El cáncer de pulmón continúa siendo la principal causa de muerte por cáncer en el mundo. Según la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC), en 2022 se registraron 2.5 millones de nuevos casos y 1,8 millones de muertes a nivel global. Esto significa que, pese a los avances médicos, sigue superando con holgura a otros tipos de cáncer, como el de colon, mama o próstata.
La Dra. Julieta Pandolfi, médica patóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires, destacó durante el Seminario Oncológico de Pfizer en Lima que el cáncer de pulmón “supera ampliamente a otros tumores en mortalidad, causando casi el doble de muertes que el cáncer de colon, que ocupa el segundo lugar”. La especialista advirtió además que, de mantenerse las tendencias actuales, hacia 2040 los casos en Latinoamérica crecerán en un 67%, lo que representaría alrededor de 2.4 millones de nuevos diagnósticos anuales en la región.
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La tasa de supervivencia a cinco años es del 23%, pero en casos detectados en estadios iniciales esta cifra se eleva hasta el 60%. El problema, como señaló la especialista, es que “la mayoría de los pacientes llegan a consulta con la enfermedad avanzada, cuando las posibilidades de curación se reducen drásticamente”.

Los tratamientos disponibles incluyen cirugía en casos localizados, inmunoterapia, quimioterapia, radioterapia y terapias dirigidas. La elección depende de la extensión del tumor y del perfil genético del paciente.
¿Por qué el tabaquismo sigue siendo el mayor factor de riesgo?
El tabaquismo es el principal responsable del cáncer de pulmón, vinculado a cerca del 85% de los casos. Inhalar cigarrillos, puros o pipas multiplica casi 20 veces el riesgo frente a quienes nunca han fumado.
“Cuanto más temprano se comienza a fumar y más prolongado es el consumo, mayor es el riesgo”, explicó Pandolfi. La especialista recordó también que la exposición pasiva al humo del tabaco coloca a los no fumadores en una situación igualmente peligrosa.
Aunque en América Latina la prevalencia de consumo disminuyó de 28% en el año 2000 a 16% en 2020, el impacto del tabaquismo sigue siendo alto. La especialista advirtió que incluso después de dejar de fumar, el riesgo de desarrollar cáncer pulmonar permanece elevado durante años.
¿Los vapeadores también generan cáncer de pulmón?
La irrupción de los cigarrillos electrónicos o vapeadores ha generado dudas sobre su seguridad. Según la Dra. Julieta Pandolfi, “los cigarrillos electrónicos también tienen su riesgo. No hay tanta evidencia como con el tabaco tradicional, porque se necesita tiempo para acumular datos, pero no son inocuos ni excluyen la posibilidad de desarrollar cáncer”.
Esto significa que, aunque aún no se cuente con décadas de estudios, no deben ser considerados una alternativa segura al cigarrillo.
¿Qué otros factores pueden causar cáncer de pulmón?
El tabaquismo no es la única causa. La exposición ambiental y laboral también juega un rol importante. Entre los factores de riesgo identificados están:
- Contaminación del aire exterior e interior.
- Humo de leña, frecuente en zonas rurales de Latinoamérica.
- Exposición a radón, asbesto o humos de soldadura.
- Antecedentes familiares y predisposición genética.
- Infección por VIH y enfermedades pulmonares crónicas.
“La idea de que el cáncer de pulmón es solo una enfermedad de fumadores es errónea”, señaló Pandolfi. “Existen personas no fumadoras que lo desarrollan, y en muchos casos estos tumores responden a alteraciones genéticas que permiten tratamientos más específicos”.
¿Cómo reconocer los síntomas?
Uno de los principales problemas es que el cáncer de pulmón no suele dar síntomas en etapas iniciales. Cuando aparecen, la enfermedad ya está avanzada.
Entre los signos más frecuentes se incluyen:
- Tos persistente.
- Dolor en el pecho.
- Tos con sangre, incluso en poca cantidad.
- Ronquera y dificultad para respirar.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Fatiga y neumonías recurrentes.
Estos síntomas pueden confundirse con enfermedades respiratorias comunes, lo que retrasa la consulta médica. “La concientización de la población es clave para que, frente a señales persistentes, se acuda a un especialista”, enfatizó Pandolfi.
¿Qué avances existen en el diagnóstico y tratamiento?
El abordaje del cáncer de pulmón ha cambiado en la última década gracias a la medicina de precisión.
Antes, todos los pacientes recibían tratamientos similares. Hoy se estudian las particularidades biológicas del tumor a través de biomarcadores moleculares. Estos permiten identificar alteraciones genéticas como EGFR, ALK o KRAS, lo que posibilita aplicar terapias dirigidas con mejores resultados y menos efectos secundarios.
Según datos expuestos por la Dra. Pandolfi, sin selección molecular la supervivencia a cinco años se mantiene entre 4 y 6%. En cambio, los pacientes con biomarcadores que acceden a terapias dirigidas pueden extender notablemente su expectativa de vida.
Los tratamientos disponibles incluyen cirugía en casos localizados, inmunoterapia, quimioterapia, radioterapia y terapias dirigidas. La elección depende de la extensión del tumor y del perfil genético del paciente.
¿Qué retos enfrenta Latinoamérica frente al cáncer de pulmón?
El acceso desigual a diagnóstico y tratamiento es uno de los grandes desafíos de la región. Mientras en algunos centros urbanos se realizan pruebas moleculares de rutina, en zonas rurales o de menores recursos esto no ocurre.
“Muy pocos países latinoamericanos tienen programas de prevención secundaria establecidos. En general, solo existen experiencias piloto en algunos hospitales, pero no hay políticas universales”, comentó Pandolfi.
Además, los estudios necesarios —como la tomografía computarizada de baja dosis para poblaciones de riesgo— no están disponibles de manera equitativa. Esta brecha limita la posibilidad de detectar casos en etapas tempranas.
¿Cómo se puede prevenir el cáncer de pulmón?
La prevención primaria sigue siendo la mejor estrategia. No fumar, evitar la exposición al humo ajeno y mejorar la calidad del aire en los hogares y ciudades son medidas fundamentales.
En cuanto a prevención secundaria, los expertos recomiendan que las personas con alto riesgo (fumadores actuales o exfumadores intensivos, mayores de 50 años) consulten sobre la posibilidad de realizar estudios por imágenes periódicos.
“El reto es implementar políticas públicas que integren la prevención, el diagnóstico temprano y el acceso a tratamientos innovadores, porque cada retraso en el recorrido del paciente reduce las posibilidades de supervivencia”, concluyó Pandolfi.
El cáncer de pulmón es una enfermedad devastadora que, pese a los avances científicos, mantiene cifras alarmantes de mortalidad. El tabaquismo sigue siendo su mayor impulsor, pero no el único. La contaminación, el humo de leña y factores genéticos también están detrás de miles de casos.
Fumar, vapear o simplemente exponerse al humo de otros no son prácticas inocuas. La mejor herramienta contra esta enfermedad sigue siendo no empezar a fumar o dejarlo cuanto antes, y promover sistemas de salud capaces de detectar y tratar a tiempo a quienes lo necesitan.