jueves, 14 noviembre, 2024
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Diabetes: la común amenaza silenciosa que afecta la calidad de vida y cómo prevenir sus complicaciones | BIENESTAR

Linkin Park confirmó concierto en Lima como parte de su gira mundial “From Zero” | LUCES

Amistad hombres y mujeres: es posible psicólogos explican por qué sí y cómo conservarla | madurez emocional | comunicación | BIENESTAR

cáncer de pulmón Estudio revela que la apnea del sueño estaría relacionada | BIENESTAR

El poder de elegir: construye un entorno que potencie tu longevidad | BIENESTAR

¿Sientes que no encajas en ningún lado? Cómo saber si eres tú o los demás | BIENESTAR

Fue mano derecha de Scorsese, hizo “Barbie”, y ahora adapta “Pedro Páramo”: una charla con Rodrigo Prieto | Netflix | LUCES

Sedentarismo | Por qué estar sentado todo el día puede acortar tu vida, según estudio | pausas activas | actividad física| salud cardiovascular | BIENESTAR

Cómo los juegos manuales ayudan al desarrollo personal, explica experto en construir con piezas de Lego | BIENESTAR

Desfibrilador subcutáneo: el dispositivo que evita la muerte súbita en pacientes cardiacos ya existe en Perú | BIENESTAR

Salud

¿Te sientes ansioso o triste después de ver a tus amigos? 6 señales que indican que tienes una amistad tóxica y cómo alejarte de ella | dependencia emocional |baja autoestima | bienestar emocional | BIENESTAR

Las relaciones humanas son un pilar fundamental en la construcción de nuestra identidad y bienestar. Desde la infancia, aprendemos que la amistad es un refugio seguro, un espacio de apoyo mutuo y un vínculo que puede llegar a superar cualquier adversidad. Sin embargo, no todas las interacciones sociales nutren de la misma manera, pues en ocasiones, algunas en lugar de hacernos sentir bien con nosotros mismos, nos desgastan y nos sumergen en un ciclo de agotamiento emocional. Lamentablemente, este compañerismo y lealtad disfrazada, conocido como amistades tóxicas, no siempre son fáciles de identificar y mucho menos de confrontar; no obstante, poco a poco van minando nuestra autoestima y nuestra paz mental. Imagina que tienes un amigo de muchos años. Al principio, la relación era emocionante y llena de intereses compartidos. Sin embargo, con el tiempo, has empezado a notar ciertas actitudes que te incomodan: este amigo suele menospreciar tus logros y te hace sentir inseguro, así como también cuando compartes tus problemas, los minimiza o cambia de tema, como si tus preocupaciones no importaran. Además, constantemente busca compararse contigo, destacando tus debilidades y haciéndote sentir que nunca eres lo suficientemente bueno. En definitiva, esta dinámica, que en un inicio parecía saludable, comienza a generar una profunda tristeza, llevándote a cuestionar tu propia valía y a dudar de ti mismo. Según explicó el psicólogo y docente, Juan José Soza a Bienestar, una amistad tóxica es aquella en la que una o más personas experimentan un impacto negativo permanente, ya sea en el bienestar emocional, la autoestima o la salud mental. Básicamente se caracteriza por una serie de emociones y patrones de comportamientos que incluyen, un desbalance de poder, es decir, que uno de los amigos toma decisiones por el otro y críticas destructivas o comentarios negativos que socavan la autoestima. Asimismo, como refirió el doctor Alberto Alegre Bravo, coordinador académico de la carrera de psicología de Continental University of Florida, predomina la falta de respeto, ya que se suelen ignorar límites o necesidades del otro, al igual que hay una mayor tendencia a desentenderse de la responsabilidad de los propios errores, motivo por el cual, se culpa a la otra persona. Además, la manipulación emocional, con la finalidad de obtener lo que se quiere y la falta de empatía son dos actitudes claves en esta dinámica poco saludable. ¿Cuáles son las señales de alerta que indican que una amistad puede estar afectando la salud emocional? De acuerdo al experto, si una persona experimenta varias de las siguientes señales, puede ser un indicio de que la amistad es tóxica: Sentimientos de ansiedad o tristeza después de interactuar con la persona. Críticas constantes o menosprecio. Falta de apoyo en momentos difíciles. Sentimiento de agotamiento tras pasar tiempo juntos. Manipulación emocional o chantaje. Inseguridad sobre uno mismo después de las interacciones. Sentirse agotado o ansioso después de interactuar con la persona, experimentar estrés constante, dudar de uno mismo, y un patrón de conflicto o malestar emocional repetitivo son indicativos de que la amistad puede estar afectando la salud emocional. “A veces las personas suelen confundir una simple falta de compatibilidad con una relación tóxica. Si bien las diferencias de personalidad pueden generar conflictos, es importante tener en cuenta que el malestar no es constante ni intencional. Mientras que, en una amistad tóxica, los comportamientos dañinos son frecuentes y tienden a repetirse, indicando una falta de respeto o empatía. Por ello, la clave está en prestar atención a cómo nos sentimos después de interactuar con la persona. Si las emociones predominantes son agotamiento, tristeza o inseguridad, es probable que la amistad esté teniendo un impacto negativo en nuestra salud emocional”, expresó Soza. ¿Por qué algunas personas continúan manteniendo amistades tóxicas a pesar del impacto negativo en su vida? Definitivamente, hay ciertos perfiles de personalidad que son más propensos a caer en amistades tóxicas. Por ejemplo, las personas con una baja autoestima, una dependencia emocional o una necesidad constante de aprobación tienen un mayor riesgo, ya que buscan sentirse aceptadas y valoradas, incluso siendo capaces de sacrificar sus propias necesidades por mantener la relación, perpetuando así la toxicidad. De igual manera, aquellas con una alta tolerancia a la crítica o dificultad para establecer límites pueden ser más vulnerables, así como también las que han crecido en entornos familiares disfuncionales o que han experimentado relaciones abusivas en el pasado. Asimismo, el miedo a la soledad o una percepción errónea de lealtad pueden hacer que un individuo conserve estos vínculos, al igual que pueden sentirse atrapados en la relación debido a los años compartidos o por la esperanza de que la otra persona cambie. El psicólogo destacó que, la presión social y la creencia de que “no hay muchas amistades verdaderas” también pueden contribuir a mantener la amistad. “El tipo de apego juega un papel crucial en las amistades tóxicas, ya que las personas con un apego ansioso suelen aferrarse a relaciones dañinas por miedo a estar solas o a no ser queridas. De hecho, pueden haber internalizado la creencia de que no pueden estar bien sin esa persona, lo que perpetua el ciclo de toxicidad. Lamentablemente, algunas personas pueden verse inmersas en un espiral de abuso emocional, por lo que optan por utilizar los momentos positivos para justificar el comportamiento negativo”, sostuvo el doctor Alegre. ¿Cuál es el impacto que genera una amistad tóxica a nivel emocional y psicológico? Según Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de la Clínica Internacional, este tipo de amistades pueden ocasionar ansiedad, depresión, disminución de la autoestima y dificultades en la regulación emocional, así como también puede afectar la capacidad para desarrollar relaciones saludables en un futuro. Asimismo, la dinámica negativa puede causar estrés crónico, el cual repercute tanto en la salud mental, el rendimiento laboral, la calidad en las relaciones con otras personas, como también en la salud física. El apego y la dependencia emocional pueden hacer que las personas soporten comportamientos dañinos por miedo a perder la relación, incluso si afecta su bienestar emocional. Esto puede llevarlas a sentirse atrapadas y a

