Irán ha lanzado en la tarde del martes dos centenares de misiles sobre diferentes regiones de Israel, en lo que supone el peor ataque que jamás ha llevado a cabo Teherán sobre el Estado judío. Las alarmas advirtiendo del peligro se han activado por todo el territorio, incluidas las ciudades de Jerusalén y Tel Aviv. Pronto se informó de algunos impactos en zonas habitadas, como en un edificio al norte de Tel Aviv, y también se oyeron explosiones en Jerusalén, según medios locales. El ejército cifró en unos 180 los proyectiles disparados. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha difundido un comunicado en vídeo en el que se compromete a tomar represalias. “Irán cometió un gran error esta noche y pagará por ello” (…). “El régimen de Irán no entiende nuestra determinación de defendernos y de tomar represalias contra nuestros enemigos”, ha dicho el mandatario.
Esta es la primera vez que el régimen iraní, que ha asumido la autoría del bombardeo, logra superar las defensas antiaéreas y alcanzar núcleos urbanos de Israel. El golpe ha tenido lugar poco después de que Estados Unidos advirtiera de que era “inminente”. Apenas dos horas después, el ejército de Israel lo ha dado por concluido y las autoridades reabrían el espacio aéreo, además de volver a permitir a la población salir de los refugios.
El temor a una respuesta aún mayor planea sobre la región. Tanto las autoridades israelíes como las iraníes han advertido de que responderán ante cualquier movimiento de represalia que se produzca en esta confrontación. “Nosotros decidiremos cuándo Irán paga el precio. Y demostraremos nuestras precisas y sorprendentes capacidades de ataque”, aseguró el jefe del Estado Mayor, Herzl Halevi. La misión iraní en Naciones Unidas aseguró, por su parte, en un mensaje en X: “Si el régimen sionista se atreve a responder o a cometer nuevos actos de malicia, recibirá una respuesta demoledora”. “Irán no busca la guerra, pero responderá con firmeza a cualquier amenaza”, escribió en su cuenta en X a última hora del día el presidente iraní, Masud Pezeshkian.
Las autoridades israelíes no tienen constancia de que los misiles iraníes hayan provocado heridos de gravedad. Sin embargo, la autoridad palestina de defensa en Cisjordania ha informado de que la metralla mató a un hombre gazatí cerca de Jericó y que la caída de restos de proyectiles causó daños y provocó incendios en la zona, según informa Reuters.
El ejército anunció que se habían producido lanzamientos de misiles desde Irán mientras las sirenas saltaban por todo el país. Los responsables militares aseguraron que harían todo lo posible por mantener a la población a salvo y pidieron que se obedecieran las recomendaciones de seguridad en diferentes zonas del país, según un comunicado. “Esté atento y actúe exactamente de acuerdo con las instrucciones”, señaló el portavoz castrense Daniel Hagari mientras llegaban órdenes a los ciudadanos por diferentes medios como redes sociales y teléfonos móviles. “Cuando suene una alarma debe dirigirse a zona protegida y esperar allí hasta nuevas instrucciones”, añadió sin concretar posibles objetivos del ataque. Las autoridades israelíes habían anunciado por la tarde el cierre del espacio aéreo.
Irán estaba lista para atacar Israel con misiles balísticos, según había advertido poco antes un alto cargo del Gobierno de EE UU, avisando de las “graves consecuencias” si eso llegaba a ocurrir. Este ataque supone un salto cualitativo en la escalada bélica que vive Oriente Próximo desde el pasado 7 de octubre. La Guardia Revolucionaria, el poderoso ejército paralelo iraní, confirmó que la operación constituía una respuesta a los asesinatos por parte de Israel del líder de Hamás, Ismail Haniya, y el de Hezbolá, Hasan Nasralá.
Al conocerse el ataque, el presidente estadounidense, Joe Biden, dio orden a las fuerzas de su país destacadas en la zona que acudieran en auxilio de Israel y derribaran los misiles iraníes. En la operación, según ha indicado el Pentágono, participaron dos destructores desplegados en el Mediterráneo oriental, el Cole y el Bulkeley, desde los que se lanzaron docenas de interceptores.
