La historia de Mayra Couto está hecha de idas y retornos. Desde su debut en “La pre” en el 2008 hasta convertirse, un año después, en Grace Gonzales, el personaje entrañable de “Al fondo hay sitio” que la consagró en la memoria popular, su carrera ha estado marcada por contrastes. Aprendió a defender causas en medio de la tormenta y a descubrir que el silencio también enseña. Hoy, tras cinco años lejos de los sets peruanos, regresa con “La habitación negra”, una película que simboliza su reencuentro con la ficción y anticipa un nuevo capítulo: su pronto retorno a la televisión.

Mayra Couto vuelve al cine luego de cinco años con «La habitación negra». (Foto: @angel_fernandez_fotografo)
“Lo último que hice en televisión fue ‘Cumbia Pop’ en el 2018 y en el 2020 en cine hice Sí, mi amor’. Ese año también grabé mi piloto, ‘Mi munda, mis reglas’”, recuerda Mayra, como quien enumera hitos que marcan su camino antes de esta nueva etapa.

La propuesta de volver a actuar llegó de la mano de Yiddá Eslava, amiga y compañera desde aquellos años en “Cumbia Pop”. La conexión que existe entre ambas fue suficiente para que aceptara la propuesta sin pensarlo demasiado.

“Somos muy amigas, la quiero y admiro muchísimo porque es una mujer que no para, es una máquina. A lo que ella me llame, yo estaré. Y felizmente ha pasado igual: cuando produje algo y le pedí ayuda, siempre estuvo ahí. Entonces, no había que pensar nada”, cuenta Couto.

Mayra interpreta a una vecina que aparenta ser alguien que no es. (Foto: @angel_fernandez_fotografo)
Pero no fue solo la amistad lo que pesó. El guion y el personaje la desafiaron. “Además, el papel que tengo me gusta, me parece un reto. Esta película es como ‘V de venganza’ o ‘ El juego del calamar’. Es muy chévere, sobre todo el concepto. Yo no diría que es un thriller sino gore, está bien fuerte. Es una película insoportable. Seguramente en el cine habrá ese reto de quién aguanta a ver toda la película y quién se va antes”.

Un personaje intrigante
En “La habitación negra”, Mayra da vida a Susana, una vecina que, en apariencia, llega para ayudar a Camila (Yiddá), una influencer atrapada en las apariencias. Pero pronto esa fachada se transforma en una fuente de tensión. “Es intrigante, enigmática. Se presenta como alguien de confianza. Conoce a Camila desde hace tiempo y trata de calmarla, pero ocurren cosas que cambian todo”, explica la actriz.
Para darle mayor complejidad al personaje, decidió incorporar un rasgo propio: “Tengo estrabismo intermitente, entonces lo propuse para el personaje porque me sirve como no mirar. Me ayudó un montón porque se percibe que tiene un tema de salud mental, con tintes de fanatismo e incluso cierta obsesión por los influencers, como la abuela de Hey Arnold”, detalla.

Mayra Couto, regresa a una producción peruana. Protagonizará la película «La habitación negra». (Foto: Fernando Sangama / @photo.gec)
/ Fernando Sangama
Accidente y complicidad
El rodaje de “La habitación negra” no estuvo exento de sobresaltos y, al mismo tiempo, de gestos que fortalecieron la complicidad entre el elenco. La intensidad de la historia se trasladó, por momentos, a la realidad misma del set.
“Han pasado muchas cosas. Yiddá tuvo un accidente durante la película. Con una cámara se rompió el párpado superior y la llevaron de emergencia, le cosieron y ella grabó todo para la película. Cuando la vi, me sorprendí porque pensaba que era maquillaje. Fue impactante”, recuerda Mayra.
Ese mismo espíritu de entrega y resiliencia también lo encontró en su compañero de escenas, Pietro Sibille. Para Mayra, trabajar con él fue una experiencia inesperadamente grata.
“Su personaje está increíble. No solo es la caracterización, también la energía, la voz, pareciera como onírico, como de otro espectro. Y la risa. Fue amable conmigo, me hizo sentir cómoda, porque yo tenía un poco de roche: nunca había trabajado antes con él. Como es un gran actor, de trayectoria, pensé que sería creído, pero no fue así”, rememora.
Reencuentro
Su vida, en estos últimos años giró entre viajes, mudanzas y nuevas experiencias. “Estuve viviendo en Colombia, luego me fui a Cuba y ahora regresé a esta ciudad que me encanta. Aquí estoy con proyectos audiovisuales y de teatro; el próximo mes viajo a Arequipa a dictar unos talleres. Vivo con mi novio, entreno en el gimnasio, ando en bicicleta, trabajo desde mi computadora. Siento que tengo la vida de Emily en París (ríe)”.
“Mi cuerpa, mis reglas”
En medio de este camino, en el 2020, la actriz grabó un piloto que se convirtió en uno de sus proyectos más personales: “Mi cuerpa, mis reglas”. Con esta propuesta obtuvo un estímulo del Ministerio de Cultura, destinado a la realización del episodio piloto.
“Ese año nos fue muy bien: estuvimos en Ventana Sur, conseguimos distribuidora en Los Ángeles y el proyecto entró a catálogo. Aún necesita crecer, pues nació como mi tesis en la Escuela de Cine de Cuba. El próximo año planeo volver a los mercados para impulsarlo”, afirma.
Más allá de lo técnico, “Mi cuerpa, mis reglas” se convirtió en un espejo de su propia búsqueda personal. La historia gira en torno al choque entre una joven feminista y otra que no lo es, y en ese contraste ella encontró también su propia definición.
“El lenguaje inclusivo atraviesa la trama porque refleja mi proceso: yo no sabía que era feminista y luego entendí que sí lo soy. Me parece básico hablar de estas cosas. No todos tienen que estar de acuerdo, pero es mi propuesta artística y no le hago daño a nadie con ella”, sostiene.
Camino propio
Grace Gonzales fue el personaje que la hizo entrañable para el público, pero Mayra sabe que esa etapa quedó atrás. Regresar a “Al fondo hay sitio” no está en sus planes.

“Ahorita no creo, porque tengo la agenda complicada. Me hubiese gustado como una invitación, pero no se dio y ya está. De hecho, el personaje de Charito (Mónica Sánchez) está con Grace supuestamente en Canadá, así que lo veo verde”, aclara con franqueza.
Lo que sí adelanta es su inminente regreso a la televisión con un proyecto que, por ahora, mantiene bajo absoluta reserva. “Volveré muy pronto, pero todavía no puedo adelantar nada. Este año hubo la oferta y acepté”, remarca sonriente.