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¿Evitas hablar en público por miedo a ser juzgado?: 13 maneras para superar la vergüenza y potenciar tu crecimiento personal | miedo al rechazo | autoestima |autocrítica | BIENESTAR

En nuestra vida cotidiana, pocas emociones son tan poderosas y persistentes como la vergüenza. Aunque puede parecer transitoria o menor, esta actúa como una sombra que puede frenar nuestras decisiones, limitando muchas veces la forma en que interactuamos con el mundo y, aún más importante, la manera en que nos percibimos a nosotros mismos. Según explicó la doctora Fanny Abanto, psicoterapeuta especializada en terapia de esquemas a Bienestar, la vergüenza está estrechamente relacionada con nuestro autoconcepto y nuestra identidad, provocando un cuestionamiento constante que afecta significativamente nuestro valor personal, autoestima y confianza. Desde la infancia, aprendemos a evitar ciertos comportamientos o situaciones para no sentirnos avergonzados, temiendo ser juzgados o rechazados. Sin embargo, esta evitación se va tornando en un patrón que persiste en la adultez, bloqueando oportunidades hasta el punto de restringir nuestro propio crecimiento personal. ¿Cuántas veces evitamos expresarnos libremente, intentar algo nuevo o asumir riesgos por miedo al “qué dirán” o a no ser lo suficientemente buenos? Sin duda, este tipo de temores, impulsados por la vergüenza, puede llegar a definir nuestras elecciones y alejarnos de nuestras metas, sueños y relaciones significativas. “Según Robert Plutchik, creador de la rueda de las emociones, la vergüenza es una emoción compleja y social que proviene de las emociones básicas, innatas y universales como el miedo y el disgusto. Básicamente, se activa ante situaciones en las que sentimos que hemos violado un estándar personal, moral y/o social y, está relacionada con la propia autoevaluación y autopercepción, ya que va acompañada de una sensación de insuficiencia o inferioridad, la cual puede llevar a sentimientos de humillación, incomodidad y deseo de ocultarse o escapar”. ¿Por qué la vergüenza es una emoción tan poderosa? La vergüenza es una emoción poderosa porque está profundamente conectada con nuestra necesidad de pertenencia y aceptación social. Alberto Alegre Bravo, coordinador académico de la carrera de psicología de Continental University of Florida, señaló que esta emoción provoca una autoevaluación negativa que puede disminuir nuestra autoestima y generar respuestas fisiológicas incómodas, así como también puede traer consigo una serie de consecuencias duraderas tanto en la salud mental como en las relaciones personales, intensificando así su impacto emocional. La vergüenza se origina a menudo en experiencias tempranas o en el miedo a la desaprobación social. Nos lleva a cuestionar nuestro valor y a sentir que hay algo fundamentalmente incorrecto en nosotros mismos, desencadenando pensamientos como «no soy lo suficientemente bueno». Asimismo, esta es una emoción que logra activar diversas partes de nuestro cerebro y cuerpo, generando una respuesta intensa que afecta cómo nos sentimos y actuamos. A nivel de nuestro sistema límbico, la vergüenza activa algunas regiones como el hipocampo, el cual ayuda a formar recuerdos emocionales y la amígdala, encargada de procesar las emociones, así como también provoca una reacción de “lucha o huida”. Esto significa que, al sentir vergüenza, nuestro primer impulso puede ser escapar de la situación o, a veces reaccionar con cierta agresividad, lo que explicaría por qué esta emoción puede hacernos sentir incómodos y ansiosos o incluso con la necesidad de escondernos, refirió Abanto. “Además, la vergüenza genera reacciones físicas en el cuerpo debido a la activación del sistema nervioso autónomo. Por ejemplo, al sentir vergüenza, nuestro ritmo cardíaco se acelera, nuestras pupilas se dilatan, y las funciones digestivas se ven afectadas. Estas respuestas fisiológicas hacen que la vergüenza se sienta aún más fuerte y difícil de ignorar, lo cual intensifica la incomodidad. Igualmente, el córtex prefrontal, que es la parte del cerebro que usamos para tomar decisiones y controlar nuestras emociones, también se activa. Gracias a esto, aunque la vergüenza sea muy intensa, tenemos la posibilidad de calmarla y decidir cómo reaccionar”. ¿Qué factores pueden incrementar la susceptibilidad a la vergüenza? De acuerdo a Patricia Cortijo, neuropsicóloga de la Clínica Internacional, existen ciertos rasgos de personalidad, como la alta sensibilidad, el perfeccionismo y la baja autoestima, que pueden predisponer a una persona a experimentar la vergüenza. Del mismo modo, las experiencias de abuso o trauma pueden intensificar estos sentimientos y llevar a una devaluación personal. “Las experiencias de rechazo, humillación o críticas en la infancia tienen un impacto duradero en la sensibilidad a la vergüenza. En entornos familiares o culturales que valoran la conformidad y la aprobación, las normas sociales establecen expectativas sobre cómo deben comportarse las personas. Cuando alguien siente que no encaja con estas expectativas, es probable que experimente vergüenza. En sociedades donde se exalta la conformidad, el miedo al juicio social se convierte en un impulsor poderoso que afecta la autoimagen y las decisiones personales, priorizando la aceptación sobre la autenticidad”, sostuvo el doctor Alegre. Las normas sociales y las expectativas culturales también pueden influir en cómo los hombres y las mujeres experimentan y gestionan la vergüenza. Las mujeres, por lo general, la experimentan en contextos relacionales y sociales, mientras que, los hombres suelen relacionar la vergüenza con el fracaso y la competencia, optando así por la evasión o minimización de la emoción. Muchas personas caen en patrones de autolimitación debido a la vergüenza, lo que se manifiesta en pensamientos y comportamientos autoimpuestos. Estas autolimitaciones pueden llevar a rechazar oportunidades en el trabajo, evitar relaciones íntimas o dejar de expresar opiniones. ¿De qué manera la vergüenza limita el crecimiento personal? La vergüenza está directamente relacionada a voces críticas internas, a sentimientos de culpa y, en algunos casos, a la sensación de haber fracasado en algún aspecto de nuestra vida, lo cual puede llegar a neutralizarnos, limitarnos y condicionar nuestras decisiones, mencionó la experta en terapia de esquemas. Asimismo, esta emoción puede hacernos actuar en contra de nuestros propios deseos o metas al generar un miedo intenso al juicio o al fracaso. Como destacó Alberto Alegre, esto puede llevarnos a evitar oportunidades, conformarnos con expectativas ajenas y renunciar a lo que realmente queremos, priorizando la aprobación social sobre nuestras propias aspiraciones. La vergüenza también puede afectar negativamente la confianza en uno mismo y la autoestima al fomentar una autoevaluación crítica y sentimientos de insuficiencia. Al sentir que hemos fallado en cumplir con

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Preservación de la masa muscular después de los 40 años como fuente de la juventud | BIENESTAR