En una breve declaración en la Casa Blanca, Biden confirmó que las fuerzas estadounidenses “apoyaron activamente” la defensa israelí. “Aún valoramos el impacto, pero por lo que sabemos hasta el momento el ataque parece repelido y poco efectivo. Esto da fe de la capacidad militar israelí… y da fe de la intensa planificación entre Estados Unidos e Israel para anticiparse y defenderse contra un ataque descarado”. Las consecuencias para Irán aún “están por ver”, ha agregado.
Por su parte, el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, declaraba en la rueda de prensa diaria de la Casa Blanca que el paso que ha dado Irán representa una “escalada significativa” en la crisis. El Gobierno del presidente Joe Biden se encuentra en estrecho contacto con el de Israel y evalúa cuáles serán los próximos pasos en su respuesta hacia Teherán, ha indicado este alto cargo. En el Pentágono, el portavoz Pat Ryder señalaba que Irán no advirtió con antelación a Estados Unidos sobre el ataque, que el Departamento de Defensa considera que tuvo unas dimensiones del “doble” en cuanto a “número de misiles balísticos” con respecto al lanzamiento de misiles iraníes del pasado abril contra Israel.
El ataque ha superado los niveles de impacto de los ocurridos el 12 y 13 de abril, los primeros que había lanzado nunca Irán directamente contra Israel. Entonces, Teherán lanzó más de 200 drones y misiles de crucero contra Israel como represalia contra el bombardeo de un recinto consular en Damasco. Aquel asalto sin precedentes no dejó muertos y sus daños fueron limitados: la mayoría de los proyectiles fueron derribados por una coalición encabezada por Estados Unidos.
Inmediatamente después de que Israel anunciara su invasión del sur de Líbano a última hora del lunes, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, confirmó que había conversado con su homólogo israelí, Yoav Gallant, con quien se mostró de acuerdo en la necesidad de destruir la infraestructura de Hezbolá. Austin también había declarado el compromiso de Washington con la seguridad de Israel, y había advertido a Teherán contra cualquier tentación de un ataque directo contra ese país aliado, que finalmente realizó, lo que pone en un punto álgido las tensiones en la región, en su peor momento desde el comienzo de la guerra de Gaza hace casi un año.
“El secretario y el ministro Gallant abordaron las graves consecuencias para Irán en el caso de que Irán decida lanzar un ataque militar directo contra Israel”, había indicado el Pentágono en un comunicado.
Como medida disuasoria, Estados Unidos anunció el envío de varios miles de soldados más a Oriente Próximo para reforzar a las tropas que ya tiene destacadas allí. El despliegue elevará a cerca de 43.000 la cifra de militares estadounidenses desplegados en la zona. El Pentágono también doblará los aviones caza F-16, F-15 y F-22 de que dispone en la región. Además, ya se dirigía hacia el Mediterráneo el portaaviones Harry Truman, mientras que el Abraham Lincoln ha prorrogado un mes la misión que le mantiene desplegado en el golfo de Omán.
Máxima alerta en Israel
En una declaración grabada en vídeo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguraba poco antes del lanzamiento de los misiles desde Irán que su país afronta “graves desafíos” al enfrentarse contra Irán, pero no hizo mención específica a un posible lanzamiento de misiles.
El portavoz militar israelí había advertido de que “el fuego iraní contra el Estado de Israel tendrá consecuencias”. Gallant y el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Herzi Halevi, se encontraban siguiendo de cerca los acontecimientos, según fuentes ministeriales.
La Embajada de Estados Unidos en Israel emitió una “alerta de alto nivel a sus empleados en Israel y los territorios palestinos” tras el aumento de la tensión “instándoles a que regresen a casa y estén preparados para entrar en un refugio antiaéreo”. La orden es similar a la emitida aquella noche de abril en la que Irán también atacó a Israel.