¿Te has sido infiel a ti mismo? 8 estrategias para reconectar con tus sueños y recuperar tu esencia | miedo al rechazo | presión social | insatisfación | BIENESTAR
Solemos asociar la fidelidad a las relaciones de pareja, las promesas y compromisos que hacemos hacia los demás. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre la fidelidad hacia nosotros mismos. Todos los días tomamos decisiones que impactan en nuestro bienestar, nuestros objetivos y nuestra satisfacción personal, por lo que en ocasiones terminamos traicionándonos sin siquiera darnos cuenta. Básicamente, esta “infidelidad personal”, la cual es mucho más íntima, profunda y a menudo ignorada, suele ser devastadora, ya que lentamente erosiona nuestra autoestima, nuestras metas e incluso nuestra propia felicidad, alejándonos de quienes realmente somos y de los que verdaderamente queremos lograr. Probablemente, todos hemos experimentado alguna vez ese malestar silencioso que surge cuando decimos “sí” a algo que en el fondo queríamos rechazar, o cuando nos obligamos a encajar en moldes ajenos, sacrificando nuestras pasiones y autenticidad. En un mundo que constantemente nos empuja a adaptarnos a las expectativas de los demás, es fácil perder el contacto con nuestra verdadera esencia. Desde pequeñas decisiones cotidianas, como aceptar compromisos que no deseamos, hasta grandes elecciones de vida, como seguir una carrera que no nos llena, la infidelidad hacia uno mismo se manifiesta de muchas maneras. Aunque puede pasar desapercibida durante mucho tiempo, puede que un día nos demos cuenta de que hemos estado viviendo para complacer a los demás en lugar de a nosotros mismos. ¿Qué es la infidelidad hacia uno mismo? La infidelidad representa una ruptura de confianza y una violación de los acuerdos implícitos que existen entre dos personas, como en una relación de pareja. No obstante, como señaló Zendy Pinedo, estratega de vida, coach ontológica y autora del libro “Consciencia de un Infiel” a Bienestar, este tipo de quiebre también puede ocurrir en la relación que tenemos con nosotros mismos. A menudo, establecemos una serie de metas o deseos personales, como trabajar en cierto lugar, vivir de determinada manera, bajar de peso o estudiar una maestría; sin embargo, nuestras acciones no siempre están alineadas con estos objetivos, lo que resulta en una traición personal, al ignorar todas aquellas promesas que un día nos hicimos. Nos volvemos infieles a nosotros mismos cuando dejamos que las expectativas ajenas dirijan nuestras decisiones. Al priorizar constantemente lo que los demás desean por encima de nuestros propios sueños y aspiraciones, estamos traicionando nuestra verdadera esencia. “La infidelidad hacia uno mismo ocurre cuando no honramos nuestros valores, deseos o necesidades genuinas. Es una traición a nuestro propio ser, nuestra identidad y a lo que consideramos importante, por lo que surge cuando vivimos en desacuerdo con lo que verdaderamente sentimos o pensamos. A diferencia del autoengaño, donde nos convencemos de una realidad distorsionada, en la infidelidad somo conscientes de que estamos traicionándonos, pero seguimos actuando en contra de nosotros mismos, ya sea por conformismo, miedo al rechazo, presión social o por la creencia de que no somos lo suficientemente valiosos para seguir nuestros propios sueños o aspiraciones”, expresó Madeli Santos, psicóloga clínica y experta en relaciones conscientes y gestión emocional. ¿Qué lleva a una persona a traicionarse a sí misma? En definitiva, el miedo es una de las principales razones por las que una persona puede llegar a traicionarse. Como mencionó la coach ontológica, esta emoción está presente cuando se comete una infidelidad, ya que nos alerta de la posibilidad de perder algo valioso. Por ejemplo, alguien que es infiel a sí mismo podría temer perder la aprobación de su familia, su estabilidad financiera o cualquier otra cosa que valore. “El miedo al rechazo o al juicio de los demás, sin duda, es uno de los principales motores de la infidelidad. Este temor nos lleva a actuar de manera que obtengamos la aprobación social o de las personas que nos rodean, aún cuando esas decisiones van en contra de nuestros deseos auténticos. En las decisiones cotidianas, este miedo puede manifestarse en la elección de palabras, acciones, e incluso en decisiones importantes como la carrera que seguimos, las relaciones que mantenemos o las metas que nos proponemos. Cuando una persona prioriza lo que otros piensan sobre lo que ella realmente quiere, está traicionándose a sí misma para encajar en un molde ajeno, lo que genera frustración y desconexión con su propio ser”, explicó la especialista en relaciones conscientes. Las expectativas sociales y familiares también juegan un papel importante, pues muchas veces podemos sentir una gran presión por cumplir con lo que los demás esperan de nosotros, lo cual puede llevarnos a ignorar nuestros propios deseos. La realidad es que, el miedo a decepcionar a los demás o a ser juzgados puede hacer que traicionemos lo que realmente queremos, creando una brecha entre nuestras acciones y nuestras necesidades internas. “Venimos de una cultura y, muchas veces de familias muy verticales, donde no queremos decepcionar a nuestros padres. Sin lugar a duda, esta es una preocupación común mientras crecemos, especialmente porque nuestros padres, de generaciones anteriores, suelen valorar la estabilidad, ya que, para ellos, el tener un trabajo fijo o un matrimonio duradero representa seguridad. Por esta razón, esa necesidad de validación permanente, de asegurar que nuestros padres o la sociedad aprueben nuestras decisiones, está profundamente arraigada en nosotros, por lo que siempre optamos por ser percibidos como personas exitosas o estables”, expresó Pinedo. Todos poseemos un conjunto de valores que guían nuestras vidas. Sin embargo, cuando actuamos en contra de esos principios, traicionamos nuestra esencia, la cual puede manifestarse de manera sutil, como aceptar comportamientos de otros que normalmente no toleraríamos. De igual manera, como refirió Santos, el perfeccionismo puede ser una forma de infidelidad a uno mismo. Al tratar de ser “perfectos”, dejamos de ser auténticos, lo que nos lleva a ignorar nuestras verdaderas emociones y necesidades, generando una desconexión interna. La autocompasión es clave para sanar la infidelidad hacia uno mismo y construir una relación más saludable, ya que nos permite reconocer los errores sin sentir vergüenza y nos impulsa a avanzar con la convicción de que merecemos ser feliz. ¿Qué señales podrían indican que una persona está siendo infiel a sí misma?