Una vez más, debemos movernos para activar nuestra masa muscular en cualquier situación en la que nos encontremos: al caminar, subir escaleras, trotar, levantar pesas, nadar, saltar, bailar, jugar, boxear o patear. Todas estas actividades deben formar parte de nuestro estilo de vida con el fin de mantener la fuerza y un peso corporal compuesto exclusivamente por masa muscular magra. Durante el proceso de envejecimiento, perdemos distintas capacidades en nuestros tejidos y órganos, como la disminución en la absorción de nutrientes por parte de las vellosidades intestinales. Lo que antes era suficiente en nuestra dieta diaria para recuperarnos física y mentalmente, ahora se vuelve insuficiente. Esto afecta la síntesis de proteínas, lo que significa que podríamos no tener suficientes aminoácidos disponibles para el equilibrio muscular diario. Como resultado, nuestro rendimiento, fuerza y tono muscular pueden verse comprometidos con el paso de los años. Quiero demostrar que una persona que mantiene su masa muscular después de los 40 años puede conservar un físico más joven, luciendo hasta 15 años menor que sus contemporáneos. Gracias a la acción contra la gravedad, el músculo, al adherirse a los planos óseos, produce un “lifting” natural, tensando la piel hasta medio centímetro. Esto permite que la piel regrese a su ubicación natural, reafirmándose en planos horizontales a nivel de la línea intermamilar o pectoral, la línea umbilical, la línea interglútea inferior y la línea ínter cuádriceps. ¿Y cómo podemos lograr estos resultados? Llevando un estilo de vida adecuado y siguiendo un programa de modulación hormonal anti-aging bajo supervisión médica. Después de evaluar los niveles hormonales en sangre, buscamos números que nos ubiquen dentro de los rangos óptimos de juventud y salud. Además, buscamos marcadores inflamatorios que nos avisen de la presencia de enfermedades degenerativas o inmunológicas años antes de que se manifiesten. Escuchamos y leemos noticias sobre cómo estrellas de la música, como Lenny Kravitz, han logrado a los 60 años mantenerse en un estado de salud óptimo y, además, verse entre 10 y 15 años más jóvenes. Como él mismo dice, su única adicción es el bienestar, donde la nutrición orgánica libre de procesados y la actividad física son los pilares de su día a día, además de contar con un buen equipo médico. Source link

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Un ACV no tiene por qué cambiar tu vida: aprende a reconocer los síntomas y actúa rápido para evitar las secuelas | BIENESTAR

El accidente cerebrovascular (ACV) es una de las emergencias médicas más comunes y devastadoras, que cobra la vida de cuatro personas por cada mil habitantes al año en el Perú. Según la Dra. Marla Gallo, neuróloga intervencionista y coordinadora de la Unidad de Ictus de la Clínica Ricardo Palma, el 90% de los ACV se pueden prevenir si controlamos factores como la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto. Sin embargo, cuando ocurre, cada minuto cuenta, y actuar rápido puede ser la diferencia entre la vida y la discapacidad. El Dr. Martín Gavidia, jefe de la Unidad de ACV de la Clínica Anglo Americana, explica que “un accidente cerebrovascular es una emergencia que interrumpe de manera brusca el flujo sanguíneo en el cerebro. Al estar privado de oxígeno y nutrientes, se generan daños irreversibles con cada segundo que transcurre”. Si bien muchas personas asocian el ACV con los adultos mayores, cada vez son más los jóvenes que sufren esta condición debido a factores de riesgo como la hipertensión y el tabaquismo. De hecho, el 63% de los afectados son menores de 70 años, según la Dra. Gallo. La Dra. también destaca que, en las mujeres, los ACV suelen ser más graves y dejar secuelas más severas. Esto se debe a factores hormonales, como el embarazo, que aumenta el riesgo de coagulación. ¿Cómo prevenir el ACV? Muchos de los factores de riesgo asociados con el ACV son prevenibles o manejables a través de cambios en el estilo de vida. “La hipertensión es uno de los principales desencadenantes de un ACV, pero otros factores como la diabetes y la obesidad también juegan un papel clave. Si se manejan adecuadamente, el riesgo puede reducirse significativamente”, indica el Dr. Gavidia. La Dra. Gallo, miembro del grupo Stroke, explica que la clave está en adoptar un enfoque proactivo: mantener una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente, evitar el consumo de alcohol y tabaco, y someterse a chequeos médicos periódicos. Sin embargo, hay factores de riesgo no modificables, como la edad, el sexo, la raza y la genética. A medida que envejecemos, el riesgo de sufrir un ACV aumenta, y las mujeres, en particular, pueden tener infartos más graves debido a factores hormonales y una recuperación más lenta en comparación con los hombres. La raza también juega un papel importante: las personas de raza negra tienen un riesgo más alto de sufrir hipertensión y, por ende, de padecer ACV. Asimismo, los antecedentes familiares de este accidente aumentan significativamente la probabilidad de padecer uno. El 90% de los ACV se pueden prevenir si controlamos factores como la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto. ¿Cuáles son los síntomas del ACV? Uno de los grandes retos del ACV es que los síntomas suelen ser subestimados o no reconocidos a tiempo. Solo un 20% de la población es capaz de identificar los síntomas de un infarto cerebral, detalla Gallo. Esta falta de conocimiento puede ser fatal, ya que por cada minuto que pasa sin tratamiento, se pierden dos millones de neuronas de manera irreversible. Los tres síntomas clave a los que debemos estar atentos son: Asimetría facial: Un lado de la cara se muestra caído o sin movilidad. Debilidad en brazos o piernas: El paciente experimenta una pérdida repentina de fuerza, generalmente en un lado del cuerpo. Alteración del habla: Dificultad para hablar o entender lo que dicen los demás. En caso de observar alguno de estos síntomas, es crucial acudir a un hospital de inmediato. “La rapidez con la que se actúe es determinante. Si un paciente llega al hospital dentro de las primeras 4.5 horas, tiene más posibilidades de recibir tratamiento de reperfusión, que restablece el flujo sanguíneo y minimiza el daño cerebral”, explica el Dr. Gavidia. El ACV suele ser más grave en mujeres Las mujeres no solo son más propensas a sufrir accidentes cerebrovasculares más graves que los hombres, sino que también enfrentan una recuperación más lenta. Según la Dra. Marla Gallo, esto se debe a una combinación de factores hormonales y fisiológicos. Durante el embarazo, por ejemplo, las mujeres experimentan un estado conocido como protrombótico, que aumenta la coagulación sanguínea y, por ende, el riesgo de un ACV. Además, las terapias de reemplazo hormonal y condiciones como la migraña también incrementan este riesgo. Uno de los aspectos más significativos es que las mujeres tienden a mostrar síntomas de ACV más inespecíficos que los hombres. Esto significa que pueden experimentar alteraciones visuales, inestabilidad o adormecimientos, en lugar de los síntomas clásicos, lo que lleva a una identificación tardía del problema y, por lo tanto, a una mayor severidad del infarto. Además, la experta menciona que, debido a que las mujeres suelen tener una mayor resistencia al dolor, tienden a subestimar o retrasar la búsqueda de atención médica, lo que agrava aún más su situación. En comparación con los hombres, las mujeres también tienen una tasa más alta de complicaciones post-ACV, incluyendo discapacidad prolongada y una recuperación más lenta. Esto se debe, en parte, a los factores hormonales mencionados, pero también a una menor atención médica intensiva durante y después del evento. Un accidente cerebrovascular es una emergencia que interrumpe de manera brusca el flujo sanguíneo en el cerebro. ¿Cómo se trata un ACV? El tratamiento del ACV ha avanzado en los últimos años, pero sigue siendo esencial actuar rápidamente. Existen dos tipos principales de ACV: el isquémico, que es causado por la obstrucción de una arteria, y el hemorrágico, que ocurre cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro. El ACV isquémico es el más frecuente, representando el 85% de los casos, mientras que el hemorrágico es el más mortal. Los tratamientos disponibles para el ACV se enfocan en restablecer el flujo sanguíneo al cerebro lo antes posible. Las dos opciones principales son: Trombólisis intravenosa: Este tratamiento consiste en administrar un medicamento anticoagulante por vía intravenosa, diseñado para disolver el coágulo que obstruye la arteria. Este procedimiento debe realizarse dentro de las primeras 4 horas desde el inicio de los síntomas para

