jueves, 23 octubre, 2025
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Es importante entender que tanto las grasas como los carbohidratos nos aportan una cantidad determinada de calorías, las cuales sirven como energía para los procesos celulares en el organismo. Así, cuando pongo en marcha un plan nutricional con mis pacientes, queda claro que debemos saber que las bebidas alcohólicas aportan incluso más calorías que las grasas. Dos vasos de una bebida con alta concentración de alcohol, como ron, vodka, gin, tequila o whisky, son comparables a comerse una hamburguesa completa con papas fritas.

Con esto en mente, está bien dejar de consumir alimentos altos en calorías, pero también es fundamental que las personas que beben de forma constante, o incluso solo de forma “social”, también reduzcan el consumo de alcohol, al menos durante las semanas o meses que necesiten para perder algunos kilos de más. Esto no solo disminuirá el nivel calórico, que, si no se quema, se deposita directamente como grasa. Esta grasa puede ser tanto subcutánea, en los llamados “rollitos”, como intraabdominal, conocida como grasa parda, que es particularmente peligrosa ya que se acumula en el abdomen y provoca el aumento de la circunferencia abdominal, lo que comúnmente llamamos la “barriga chelera” en Perú, especialmente en aquellos que consumen mucha cerveza.

Aunque la cerveza tiene una menor concentración de alcohol por mililitro, su contenido calórico es mayor debido a la levadura, lo que también provoca un incremento en el porcentaje de grasa corporal, afectando no solo el abdomen, sino también las piernas, los glúteos, la espalda y cualquier área con tejido graso subcutáneo.

Por último, es necesario recordar que el alcohol es nocivo para el páncreas y el hígado, pudiendo causar pancreatitis alcohólica y cirrosis, respectivamente. El vino, aunque tiene una baja concentración de alcohol, también debe ser evitado durante la pérdida de peso.

No quiero ser aguafiestas, pero esta columna busca aclarar que obtendrán mejores resultados si evitan el alcohol o sus equivalentes. Pueden optar por bebidas calientes o frías sin alcohol y sin azúcar para acompañar sus cenas o reuniones familiares.



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