirse, indicando una falta de respeto o empatía. Por ello, la clave está en prestar atención a cómo nos sentimos después de interactuar con la persona. Si las emociones predominantes son agotamiento, tristeza o inseguridad, es probable que la amistad esté teniendo un impacto negativo en nuestra salud emocional”, expresó Soza. ¿Por qué algunas personas continúan manteniendo amistades tóxicas a pesar del impacto negativo en su vida? Definitivamente, hay ciertos perfiles de personalidad que son más propensos a caer en amistades tóxicas. Por ejemplo, las personas con una baja autoestima, una dependencia emocional o una necesidad constante de aprobación tienen un mayor riesgo, ya que buscan sentirse aceptadas y valoradas, incluso siendo capaces de sacrificar sus propias necesidades por mantener la relación, perpetuando así la toxicidad. De igual manera, aquellas con una alta tolerancia a la crítica o dificultad para establecer límites pueden ser más vulnerables, así como también las que han crecido en entornos familiares disfuncionales o que han experimentado relaciones abusivas en el pasado. Asimismo, el miedo a la soledad o una percepción errónea de lealtad pueden hacer que un individuo conserve estos vínculos, al igual que pueden sentirse atrapados en la relación debido a los años compartidos o por la esperanza de que la otra persona cambie. El psicólogo destacó que, la presión social y la creencia de que “no hay muchas amistades verdaderas” también pueden contribuir a mantener la amistad. “El tipo de apego juega un papel crucial en las amistades tóxicas, ya que las personas con un apego ansioso suelen aferrarse a relaciones dañinas por miedo a estar solas o a no ser queridas. De hecho, pueden haber internalizado la creencia de que no pueden estar bien sin esa persona, lo que perpetua el ciclo de toxicidad. Lamentablemente, algunas personas pueden verse inmersas en un espiral de abuso emocional, por lo que optan por utilizar los momentos positivos para justificar el comportamiento negativo”, sostuvo el doctor Alegre. ¿Cuál es el impacto que genera una amistad tóxica a nivel emocional y psicológico? Según Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de la Clínica Internacional, este tipo de amistades pueden ocasionar ansiedad, depresión, disminución de la autoestima y dificultades en la regulación emocional, así como también puede afectar la capacidad para desarrollar relaciones saludables en un futuro. Asimismo, la dinámica negativa puede causar estrés crónico, el cual repercute tanto en la salud mental, el rendimiento laboral, la calidad en las relaciones con otras personas, como también en la salud física. El apego y la dependencia emocional pueden hacer que las personas soporten comportamientos dañinos por miedo a perder la relación, incluso si afecta su bienestar emocional. Esto puede llevarlas a sentirse atrapadas y a

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