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Cada dos segundos, alguien en el mundo sufre un ACV: Conoce las afecciones neurológicas más comunes y cómo identificarlas | BIENESTAR

Según un estudio publicado por The Lancet Neurology (2021), con la contribución de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 3000 millones de personas en todo el mundo viven con una afección neurológica. Este año, la OMS publicó que este tipo de enfermedades son la principal causa de mala salud y discapacidad a nivel mundial. Por lo tanto, es fundamental saber cómo identificarlas para poder tratarlas lo antes posible y garantizar el bienestar del paciente. “De acuerdo con el estudio que realizamos en 2020, hasta ese entonces, las enfermedades neurológicas más comunes en los peruanos, y las que tienen un mayor impacto en términos de salud, son la migraña, el infarto cerebral y las demencias, sobre todo el Alzheimer. En ese sentido, es crucial conocer los síntomas y formas de tratamiento de estas afecciones”, señaló el Dr. Carlos Alexander Alva Díaz, neurólogo e investigador titular de la Universidad Científica del Sur (Científica). ¿Cuáles son los síntomas de estas afecciones neurológicas? La OMS define la migraña como una cefalea primaria que suele aparecer en la pubertad y afecta principalmente a personas entre los 35 y 45 años de edad. “Se calcula que la prevalencia mundial de la cefalea (al menos una vez en el último año) en los adultos es de aproximadamente el 50%. Entre la mitad y las tres cuartas partes de los adultos de 18 a 65 años han sufrido una cefalea en el último año, y el 30% o más de este grupo ha padecido migraña”, publicó la organización. “El principal síntoma de la migraña es el dolor de cabeza, descrito como pulsátil o tipo latido, que afecta principalmente una mitad de la cabeza y se intensifica con la exposición a la luz, al ruido u otros desencadenantes, que varían según cada paciente”, explicó el Dr. Alva Díaz. Según la OMS, las cefaleas (caracterizadas por dolores de cabeza recurrentes) son uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso. / Seva Levitsky Además, el Dr. Manuel Moquillaza, neurólogo endovascular y coordinador del servicio de Neurología de la Clínica Ricardo Palma, mencionó otros síntomas como náuseas y vómitos. “Los desencadenantes más comunes suelen ser el café, chocolates, quesos amarillos, ajinomoto, frutos secos, edulcorantes y parrillas, así como el estrés, dormir mal, niveles hormonales alterados (ciclo menstrual) y la exposición a ruidos intensos”, destacó el doctor. “Nunca subestimen el dolor de cabeza, especialmente si es intenso y refractario al tratamiento médico. La persona debe acudir a su neurólogo de cabecera para buscar otras opciones diagnósticas como aneurisma cerebral o tumores”, aconsejó Moquillaza. En cuanto al infarto cerebral, el doctor hizo énfasis en que una de cada cuatro personas corre el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV), cobrándose cada año más de 6,6 millones de vidas. “Un accidente cerebrovascular sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Este puede ser isquémico, cuando la arteria se ocluye, o hemorrágico, cuando la arteria se rompe y el cerebro se inunda de sangre. A este último se le conoce popularmente como derrame cerebral”. El Dr. Alva Díaz indicó que el principal síntoma del infarto cerebral es la debilidad súbita de una parte del cuerpo, siendo la más frecuente la mitad de la cara, junto con el brazo y la pierna del mismo lado. “El paciente que ha sufrido un infarto cerebral debe ser atendido durante las primeras 4.5 horas de presentar los primeros signos, a fin de reducir el riesgo de mortalidad y de secuelas, dependiendo de la ubicación y tamaño del suceso. Cuanto más rápido sea atendido, mayores serán sus probabilidades de recuperación”, enfatizó el Dr. Pablo Zumaeta, neurólogo de la Clínica Ricardo Palma. Al sufrir un infarto cerebral, es vital actuar inmediatamente. Es preciso mencionar que, conforme a la Fundación para la Cobertura del Aneurisma Cerebral (Fucac), cada 2 segundos alguien en el mundo sufre un accidente cerebrovascular (ACV), también llamado infarto cerebral, ictus o stroke. Finalmente, en el caso de la demencia, el Dr. Alva explicó que el principal síntoma es el olvido recurrente y progresivo de recuerdos presentes y/o pasados, que puede ir acompañado de una disminución en las habilidades para realizar actividades laborales y cotidianas de manera independiente, como comer, lavarse y vestirse. ¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de estas enfermedades? Carlos Alva estableció los siguientes puntos en relación con cada una de las afecciones neurológicas mencionadas: En la migraña, los factores que se han demostrado que favorecen la ocurrencia de crisis incluyen la falta de sueño, saltarse comidas, la deshidratación, el sedentarismo, la alta exposición solar (especialmente en verano y al mediodía) y el distrés (exceso de estrés). En el infarto cerebral, entre los factores de riesgo se encuentran las enfermedades cardiovasculares como la fibrilación auricular y/o la hipertensión, las enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad y las dislipidemias (elevación anormal de colesterol o lípidos en sangre), además del hábito de fumar y el consumo excesivo de alcohol. En la demencia, existen actualmente hasta 14 factores de riesgo que pueden contribuir a aproximadamente la mitad de los casos. Entre los más importantes se encuentran el bajo nivel educativo durante la infancia, la pérdida de audición y la dislipidemia en la adultez, así como la soledad en la vejez. ¿Cómo puedo prevenir las afecciones neurológicas? El neurólogo de la Científica afirmó que existen seis factores principales que pueden dañar o deteriorar el cerebro: Inactividad física Falta de sueño Mala nutrición Falta de estimulación cerebral Soledad Riesgos cardiometabólicos “Estos factores contribuyen al deterioro cognitivo y pueden aumentar el riesgo de enfermedades cerebrales”, recalcó el experto. Para contrarrestar estos riesgos y prevenir enfermedades cerebrales, se aconseja adoptar seis hábitos saludables: Realizar ejercicio físico de manera regular Mantener un sueño adecuado Seguir una dieta equilibrada Estimular la actividad mental Socializar y mantener conexiones sociales Someterse a controles cardiometabólicos periódicos El ejercicio es sumamente útil para prevenir estas enfermedades. ¿Qué chequeos preventivos son necesarios para garantizar nuestro bienestar cerebral? Alva Díaz respondió que son tres los chequeos necesarios para monitorear

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Infarto cerebral agudo: Los pacientes tienen 4 horas y media para ser atendidos a tiempo y salvar sus vidas | accidentes cerebrovasculares | tratamientos | signos de alerta | BIENESTAR

