En el medio siglo reciente, pocos historiadores peruanos ejercieron su oficio con tanta lucidez como Héctor López Martínez. No solo por la extensión de su obra —que recorrió más de dos siglos de historia republicana con mirada crítica y documentación rigurosa—, sino por la claridad con que supo leer al país desde sus fracturas. En tiempos en que el pasado servía más para disputar versiones que para comprender procesos, López Martínez eligió otro camino: el de la serenidad analítica. Falleció en Lima, a los 90 años, con esa misma calma intelectual que marcó toda su vida.
Nacido en Lima el 22 de septiembre de 1935, cursó estudios escolares en el Colegio La Salle. En la década de 1950 ingresó a la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde estudió Letras y Derecho, y en 1963 obtuvo el doctorado en Letras con especialidad en Historia y Geografía. Ese mismo año fue becado por el Instituto de Cultura Hispánica para investigar en el Archivo General de Indias, en Sevilla, experiencia decisiva que consolidó su vocación documentalista y su comprensión del Perú en el contexto de la historia hispanoamericana.

Héctor López Martínez, historiador, periodista y docente universitario, dedicó más de seis décadas a estudiar la historia republicana del Perú desde los archivos y la memoria documental.
/ LINO CHIPANA
De regreso en Lima, inició una amplia trayectoria docente en la Universidad Católica, la Universidad de Lima y la Ricardo Palma. A sus alumnos les pedía exactitud, pero también sentido crítico: la historia —decía— debía ser una conversación constante entre el dato y la interpretación. Su estilo como maestro unía la erudición con la claridad, y quienes pasaron por sus aulas recuerdan tanto su rigor como su generosidad. Ocupó cargos relevantes en la vida académica: fue secretario general del Instituto Riva Agüero, secretario académico del Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, miembro de número de la Academia Nacional de la Historia y correspondiente de la Real Academia de la Historia de España.
Pero su nombre quedó especialmente ligado a El Comercio, diario donde permanecen registrados sus escritos. Ingresó en 1969 como jefe de la página editorial, en tiempos convulsos para la prensa peruana. Tras la confiscación del periódico durante la dictadura militar, volvió en 1979 y asumió la dirección en un momento decisivo: fue él quien gestionó el retorno de El Comercio a sus propietarios en 1980. Luego continuó vinculado al diario como jefe de investigación, archivo y ediciones, además de publicar más de un millar de artículos históricos.
En sus columnas y ensayos buscó siempre devolver densidad a los hechos, iluminar los contextos y revelar el pulso humano detrás de cada acontecimiento. Series como “Sucedió hace un siglo” o los volúmenes “El siglo XX en el Perú a través de El Comercio” son prueba de ese esfuerzo constante por narrar el país desde su memoria viva, con respeto por la verdad documental.

López Martínez y FMQC durante la incorporación del primero a la Academia Nacional de Historia en 1995.
Una obra monumental
Su trayectoria en el servicio público fue igualmente destacada. Ocupó cargos en la Comisión Nacional de la Unesco, en el Ministerio de Educación Pública y en la Presidencia del Consejo de Ministros. Durante el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry fue viceministro del Interior, y más tarde dirigió la Biblioteca Nacional del Perú, donde impulsó su reorganización institucional tras años difíciles. En todos esos espacios dejó el mismo sello: prudencia, eficacia y sentido del deber.
La bibliografía de López Martínez abarca títulos fundamentales: Diego Centeno y la rebelión de los encomenderos (1970), Rebeliones de mestizos y otros temas quinientistas (1972), Notas sobre Grau (1980), Piérola y la defensa de Lima (1981), Historia Marítima del Perú (1988), Los 150 años de El Comercio (1989), Sucedió hace un siglo (1990), Miguel Grau: marino y ciudadano (2011), La Expedición Libertadora del Perú (2021), Palabras sobre Grau (2024) y Tiempo de Bolívar: la campaña de Ayacucho (2025). En todos ellos se aprecia una constante: la voluntad de reconstruir, con fuentes primarias y mirada integradora, los vínculos entre historia, ciudadanía y memoria.
Libro «Tiempo de Bolívar, la campaña de Ayacucho», por Héctor López Martínez
Su obra fue reconocida con las Palmas Magisteriales, la Orden de Isabel la Católica, la Orden de la Educación de Bolivia, la Gran Cruz de Taiwán, la Orden de la Amistad del Japón, la Cruz Peruana al Mérito Naval, la condecoración Cardenal Juan Landázuri Ricketts y la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos, entre otras distinciones nacionales e internacionales. En 2022, la Marina de Guerra del Perú le otorgó la Medalla Naval de Honor al Mérito por servicios excepcionales, símbolo de la gratitud institucional hacia quien dedicó buena parte de su vida a narrar la historia marítima del país.
Su partida deja un vacío en la vida intelectual y periodística del país, pero también una lección duradera: que contar bien la historia no es solo recordar, sino comprender. Y en esa comprensión —paciente, documentada, sin estridencias—, Héctor López Martínez hizo del archivo una forma de amor al Perú. Tal vez por eso su ausencia deja la sensación de que no solo se ha ido un historiador, sino también una manera de entender el país.
 
								

 
                            


