Un estudio descubre que componente del Ozempic podría aumentar el riesgo de suicidio | semaglutida | diabetes | pérdida de peso | depresión | BIENESTAR
En los últimos meses, el Ozempic ha dejado de ser un término desconocido por muchos para convertirse en uno de los temas más buscados en internet. Básicamente, este medicamento, cuyo principio activo es la semaglutida, fue originalmente desarrollado para tratar la diabetes tipo 2. No obstante, su capacidad para ayudar a la pérdida de peso, lo ha posicionado en el centro de una creciente polémica, la cual involucra a expertos médicos, autoridades sanitarias, pero principalmente, está liderada por personalidades de la cultura pop, desde Oprah Winfrey, Christina Aguilera, Kim Kardashian hasta Elon Musk. Sin duda, lo que empezó como un tratamiento para controlar la glucosa en pacientes diabéticos, actualmente es visto por millones de personas como una solución “rápida” para combatir el sobrepeso y la obesidad, desatando así un auténtico boom en el mercado. Ciertamente, su presencia en diversos titulares alrededor del mundo y las redes sociales, impulsado por el uso indiscriminado por parte de estas y otras celebridades, han contribuido al fenómeno de culto que rodea a este fármaco. Por esta razón, y pese a que ha demostrado su efectividad para tratar enfermedades como la diabetes y tener un impacto significativo en la pérdida de peso, el Ozempic junto a otros medicamentos similares, se encuentran bajo la lupa de la comunidad científica. Con el aumento de su demanda, algunas investigaciones señalan serias advertencias sobre los riesgos que podrían estar ocultos bajo la superficie. Uno de los estudios más recientes, es el publicado el pasado 20 de agosto en la revista académica JAMA Network Open, en el cual se analizó los posibles riesgos de ideación suicida y autolesiones en pacientes tratados con semaglutida, ya sea para la diabetes o para perder peso. Para ello se utilizó la base de datos global de reacciones adversas a medicamentos en 140 países, recopilada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ozempic, cuyo principio activo es la semaglutida, es un medicamento utilizado principalmente para tratar la diabetes tipo 2, ya que ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Tras años de estudio, ha mostrado resultados significativos en el manejo de esta enfermedad y sus complicaciones crónicas, como problemas cardiovasculares y renales, además de contribuir a la pérdida de peso.(AP) / David J. Phillip En el artículo titulado “Disproportionality Analysis From World Health Organization Data on Semaglutide, Liraglutide, and Suicidality”, los autores identificaron de un total de 30,500 pacientes, 107 casos de personas con un promedio de edad de 48 años (55% mujeres) que reportaron pensamientos suicidas durante el tratamiento con semaglutida. Además, se registraron 162 informes similares entre más de 52,000 personas (promedio de edad 47 años, 61% mujeres) que tomaban liraglutida, otro principio activo empleado en fármacos para la diabetes. ¿Cómo actúa el principio activo del Ozempic en el cuerpo? Según señaló Marlon Yovera, endocrinólogo e investigador de la Universidad Científica de Sur a Bienestar, el Ozempic es un medicamento inyectable aprobado principalmente para tratar la diabetes tipo 2 y la reducción de eventos cardiovasculares en estos pacientes. Sin embargo, de manera no oficial u off-label, su uso se ha extendido al manejo crónico del peso en personas con o sin obesidad. Este medicamento tiene como principio activo a la semaglutida, un antagonista del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), que funciona ayudando al cuerpo a liberar insulina cuando los niveles de azúcar en la sangre son altos y a reducir la cantidad de glucosa producida por el hígado. Además, como refirió el doctor W. Scott Butsch, especialista en medicina de la obesidad de Cleveland Clinic, esta ralentiza el vaciamiento gástrico, lo que puede llevar a una sensación de saciedad y, en muchos casos, a la pérdida de peso. “Cuando una persona consume alimentos, una sustancia conocida como GLP-1 se secreta en el tracto intestinal. Esta hormona viaja al páncreas, señalando la presencia de alimentos y estimulando la liberación de insulina. Además, llega al hipotálamo, la región del cerebro que regula el apetito, enviando la señal de que hay comida en el sistema, lo que reduce la necesidad de comer. Como resultado, el paciente experimenta una disminución del hambre y se siente lleno más rápido. En concreto, este agente farmacéutico actúa sobre los receptores que normalmente responden a un péptido de origen intestinal, los cuales se encuentran en el páncreas, el tracto gastrointestinal, el cerebro, el corazón y los riñones. Asimismo, retrasa el vaciado gástrico y actúa en el sistema nervioso central, mejorando la sensación de saciedad. Mientras que, en personas con diabetes tipo 2, contribuye al control de los niveles de glucosa en sangre sin aumentar el riesgo de hipoglucemia”, explicó el endocrinólogo. Por su parte, Jesús Rocca, endocrinólogo de la Clínica Ricardo Palma mencionó que, la semaglutida fue desarrollada por la industria farmacéutica como una alternativa más duradera a la liraglutida, cuyo efecto dura aproximadamente 24 horas, en cambio, este nuevo análogo, tiene una efectividad de hasta una semana. Aunque ambas pertenecen a la misma familia de fármacos, los agonistas del GLP-1, son moléculas diferentes, por lo que la semaglutida es considerada como uno de los antidiabéticos más efectivos después de la insulina, así como también se destaca por ser muy eficiente en la reducción de peso entre otros fármacos de su clase. En el estudio se observó que los pacientes que tomaban antidepresivos o benzodiazepinas junto con semaglutida tenían un riesgo significativamente mayor de ideación suicida, lo que sugiere una posible interacción entre estos fármacos y el estado mental del paciente. ¿Cuáles son los efectos secundarios de la semaglutina? De acuerdo a Carlos Guerreros, endocrinólogo de la Clínica Internacional, los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, vómitos, sensación de llenura, estreñimiento, vértigo, vómitos, diarrea y dolor abdominal. No obstante, estos efectos suelen ser leves y tienden a disminuir con el tiempo a medida que el cuerpo se adapta al medicamento. Por ello, como recomendó el experto de Cleveland Clinic, para manejarlos, se debe iniciar el tratamiento con una dosis baja y aumentarla gradualmente según lo indicado por el médico tratante. Adicionalmente, es útil