Imagina estar en una reunión de trabajo, en una cena con amigos o simplemente caminando por la calle y, de repente empiezas a sentir que el cuerpo no responde como debería, ya que la mitad del rostro se entumece, el habla se vuelve confusa y los movimientos se tornan cada vez más torpes y difíciles. En este contexto, lo más probable es que estemos ante la presencia de un accidente cerebrovascular (ACV), el cual es una de las emergencias neurológicas no solo más predominantes entre la población, sino también más devastadoras, pues en cuestión de minutos la vida de una persona puede cambiar drásticamente, dejando secuelas irreversibles o incluso fatales si no se actúa con rapidez. Según señaló el doctor Andre Machado, neurólogo de Cleveland Clinic a Bienestar, cada año se estima que alrededor de 6.2 millones de personas mueren a causa de algún tipo de accidente cerebrovascular en todo el mundo. De estos casos, el 15% corresponde a ACV hemorrágicos, mientras que el 85% son ACV isquémicos o también conocidos como infartos cerebrales, cuya prevalencia es tan alta que ha incrementado en un 50% en los últimos 20 años. Se calcula que una de cada cuatro personas sufrirá de un infarto cerebral en algún momento de su vida. “El infarto cerebral agudo es considerado como la segunda causa de muerte en el mundo, representando el 7% de todas las defunciones, y la principal causa de discapacidad a nivel global. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que también es la segunda causa de demencia, después de la enfermedad de Alzheimer, ya que la demencia vascular se produce como resultado de múltiples infartos cerebrales. Ciertamente, este es un problema de salud pública muy grave que requiere atención y concienciación, sobre todo, porque ya no es una enfermedad exclusiva de los adultos mayores, pues el 63% de este tipo de ACV sucede en poblaciones menores a 70 años”, expresó Marla Gallo, neuróloga y coordinadora de la unidad de ictus de la Clínica Ricardo Palma. ¿Qué es un infarto cerebral agudo? A diferencia del accidente cerebrovascular hemorrágico, el cual sucede cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe y causa un severo sangrado, un infarto cerebral agudo es la obstrucción súbita de una arteria que irriga el cerebro, lo cual interrumpe el flujo sanguíneo y provoca la muerte de las células cerebrales en la zona afectada. Básicamente, como explicó Oswaldo Cachay, neurólogo de la Clínica Internacional, este accidente cerebrovascular de produce de un momento a otro, ya que cuando el cerebro se priva de oxígeno y nutrientes, las células cerebrales comienzan a morir en minutos, lo que puede llevar a daños neurológicos permanentes o incluso a la muerte si no se trata de inmediato. El infarto cerebral agudo generalmente se debe a la obstrucción de una arteria en el cerebro, siendo una de sus causas principales la trombosis y la embolia cerebral. “La oclusión de la arteria puede ser causada por un trombo, es decir, un coágulo de sangre dentro de una arteria que irriga el cerebro, así como también puede producirse por un coágulo o fragmento de placa que se forma en otra parte del cuerpo, como el corazón y, que viaja por el torrente sanguíneo hasta llegar al cerebro, donde bloquea una de las arterias”, indicó la neuróloga. Asimismo, es importante tener en cuenta que existen una serie de factores específicos que son los causantes del 90% del riesgo de un infarto cerebral agudo, incluyendo: hipertensión arterial, diabetes, sobrepeso u obesidad, sedentarismo, mala alimentación, contaminación ambiental, tabaquismo, niveles altos de colesterol LDL, consumo excesivo de alcohol y disfunción renal. No obstante, como refirió Machado, las enfermedades cardíacas, como la fibrilación auricular, el estrés crónico y un historial de enfermedades cerebrovasculares también pueden aumentar significativamente la probabilidad de que una persona sufra un infarto cerebral. ¿Cuáles son los signos que indican que una persona está sufriendo un infarto cerebral agudo? Los signos de un infarto cerebral agudo suelen aparecer de manera súbita, y entre los más comunes se encuentran: Dificultad para hablar o entender el habla. Debilidad o parálisis en un lado del cuerpo, particularmente el brazo, la pierna o la cara. Pérdida repentina de visión en uno o ambos ojos Dolores de cabeza intensos. Confusión repentina. Pérdida del equilibrio o coordinación Dificultad para caminar. “El 80% de la población no suele reconocer los síntomas, por ende, muchas veces las personas no son conscientes de que están padeciendo de un infarto, por lo que no acuden a un centro de salud. Sin embargo, una herramienta muy útil que nos permite recordar la sintomatología de este tipo de ACV es el acrónimo FAST (Face, Arms, Speech, Time). En otras palabras, esto hace referencia a los elementos claves que tenemos que tener en cuenta: F: asimetría facial o caída del rostro, A: debilidad de los brazos, S: alteración en el lenguaje y T: tiempo, ya que se debe actuar rápidamente”, sostuvo la doctora Gallo. Por su parte, el especialista de Cleveland Clinic mencionó que, si bien los síntomas son comunes en personas de ambos sexos, las mujeres pueden experimentar síntomas adicionales o más sutiles, como fatiga generalizada, cambios en el estado mental, náuseas, vómitos y dolor en el pecho o en el rostro, que a menudo no se reconocen inmediatamente como signos de un infarto cerebral. Como resultado, es más posible que las pacientes no reciban un diagnóstico tan rápido como los hombres, lo que puede retrasar el tratamiento, razón por la cual, las mujeres presentan un mayor riesgo de muerte por esta condición. Factores como la hipertensión, la diabetes, el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad incrementan en un 90% el riesgo de sufrir un infarto cerebral agudo. “De igual modo, algunas pueden llegar a experimentar advertencias previas a un infarto cerebral completo, conocidas como ataques isquémicos transitorios (TIA), los cuales ocurren cuando hay una interrupción temporal en el flujo sanguíneo al cerebro. Generalmente, los síntomas de un TIA son muy similares a un infarto cerebral, pero suelen durar

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Videojuegos: ¿amigos o enemigos de tu salud? La ciencia revela los efectos de jugar hasta 3 horas diarias | estrés | PS5 | BIENESTAR

