Desde niña, Lita Pezo supo que su destino estaba ligado a la música. En Iquitos, su voz ya destacaba entre las cantantes de su barrio, y soñaba con viajar a Lima para mostrar su talento. Hizo varios castings, pero la respuesta tardó en llegar. No fue hasta los 15 años, cuando ingresó a “Perú tiene talento”, un escenario que se convirtió en el punto de partida de una carrera que hoy cumple una década.
“Diez años es un número grande, y quiero celebrarlo a lo grande. Es un homenaje a todo mi recorrido y a los sueños de mi familia, que siempre ha estado conmigo desde el inicio”, asegura.
Planificar las celebraciones por su aniversario la llevó inevitablemente a mirar hacia atrás. Mientras imaginaba el concierto, Lita volvió a encontrarse con la adolescente que llegó a Lima sin saber cuánto iba a cambiar su vida.
“Me adentré en la Lita pequeña, en la que no se rendía. Recordé el camino recorrido, los sacrificios, la ilusión con la que empecé y comprendí que todo esfuerzo vale la pena”, reflexiona.
Perseverancia y dedicación
Lita debutó en televisión con “Perú tiene talento”, donde llegó al repechaje y regresó para la segunda temporada con más fuerza. Poco después participó en “Yo Soy Kids” (2014), donde obtuvo el primer lugar al interpretar a Isabel Pantoja. Ocho años más tarde, volvió a ganar, esta vez como ella misma, en “La Voz Perú”. Pero el camino no siempre fue fácil: hubo momentos en los que pensó en declinar.

“La pandemia fue uno de ellos, pero también las veces en que sentía que las baladas románticas, mi género, no eran tan valoradas. No estoy en el género más popular, y eso a veces limita oportunidades. Pero el público me demostró que vale la pena seguir: mis conciertos se llenan, la gente canta conmigo, y eso es lo más lindo”, indica.
Cantar para sanar
Su tema “Luchadora”, compuesto por el español José Abraham, es un espejo de su historia. “Cuenta mi vida entera —afirma—. Cuando canto esa canción, me conecto con toda la gente que ha tenido que luchar por sus sueños. Hace poco en Bolivia, una chica me dijo que le alegraba que no me hubiera rendido, porque si lo hacía, el mundo se perdía de ver mi mejor versión”.
A lo largo de esta década, Lita aprendió que el éxito no se mide solo en escenarios, sino también en resiliencia. “He tenido dudas, como todos, pero creo que cuando uno trabaja con el alma y sin hacer daño, el camino se abre solo”.
De Iquitos al mundo
Su paso por “La Voz Perú” marcó un antes y un después en su carrera. Hasta entonces, Lita había destacado interpretando a otros, pero en ese escenario se despojó de los personajes y se mostró tal como era.

“Ahí fui realmente yo. Sin vestidos pomposos ni personajes, solo mi voz. Fue el espacio donde me descubrí: entendí lo que quería cantar y cómo quería que la gente me escuche”, sostiene.
En el 2024 representó al Perú en Viña del Mar, una experiencia que define como transformadora. “Me preparé mentalmente más que vocalmente —recuerda—. Fueron tres minutos donde di todo, sin dejar que nada externo me afecte”. Esa experiencia, dice, la fortaleció y le reafirmó el deseo de seguir creciendo más allá de las fronteras.

“Me gustaría llevar mi música fuera del país. He estado en México, colaborando con Ingrid Contreras, y en Bolivia, donde el público es muy cariñoso. Quiero crecer, probar, seguir aprendiendo”, señala.
Raíces y propósito
A sus 25 años, Lita Pezo no solo celebra una trayectoria, también la fuerza de una niña que se negó a renunciar a hacer música a pesar de la adversidad.
“La música empezó siendo un deseo de mi papá —recuerda—, pero terminó siendo mi manera de vivir, de agradecer y de cumplir también los sueños de mi familia”.
A futuro, Lita se imagina sobre grandes escenarios, cantando sus propias canciones mientras el público las corea con ella. Sueña con presentarse en lugares emblemáticos como Bellas Artes, en México, o el Gran Rex, en Argentina.
“Me veo en teatros, en arenas, en estadios… poco a poco, paso a paso. Porque todo empieza con una meta, y la mía todavía sigue creciendo”, finaliza.





