Videojuegos: ¿amigos o enemigos de tu salud? La ciencia revela los efectos de jugar hasta 3 horas diarias | estrés | PS5 | BIENESTAR
En la actualidad, los videojuegos se han convertido en una de las formas de entretenimiento más populares y accesibles del mundo. Desde los más pequeños hasta los adultos, millones de personas dedican parte de su día a sumergirse en mundos virtuales llenos de desafíos y aventuras. Sin embargo, durante décadas, estos han sido objeto de debate debido a su influencia en la salud mental. Las preocupaciones sobre las adicciones y su impacto en las relaciones sociales han dominado la narrativa, proyectando una imagen predominantemente negativa. No obstante, un reciente estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour desafió esta visión al revelar que los videojuegos pueden mejorar el bienestar mental cuando se usan de manera moderada. A medida que el mundo se vuelve cada vez más digital, los juegos de video han evolucionado más allá de ser simples pasatiempos, ya que hoy en día, abarcan un amplio espectro de géneros que van desde contenidos más educativos y de estrategias, hasta simulaciones de la vida real o experiencias colaborativas. Sin duda, esta diversidad ha permitido que las consolas y los juegos en línea se conviertan en herramientas útiles para fomentar una serie de habilidades cognitivas. Sin embargo, como cualquier forma de entretenimiento, el abuso de estas actividades virtuales puede tener consecuencias negativas, tanto en la salud física como en la emocional, lo que continúa generando dudas sobre su impacto. José Soza, psicólogo y docente de Continental University Of Florida explicó a Bienestar que la relación entre los videojuegos y la salud mental es compleja, ya que depende de varios factores, como el tipo de juego, la cantidad de tiempo invertido y el contexto en el que se juega, así como también la personalidad del jugador. Por lo tanto, algunos videojuegos pueden fomentar habilidades sociales y emocionales, mientras que otros, si se utilizan de forma desmedida, pueden exacerbar problemas preexistentes como la ansiedad o el aislamiento social. Por ello, para profundizar en esta cuestión, la investigación titulada “Causal effect of video gaming on mental well-being in Japan 2020–2022″, liderada por Hiroyuki Egami, analizó el impacto de los videojuegos en el bienestar mental y el malestar psicológico de los jugadores durante la pandemia de COVID-19. El estudio, que se basó en un experimento natural utilizando la distribución aleatoria de consolas Nintendo Switch y PlayStation 5 debido a la escasez de estos dispositivos, contó con la participación de 97,602 personas de entre 10 y 69 años en Japón. Los resultados revelaron que quienes jugaban entre 1 y 3 horas diarias experimentaron mejoras en su salud mental y satisfacción con la vida. Consolas como el Nintendo Switch, que suelen utilizarse en entornos familiares o sociales, fomentan la interacción positiva entre amigos y familiares, fortaleciendo así las conexiones sociales y por ende, una mejora en el bienestar mental. ¿Cuáles son los factores que influyen en el bienestar mental de los jugadores de videojuegos? Cantidad de tiempo de juego Según el estudio publicado el pasado mes de agosto, uno de los principales factores que determina el bienestar mental es el tiempo, pues se observó que jugar menos de tres horas al día se asocia con efectos positivos en la salud mental, como la reducción del malestar y un aumento en la satisfacción con la vida, así como también actúa como una forma de entretenimiento relajante. Sin embargo, al exceder este rango, los efectos contraproducentes pueden aparecer. “El uso excesivo de videojuegos puede generar diversas consecuencias negativas en la vida cotidiana. Entre los efectos más comunes se encuentran la adicción, la disminución de habilidades sociales, el bajo rendimiento académico o laboral, y el deterioro de la salud física debido a la inactividad. Además, puede agravar problemas de salud mental preexistentes, como la depresión y la ansiedad, creando un ciclo de dependencia emocional donde los videojuegos se convierten en una vía de escape y la principal fuente de satisfacción. Sin duda, este ciclo puede llevar al aislamiento social, ya que las personas tienden a evitar enfrentar sus dificultades a través del juego, lo cual no solo empeora la salud mental, sino que también limita el desarrollo de habilidades de afrontamiento adecuadas. Asimismo, la falta de interacción cara a cara y la inactividad física intensifican sentimientos de soledad, desesperanza y fatiga, lo que afecta tanto la concentración como el bienestar general”, expresó el psicólogo. Tipo de consola Asimismo, Egami y el equipo de investigadores determinó que los efectos varían según la consola utilizada. En este caso, el Nintendo Switch, que fomenta un juego cooperativo y familiar, mostró mayores beneficios en los adolescentes. Como destacó la psicóloga clínica, Ana Rodríguez, este tipo de consola les permite una mayor interacción social y conexión con amigos y familiares, además de que los juegos suelen ser más accesibles y menos intensivos, lo que reduce el riesgo de adicción y promueve un uso más equilibrado En contraste, la PlayStation 5, con juegos más complejos, resultó ser más beneficiosa para jugadores adultos y “hardcore”. De acuerdo con Soza, aunque esta consola también ofrece juegos multijugador, tiende a estar más centrada en experiencias individuales y competitivas, lo que puede limitar sus beneficios sociales en comparación con el Nintendo Switch. Los adolescentes pueden ser más vulnerables tanto a los efectos positivos como negativos de los videojuegos debido a su etapa de desarrollo, ya que están en un período crítico de formación de identidad y habilidades sociales, lo que puede hacerlos más susceptibles a influencias externas. “Igualmente, las características de los videojuegos pueden influir en la salud mental. Aquellos con niveles ajustables de desafío y una curva de aprendizaje equilibrada pueden mejorar la autoestima y fomentar la perseverancia. Los juegos narrativos que promueven la empatía, y los cooperativos que impulsan la socialización, también tienen un impacto positivo en el bienestar emocional. Además, los juegos que permiten la creatividad y la personalización ofrecen satisfacción y un sentido de control, lo que favorece a la salud mental. Sin embargo, los videojuegos violentos pueden aumentar la agresividad y disminuir la sensibilidad hacia la violencia real, afectando negativamente el comportamiento emocional”. Contexto