En la actualidad, los videojuegos se han convertido en una de las formas de entretenimiento más populares y accesibles del mundo. Desde los más pequeños hasta los adultos, millones de personas dedican parte de su día a sumergirse en mundos virtuales llenos de desafíos y aventuras. Sin embargo, durante décadas, estos han sido objeto de debate debido a su influencia en la salud mental. Las preocupaciones sobre las adicciones y su impacto en las relaciones sociales han dominado la narrativa, proyectando una imagen predominantemente negativa. No obstante, un reciente estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour desafió esta visión al revelar que los videojuegos pueden mejorar el bienestar mental cuando se usan de manera moderada. A medida que el mundo se vuelve cada vez más digital, los juegos de video han evolucionado más allá de ser simples pasatiempos, ya que hoy en día, abarcan un amplio espectro de géneros que van desde contenidos más educativos y de estrategias, hasta simulaciones de la vida real o experiencias colaborativas. Sin duda, esta diversidad ha permitido que las consolas y los juegos en línea se conviertan en herramientas útiles para fomentar una serie de habilidades cognitivas. Sin embargo, como cualquier forma de entretenimiento, el abuso de estas actividades virtuales puede tener consecuencias negativas, tanto en la salud física como en la emocional, lo que continúa generando dudas sobre su impacto. José Soza, psicólogo y docente de Continental University Of Florida explicó a Bienestar que la relación entre los videojuegos y la salud mental es compleja, ya que depende de varios factores, como el tipo de juego, la cantidad de tiempo invertido y el contexto en el que se juega, así como también la personalidad del jugador. Por lo tanto, algunos videojuegos pueden fomentar habilidades sociales y emocionales, mientras que otros, si se utilizan de forma desmedida, pueden exacerbar problemas preexistentes como la ansiedad o el aislamiento social. Por ello, para profundizar en esta cuestión, la investigación titulada “Causal effect of video gaming on mental well-being in Japan 2020–2022″, liderada por Hiroyuki Egami, analizó el impacto de los videojuegos en el bienestar mental y el malestar psicológico de los jugadores durante la pandemia de COVID-19. El estudio, que se basó en un experimento natural utilizando la distribución aleatoria de consolas Nintendo Switch y PlayStation 5 debido a la escasez de estos dispositivos, contó con la participación de 97,602 personas de entre 10 y 69 años en Japón. Los resultados revelaron que quienes jugaban entre 1 y 3 horas diarias experimentaron mejoras en su salud mental y satisfacción con la vida. Consolas como el Nintendo Switch, que suelen utilizarse en entornos familiares o sociales, fomentan la interacción positiva entre amigos y familiares, fortaleciendo así las conexiones sociales y por ende, una mejora en el bienestar mental. ¿Cuáles son los factores que influyen en el bienestar mental de los jugadores de videojuegos? Cantidad de tiempo de juego Según el estudio publicado el pasado mes de agosto, uno de los principales factores que determina el bienestar mental es el tiempo, pues se observó que jugar menos de tres horas al día se asocia con efectos positivos en la salud mental, como la reducción del malestar y un aumento en la satisfacción con la vida, así como también actúa como una forma de entretenimiento relajante. Sin embargo, al exceder este rango, los efectos contraproducentes pueden aparecer. “El uso excesivo de videojuegos puede generar diversas consecuencias negativas en la vida cotidiana. Entre los efectos más comunes se encuentran la adicción, la disminución de habilidades sociales, el bajo rendimiento académico o laboral, y el deterioro de la salud física debido a la inactividad. Además, puede agravar problemas de salud mental preexistentes, como la depresión y la ansiedad, creando un ciclo de dependencia emocional donde los videojuegos se convierten en una vía de escape y la principal fuente de satisfacción. Sin duda, este ciclo puede llevar al aislamiento social, ya que las personas tienden a evitar enfrentar sus dificultades a través del juego, lo cual no solo empeora la salud mental, sino que también limita el desarrollo de habilidades de afrontamiento adecuadas. Asimismo, la falta de interacción cara a cara y la inactividad física intensifican sentimientos de soledad, desesperanza y fatiga, lo que afecta tanto la concentración como el bienestar general”, expresó el psicólogo. Tipo de consola Asimismo, Egami y el equipo de investigadores determinó que los efectos varían según la consola utilizada. En este caso, el Nintendo Switch, que fomenta un juego cooperativo y familiar, mostró mayores beneficios en los adolescentes. Como destacó la psicóloga clínica, Ana Rodríguez, este tipo de consola les permite una mayor interacción social y conexión con amigos y familiares, además de que los juegos suelen ser más accesibles y menos intensivos, lo que reduce el riesgo de adicción y promueve un uso más equilibrado En contraste, la PlayStation 5, con juegos más complejos, resultó ser más beneficiosa para jugadores adultos y “hardcore”. De acuerdo con Soza, aunque esta consola también ofrece juegos multijugador, tiende a estar más centrada en experiencias individuales y competitivas, lo que puede limitar sus beneficios sociales en comparación con el Nintendo Switch. Los adolescentes pueden ser más vulnerables tanto a los efectos positivos como negativos de los videojuegos debido a su etapa de desarrollo, ya que están en un período crítico de formación de identidad y habilidades sociales, lo que puede hacerlos más susceptibles a influencias externas. “Igualmente, las características de los videojuegos pueden influir en la salud mental. Aquellos con niveles ajustables de desafío y una curva de aprendizaje equilibrada pueden mejorar la autoestima y fomentar la perseverancia. Los juegos narrativos que promueven la empatía, y los cooperativos que impulsan la socialización, también tienen un impacto positivo en el bienestar emocional. Además, los juegos que permiten la creatividad y la personalización ofrecen satisfacción y un sentido de control, lo que favorece a la salud mental. Sin embargo, los videojuegos violentos pueden aumentar la agresividad y disminuir la sensibilidad hacia la violencia real, afectando negativamente el comportamiento emocional”. Contexto

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Ansiedad estrés salud mental de los peruanos vivir en medio de crisis e inseguridad | miedo | BIENESTAR

En las últimas décadas, la salud mental ha dejado de ser un tema relegado exclusivamente a los consultorios para ocupar un lugar cada vez más relevante en el debate público. Actualmente, vivimos en una sociedad que se enfrenta a desafíos constantes que ponen a prueba nuestro bienestar emocional. En el caso del Perú, factores, como la inestabilidad económica, la incertidumbre política, la creciente violencia urbana, así como las secuelas sociales y psicológicas causadas por la pandemia del COVID-19, están dejando una huella profunda en la población, desencadenando así una crisis de salud mental que está llevando a miles de peruanos a vivir en un estado permanente de ansiedad y estrés. En definitiva, las noticias sobre la delincuencia en las calles, los conflictos sociales y la corrupción política en la cual está inmersa nuestro país, hacen que cada paso que damos fuera de nuestros hogares se convierta en un ejercicio de gestión emocional constante, con la incertidumbre y el miedo dominando nuestras vidas y atrapándonos en una atmósfera de tensión. En este contexto, el estrés y la ansiedad son respuestas naturales del organismo ante las amenazas percibidas en el entorno. Sin embargo, cuando estas emociones se prolongan por mucho tiempo y se vuelven crónicas, las consecuencias para la salud pueden ser devastadoras. Según reportes del Ministerio de Salud (MINSA), la ansiedad ocupa el primer lugar entre los trastornos mentales atendidos en el país, con un total de 433, 816 casos diagnosticados en el año 2022. Mientras que, en el 2023, se registraron 42,302 casos por estrés agudo y postraumático en los diferentes establecimientos de salud a nivel nacional. ¿Cuál es el impacto de las crisis en la salud mental de una población? Cualquier crisis, ya sea política, económica o social, crea un ambiente de inseguridad y falta de control que afecta directamente en la salud mental de la población. Según explicó el doctor Alberto Alegre Bravo, psicólogo y coordinador académico de la carrera de psicología de Continental University of Florida a Bienestar, los niveles de estrés y ansiedad se incrementan debido a factores, como la incertidumbre, la pérdida de empleo y recursos, la violencia o la represión. Sin duda, estas situaciones no solo afectan la cohesión social, sino que también agravan problemas preexistentes y dificultan el acceso a servicios de salud mental. La crisis económica y social que atraviesa Perú ha dejado una huella profunda en la salud mental de sus ciudadanos. En las calles, cada día es más común ver a personas lidiando con episodios de ansiedad, estrés y desasosiego, mientras intentan sobrevivir a un entorno que parece volverse más hostil. “Una crisis puede erosionar tanto en la percepción de seguridad personal como colectiva, generando miedo y desconfianza hacia el entorno. Esta sensación de vulnerabilidad que incrementa el estrés y la ansiedad, puede llevar a un comportamiento de aislamiento, que repercute en las relaciones sociales y el bienestar emocional. Además, esto hace que las personas se sienten más expuestas a peligros físicos, económicos y sociales, lo cual provoca un estado de hipervigilancia crónica que puede empeorar algunos problemas de salud mental, como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de estrés postraumático”, expresó la psicóloga y docente, Tatiana Mogollón. Asimismo, el impacto de una crisis a nivel mental puede manifestarse también en una serie de síntomas físicos. Por ejemplo, el estrés emocional puede generar dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, fatiga crónica y trastornos del sueño, al igual que puede debilitar el sistema inmunológico, aumentando así la susceptibilidad a ciertas enfermedades. ¿Cuáles son las emociones y reacciones psicológicas más comunes ante una crisis? Durante una crisis, las emociones predominantes en una población como la peruana, suelen ser el miedo, producto del temor a la violencia, la inestabilidad o la pérdida de control, seguido de la tristeza, que refleja el duelo por las pérdidas y cambios en la vida cotidiana. Mientras que, la ira se manifiesta como frustración hacia las autoridades o situaciones percibidas como injustas. “A medida que estas emociones evolucionan, es común que las personas se sientan abrumadas y desesperadas, lo que a menudo genera una sensación de impotencia ante la falta de soluciones claras. La confusión también aparece, dificultando el procesamiento de la información y la toma de decisiones. Ciertamente, esta combinación de emociones puede desencadenar un ciclo de pérdida de control, que a su vez alimenta la depresión y la ansiedad, afectando gravemente el bienestar emocional y mental”, sostuvo la psicóloga. Asimismo, el estrés colectivo o el trauma compartido puede genera respuestas contrapuestas: por un lado, puede impulsar un sentido de solidaridad y empatía, fomentando el apoyo mutuo y la colaboración en la comunidad. Por otro, puede intensificar conductas violentas, desconfianza, miedo, irritabilidad y conflictos interpersonales. La falta de confianza en las instituciones del país y los cambios abruptos en el gobierno han generado un clima de incertidumbre que afecta profundamente la estabilidad emocional de la población. ¿Cuáles son los factores externos que influyen en la salud mental en tiempos de crisis? Los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en tiempos de crisis, pues como refirió la doctora Mogollón, estos pueden amplificar o disminuir los sentimientos de angustia, ansiedad e incertidumbre dependiendo la forma en cómo se enfoque la noticia. Una cobertura sensacionalistas o alarmistas tiende a generar un estado de hipervigilancia y refuerza los miedos de la población. “La cobertura repetitiva de eventos negativos, imágenes impactantes y pronósticos alarmantes puede aumentar la percepción de riesgo y desestabilizar emocionalmente a las personas. Además, la falta de información contextual y soluciones puede dejar a los individuos sintiéndose desinformados y desamparados”, aseguró el experto de Continental University of Florida. Por supuesto, la desconfianza a las diversas instituciones también intensifica la ansiedad y el estrés. Cuando las personas sienten que han sido abandonadas por el gobierno o las autoridades, incrementa la sensación de vulnerabilidad y desesperanza, lo que impide que busquen la ayuda que necesitan, exacerbando así ciertos problemas de salud mental y dificultando la recuperación colectiva. ¿Cómo afecta una crisis a los diversos grupos poblacionales? De acuerdo

