Una mujer que no quiere gestar, un hombre que anhela ser padre antes de los cincuenta y otra mujer que necesita el dinero para alquilar su cuerpo. En medio, un embrión que pasa de un vientre a otro y una pregunta que lo atraviesa todo: ¿de quién es realmente el hijo? Así arranca “Maybe Baby”, la nueva obra dirigida por Norma Martínez y escrita por Cintia Delgado Ramos, que lleva al escenario uno de los dilemas más complejos y contemporáneos de la maternidad: la gestación subrogada.
“No es un tema del que se hable mucho en el teatro. Está la sensación del vértigo al dirigir un tema tan delicado, pero el teatro siempre implica vértigo, y mi reto personal ha sido dirigir sin tomar partido”, afirma Martínez en entrevista con El Comercio.

El proyecto reúne a un equipo artístico de Perú y España, entre los que destacan las actrices Montserrat Brugué y Fiorella Pennano, el actor español Jordi Sousa, y la productora madrileña Candy Store.
Ambientada en Madrid, la historia sigue a Elisa y Alonso, una pareja que, tras un embarazo inesperado, decide recurrir a una solución tecnológica para que otra mujer —Clara, una migrante peruana— geste su hijo. Pero lo que empieza como un acuerdo práctico pronto se convierte en un laberinto emocional donde se cruzan el deseo, el poder, la culpa y el dinero.
“La obra no busca condenar ni glorificar nada, sino colocar el asunto en el interior de un grupo humano afectado por sus decisiones, poner el tema sobre la mesa para generar conversación. No es un juicio, es una invitación al debate”, agrega la directora, quien trae la historia inspirada en la experiencia de Delgado, quien en España se topó con una feria que ofrecía servicios de vientres subrogados de una forma comercial.

Escena de Maybe Baby, obra escrita por Cintia Delgado Ramos y dirigida por Norma Martínez, que aborda los dilemas contemporáneos de la maternidad.
Maternidad impuesta
En el centro de “Maybe Baby” está una idea simple, pero disruptiva: la decisión de ser madre ya no depende solo del cuerpo. Elisa no rechaza la maternidad, sino la gestación. Lo que para su esposo es un trámite médico, para ella es una frontera emocional. En esa tensión se construye el drama: el amor se convierte en negociación, y la libertad en una palabra que siempre cuesta caro.
“No es un mandato. Yo, por ejemplo, no tengo hijos, nunca lo he deseado. Y si me preguntan si me arrepiento de no haber sido madre, digo que no. Tengo otras cosas en mi vida. Pero es complicado mantener esa posición por el entorno que gira alrededor de tener un hijo”, reflexiona Martínez.

La obra aborda los conflictos internos y externos que emergen cuando se enfrentan decisiones de vida fundamentales.
La obra muestra que la maternidad ya no es solo una elección individual. También es un mercado. Clínicas de fertilidad, bancos de óvulos, agencias de subrogación y aseguradoras configuran una industria global que mercantiliza lo biológico y normaliza el deseo de control sobre el cuerpo. En países donde no existe regulación —como el Perú—, estas prácticas se mueven en un vacío legal que deja a las mujeres en situación de vulnerabilidad.
“También están implicados los miedos que se imponen frente a lo racional. Tan solo basta con observar que una chica de 20 años esté ya pretendiendo congelar un óvulo porque cree que preserva lo mejor de ella así; para mí es aterrador”, admite la directora.
Con humor negro, ritmo sostenido y una mirada crítica, “Maybe Baby” combina drama íntimo y reflexión social en una comedia negra con ecos de “Black Mirror”. En tiempos en los que la tecnología promete resolverlo todo, la obra recuerda que hay preguntas que ninguna ciencia puede responder. Porque ser madre —o decidir no serlo— sigue siendo, como el teatro, un acto profundamente humano.
Sobre la obra
Maybe Baby
Temporada: Hasta el 30 de noviembre
Días de función: viernes y sábados a las 8:00 pm. Domingos a las 7:00 pm
Lugar: Teatro Ricardo Blume
Entradas disponibles en Ticketmaster.





