En China, los usuarios de gafas de inteligencia artificial pueden pagar en una tienda con solo mirar al código QR y activar un comando de voz con una frase clave.
Una sofisticada tecnología con la que las empresas fabricantes buscan conquistar el creciente mercado local e internacional.
El interés por las gafas inteligentes se dispara en el mundo después de más de una década de promesas incumplidas, gracias a los avances en la IA.
El gigante estadounidense Meta lidera el mercado, pero numerosas empresas chinas -desde gigantes como Alibaba y Xiaomi hasta emergentes como Rokid and XREAL- intentan conquistar al gran público con estos accesorios con procesador y IA integrada.
Con esta tecnología, la gestualidad del rostro convierte las gafas en un asistente virtual capaz de tomar fotos, reconocer objetos o hacer traducciones, entre otras funciones que se activan con la inclinación de la cabeza, el tono de voz, mirar un punto fijo o alguna orden táctil.
«Las ventajas de China son evidentes», declaró a la AFP el jefe ejecutivo de Rokid, Misa Zhu, tras un reciente lanzamiento en la ciudad oriental de Hangzhou.
«El ecosistema y su cadena de suministros están en China, y China produce mucho», afirmó.
Internamente, las empresas chinas tienen una clara ventaja porque los servicios de Meta están bloqueados y se puede acceder solo con un VPN.
El país es un mercado potencialmente masivo y lucrativo para la tecnología portátil.
La venta de gafas inteligentes habría crecido 116% en 2025, según la empresa de inteligencia de mercado IDC.
La vida cotidiana en China está altamente digitalizada, e incluso los ancianos utilizan teléfonos inteligentes para todo, desde pagos hasta transporte.
La infraestructura china de internet, como los códigos QR de pago en tiendas, «ya está más desarrollado que en Europa y Estados Unidos», aseguró Zhu.
– Empresas pequeñas –
Otras empresas chinas como Xiaomi, RayNeo, Thunderobot y Kopin están presentes en el sector de lentes inteligentes, escribió Flora Tang, analista de la firma de investigación Counterpoint.
Xiaomi, en especial, era un desconocido y sus gafas AI se convirtieron en las terceras más vendidas en el primer semestre de 2025.
Otras empresas pequeñas también han despertado interés, como Rokid, que recaudó más de 4 millones de dólares del sitio de crowdfunding Kickstarter.
Para operar en los mercados local e internacional, la firma permite a los clientes usar aplicaciones chinas en China y otras en los demás países, a diferencia de
Meta, que limita las aplicaciones disponibles.
Además, las gafas de Rokid no están atadas a algún modelo de IA generativa.
«Somos muy abiertos con que utilizamos OpenAI, y que podemos conectar con Llama, Gemini u Grok», sostuvo Zhu.
Rokid también presentó en Hangzhou una función de traducción simultánea, con subtítulos verde fosforescente en inglés que aparecían en los lentes mientras un funcionario hablaba en chino.
Pero será difícil superar la hegemonía internacional de Meta.
En el primer semestre de 2025, Meta tenía 73% del creciente mercado mundial de gafas inteligentes, según Counterpoint.
Su éxito ha sido atribuido a las Gafas Inteligentes Ray-Ban-Meta, casi indistinguibles de los lentes de uso diario.
– Privacidad –
Rokid presentó en Hangzhou nuevas colaboraciones con Bolon, propiedad de EssilorLuxottica, empresa pariente de Ray-Ban.
La empresa asegura que sus modelos están entre los más livianos.
«La apariencia es la principal prioridad, tienen que hacerlos para que la gente quiera usarlos», declaró a AFP Wu Tianhao, un cliente de 25 años.
Las firmas chinas exhiben «numerosas marcas y modelos, interacción rápida y capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios del mercado», comentó el experto en la industria Zhu Dianrong.
Sin embargo, «las marcas extranjeras aún tienen ventaja en la tecnología dura como las pantallas a todo color y las guías de ondas ópticas».
El vicepresidente de Rokid, Gary Cai, reconoció la brecha entre el chip tecnológico disponible en China y el exterior, pero destacó que la diferencia entre los modelos de IA «se ha reducido considerablemente».
Pese al creciente interés, las empresas de todo el mundo enfrentan grandes desafíos para que estas gafas se utilicen de manera masiva.
La experiencia del usuario requiere más refinamiento y accesibilidad, comentó a la AFP Will Greenwald, de la publicación PCMag, sobre productos electrónicos.
También hay preocupaciones de privacidad, ya que unas gafas que graban de manera discreta y casi constante plantean problemas regulatorios.
Aún así, fabricantes como Zhu tienen confianza.
«Nuestras gafas IA son periféricas al teléfono», señaló. «Pero en el futuro cercano (…) los teléfonos serán un accesorio de las gafas».