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Otitis infección al oído que el 80% de los niños sufre antes de los 3 años y cómo prevenirlo según especialistas| pérdida de audición | dolor | HOGAR-FAMILIA

Tener un bebé enfermo en casa representa uno de los mayores desafíos para todos los padres. Si bien las primeras etapas de la vida de un hijo están llenas de descubrimientos, aprendizajes y momentos de ternura, también puede estar muy presente la incertidumbre, especialmente cuando la salud del pequeño se ve comprometida. En definitiva, esta incertidumbre se vuelve aún más tangible cuando surge una afección común pero dolorosa, como la otitis, la cual se destaca por su frecuencia y su capacidad para generar malestar significativo en los bebés, quienes todavía no pueden expresar con claridad lo que sienten. Aunque puede parecer una condición relativamente simple, quienes han experimentado una noche en vela con un pequeño que llora inconsolablemente por el dolor en el oído, saben que la otitis puede ser una experiencia angustiante, tanto para los bebés como para sus padres. Sin duda, esta infección del oído medio, que se manifiesta con síntomas, como dolor agudo, fiebre y, a veces incluso problemas de audición temporal, es un enemigo silencioso que afecta el bienestar de los más pequeños en una etapa crucial de su desarrollo. ¿Qué es la otitis? Según explicó la doctora Sarah Vega, pediatra y neonatóloga de la Clínica Ricardo Palma a Hogar y Familia, la otitis es una inflamación que puede afectar distintas partes del oído. Por un lado, está la otitis externa, la cual afecta el conducto auditivo externo, generalmente causada por el ingreso de agua a los oídos, como ocurre cuando los infantes están en las piscinas, así como también es frecuente en menores con eczema en el oído, lo que provoca picazón y malestar. Mientras que, la otitis media es una infección del oído medio, la parte que se encuentra detrás del tímpano, donde virus o bacterias pueden quedar atrapados, causando inflamación y acumulación de líquido. Como refirió Heidi Szugye, pediatra de Cleveland Clinic, esta afección es especialmente común en bebés y niños pequeños por varios motivos anatómicos y fisiológicos. En primer lugar, porque las trompas de Eustaquio, que conectan el oído medio con la parte posterior de la garganta, son más cortas y horizontales en los bebés, lo cual dificulta el drenaje del líquido acumulado y facilita la entrada de patógenos hacia el oído. Además, el sistema inmunológico de los bebés aún no está completamente desarrollado, lo que aumenta su susceptibilidad a las infecciones. La otitis en bebés suele ser el resultado de una infección viral o bacteriana. Las infecciones respiratorias, como los resfriados, pueden hacer que las trompas de Eustaquio se inflamen o se bloqueen, lo que dificulta el drenaje del líquido del oído medio y favorece la acumulación de bacterias o virus. ¿A partir de qué edad los bebés pueden desarrollar esta condición auditiva? Los bebés pueden desarrollar otitis en cualquier momento; no obstante, el riesgo es mayor entre los 6 meses y los 2 años, ya que diversos estudios señalan que alrededor del 80% de los niños experimentan al menos un episodio de otitis media antes de los 3 años. Durante este período, las características anatómicas de las trompas de Eustaquio, sumadas a un sistema inmunológico en desarrollo, hacen que las infecciones sean más frecuentes. ¿Cuáles son los factores de riesgo de la otitis en bebés? Uno de los principales factores de riesgo de la otitis en bebés son las infecciones respiratorias, como resfriados y gripes, ya que pueden generar una inflamación en las trompas de Eustaquio, lo cual bloquea el drenaje adecuado del oído medio, permitiendo que el líquido se acumule. Como indicó la especialista de Cleveland Clinic, en estas condiciones, las bacterias y virus se multiplican fácilmente, causando la infección. “Es importante tener en cuenta que, el clima o las estaciones del año pueden ser factores muy influyentes en el desarrollo de esta condición auditiva. Por ello, al ser las infecciones respiratorias más comunes durante el invierno, esto puede llevar a un aumento significativo en los casos de otitis media entre la población infantil. Asimismo, la temporada de primavera, en la cual son más comunes las alergias, como la rinitis, también puede incrementar su incidencia”, sostuvo la doctora Marcela Abarca, otorrinolaringóloga de Clínica Internacional. De igual forma, la manera en la que se alimenta al bebé influye significativamente en el riesgo de otitis, pues como aseguró la neonatóloga, el uso del biberón cuando el bebé está acostado puede facilitar la entrada de líquidos a las trompas de Eustaquio, aumentando así la probabilidad de la infección. En contraste, la lactancia materna se asocia con un menor riesgo, ya que porta anticuerpos que fortalecen el sistema inmunológico del menor, protegiéndolo de infecciones respiratorias y del oído, destacó Szugye. “Los bebés y niños que están expuestos al humo del cigarro también tienen mayor riesgo de infecciones de oído, ya que irrita las vías respiratorias. Igualmente, las guarderías o los entornos concurridos pueden ser un factor de riesgo a considerar, pues el contacto cercano con otros niños aumenta la posibilidad de infecciones respiratorias que pueden desencadenar un cuadro de otitis”. La otitis media provoca una acumulación de líquido e inflamación en el oído medio, lo que aumenta la presión detrás del tímpano. Esta presión irrita las terminaciones nerviosas en el oído, generando dolor que es difícil de manejar para los bebés, ya que no pueden comunicarlo de otra manera que no sea llorando o estando irritables. ¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de la otitis en bebés? De acuerdo a la doctora Heidi Szugye, la otitis media es una infección que se distingue de otras afecciones del oído por sus síntomas más intensos, debido a la acumulación de líquido en el oído medio. A diferencia de infecciones leves, que pueden presentar malestar sin fiebre ni inflamación significativa, la otitis generalmente presenta: Fiebre alta: Un aumento de la temperatura corporal es un signo habitual de infección. Dolor intenso en el oído: Suele empeorar al acostarse debido a la presión acumulada. Irritabilidad y llanto frecuente: Los bebés pueden mostrar incomodidad constante debido al dolor en el oído. Tirar o frotarse las orejas: Esta es

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Descubren que el cerebro de las mujeres adolescentes habría madurado más rapido en la pandemia: estrés y todos los factores implicados | neurodesarrollo| ansiedad | aislamiento social | HOGAR-FAMILIA

La pandemia del COVID-19 no solo trajo consigo una crisis sanitaria sin precedentes, sino que sus repercusiones se extendieron a diversos ámbitos de la vida humana. Sin duda, uno de los grupos más afectados fueron los adolescentes, quienes vivieron momentos cruciales de su desarrollo en un contexto de aislamiento social. Un estudio reciente publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), reveló que las medidas de confinamiento tuvieron efectos significativos sobre la estructura cerebral de los adolescentes, especialmente en las mujeres, lo que demuestra una mayor vulnerabilidad frente a los cambios provocados por el estrés prolongado y la falta de interacciones sociales típicas de esa etapa. La adolescencia es una etapa marcada por importantes cambios emocionales, sociales y neurológicos. Como explicó Donald Cabrera, médico psiquiatra de la Clínica Internacional a Hogar y Familia, el neurodesarrollo es un proceso continuo que comienza en la gestación y se extiende hasta la adultez. Durante la infancia, el cerebro crece rápidamente en tamaño y establece conexiones neuronales, mientras que, en la adolescencia, se da un proceso de remodelación estructural significativo, caracterizado por la poda sináptica, donde se eliminan conexiones ineficaces y la mielinización, la cual acelera la comunicación entre las neuronas. Básicamente, estos cambios están influenciados en gran medida por el entorno y las experiencias, pues factores, como el apoyo familiar, la educación, las relaciones interpersonales y el entorno socioeconómico tienen un impacto directo en el desarrollo cerebral en la regulación emocional. En este contexto, la pandemia generó un entorno particularmente estresante para los adolescentes, limitando así su capacidad para socializar y explorar su identidad en interacción con sus pares. La investigación titulada “COVID-19 lockdown effects on adolescent brain structure suggest accelerated maturation that is more pronounced in females than in males”, fue liderada por Neva Corrigan, Ariel Rokem y Patricia Kuhl de Instituto de Ciencias del Aprendizaje y del Cerebro (I-LABS) de la Universidad de Washington (EEUU). A través de un análisis longitudinal en el que se utilizaron imágenes de resonancia magnética (MRI) para medir el grosor cortical, aplicaron un modelo normativo para comparar los datos pre (2018) y post pandemia (2021) de 160 adolescentes de entre 9 y 17 años. El equipo identificó un adelgazamiento cortical acelerado, un fenómeno asociado con la maduración prematura, en diversas regiones del cerebro relacionadas con la regulación emocional, la percepción social y el control de impulsos. Este adelgazamiento fue notablemente mayor en las adolescentes femeninas, con una aceleración promedio de 4.2 años en su desarrollo cerebral, en comparación con los 1.4 años observados en los adolescentes masculinos. El grosor cortical suele disminuir de manera gradual durante la adolescencia debido a la poda sináptica, un proceso natural en el cual el cerebro elimina conexiones neuronales innecesarias para optimizar su funcionamiento. Sin embargo, los adolescentes evaluados post-confinamiento mostraron una reducción más acelerada del grosor cortical que lo esperado en condiciones normales. ¿Cómo puede el estrés prolongado acelerar la maduración cerebral en los adolescentes? De acuerdo al experto, la maduración cerebral en los adolescentes se encuentra estrechamente vinculada con el proceso de mielinización, que inicia al nacer y se extiende hasta aproximadamente los 30 años. Este proceso es fundamental para el funcionamiento eficiente del sistema nervioso, ya que la mielina, una sustancia aislante que recubre las fibras nerviosas, permite una comunicación más rápida y efectiva entre las neuronas. “Sin embargo, la mielinización requiere de una cantidad significativa de energía. Por esta razón, en situaciones de estrés prolongado, el cuerpo redistribuye los recursos energéticos hacia funciones de supervivencia inmediata, lo que puede afectar negativamente la mielinización. Esto puede provocar atrofia en áreas cerebrales clave para la regulación emocional y cognitiva, además de estimular un desarrollo anómalo en otras regiones, como las relacionadas con la hipersensibilidad. Estos cambios no solo comprometen el desarrollo cognitivo, sino que también repercute en la salud mental, dificultando la capacidad del adolescente para enfrentar los retos de la vida y afectando su bienestar emocional a largo plazo”. El estudio mencionó que, la aceleración en la maduración cerebral en situaciones de estrés crónico se asocia con una mayor vulnerabilidad neurobiológica. La hipótesis más común que explica este fenómeno es la llamada “hipótesis del estrés acelerado”, que propone que cuando los adolescentes se ven expuestos a entornos de alta adversidad o estrés prolongado, como el confinamiento, el cerebro madura más rápidamente como una adaptación evolutiva para sobrevivir en ambientes hostiles. Además, el estrés prolongado debido a la incertidumbre, el aislamiento social, la falta de interacción con los compañeros, la alteración de rutinas y la ansiedad provocada por la pandemia podría haber activado mecanismos relacionados con el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA), lo que incrementó la liberación de cortisol, una hormona relacionada con la respuesta al estrés. En concreto, este aumento podría haber acelerado la poda sináptica y, por tanto, el adelgazamiento cortical. ¿Existen diferencias entre cómo reaccionan los cerebros de hombres y mujeres al estrés crónico? La investigación realizada por el Instituto de Ciencias del Aprendizaje y del Cerebro (I-LABS) de la Universidad de Washington (EEUU), encontró que el confinamiento aceleró el proceso natural de adelgazamiento de la corteza cerebral, especialmente en adolescentes femeninas. En promedio, el desarrollo cerebral de las adolescentes avanzó 4.2 años durante este período, mientras que en los varones este avance fue de solo 1.4 años. El estrés prolongado puede desviar recursos cerebrales necesarios para los procesos de maduración hacia funciones de supervivencia, lo que altera el desarrollo esperado. El confinamiento, al reducir las interacciones sociales y aumentar el aislamiento, generó un entorno de estrés crónico que afectó principalmente a los jóvenes. Las mujeres mostraron un adelgazamiento cortical más pronunciado, ya que afectó a 30 regiones cerebrales, incluidas algunas áreas clave para la cognición social, como el giro fusiforme, la ínsula y la corteza temporal superior, todas involucradas en la regulación de emociones, la interpretación de expresiones faciales y la empatía. En cambio, en los hombres solo se produjo en dos regiones, ambas en el lóbulo occipital, como la corteza occipital, relacionada con el procesamiento visual. Ciertamente, estas diferencias podrían tener

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