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médico peruano conoce al unico que ha realizado más de 100 cirugías robóticas | BIENESTAR

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En un momento en que la tecnología redefine la atención médica, la Clínica Anglo Americana marca un nuevo hito al incorporar el sistema Da Vinci Xi, el más avanzado del mundo en cirugía asistida por robot. Esta apuesta, que refuerza su liderazgo en el sector de salud, se traduce en beneficios tangibles para los pacientes: incisiones mínimas, menos dolor, menor riesgo de infección, hospitalización más corta y una recuperación más rápida.

El encargado de realizar la primera intervención con esta tecnología fue el doctor Víctor Destéfano, director del Departamento de Urología Oncológica del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) y coordinador del Programa de Cirugía Robótica de la clínica. Con más de 100 cirugías robóticas en su trayectoria y siendo el único proctor certificado en el Perú, Destéfano se ha convertido en una figura clave para consolidar este avance que no solo eleva los estándares de la medicina nacional, sino que proyecta al país como un futuro referente en cirugía de alta complejidad en la región.

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El hombre detrás del robot

Víctor Destéfano creció inmerso en el campo de la medicina, pues su padre fue médico y su hermano siguió el mismo camino como cardiólogo. Con esa vocación prácticamente inscrita en la familia, estudió medicina en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, donde inició su propio recorrido que lo colocaría entre los pioneros de la cirugía en el país.

Su primera especialidad la realizó en el INEN como cirujano oncólogo. Luego, gracias a una beca de la Fundación Peruana de Cáncer, viajó a Francia para continuar su formación en la Universidad Pierre y Marie Curie, en el Centre Hospitalier Universitaire Henri-Mondor, en Créteil, donde se especializó en cirugía urológica y se entrenó en cirugía laparoscópica.

Al regresar al Perú en 2004, se incorporó como médico asistente en el INEN, donde poco tiempo después realizó la primera prostatectomía radical laparoscópica de la institución, un hito en el tratamiento del cáncer de próstata. Su trayectoria continuó en la Clínica Anglo Americana, a la que ingresó en 2005 y donde, en 2008, repitió otro logro: la primera prostatectomía radical laparoscópica en la clínica.

La visión de incorporar la cirugía robótica en el país empezó a tomar forma en 2013. Tras entrenarse en el prestigioso Instituto Albert Einstein en Sao Paulo, Brasil, obtuvo la certificación en cirugía robótica tanto por la institución como por Intuitive Surgical, fabricante del sistema Da Vinci. Hoy acumula más de 100 cirugías robóticas en el INEN y tuvo el honor de realizar la primera prostatectomía radical asistida por robot en la Clínica Anglo Americana el pasado 12 de agosto, consolidando otro capítulo en su carrera.

En agosto se realizó la primera prostatectomía radical asistida por robot en la Clínica Anglo Americana, consolidando un nuevo hito en la medicina nacional.

En agosto se realizó la primera prostatectomía radical asistida por robot en la Clínica Anglo Americana, consolidando un nuevo hito en la medicina nacional.

Al frente del Departamento de Urología del INEN durante los últimos siete años, impulsó activamente la adopción de la cirugía robótica. Estaba convencido de que este método quirúrgico —cuya aplicación más destacada es la prostatectomía radical— es una de las opciones más avanzadas y exitosas para el tratamiento de los pacientes.

“Uno de los momentos más decisivos de mi vida profesional ha sido tener la posibilidad de formarme en el extranjero. Estar expuesto a hospitales con tecnología de última generación, como en Francia, donde ya tenían los primeros prototipos de sistemas robóticos como AESOP y el Da Vinci S, cuando en el Perú esa tecnología parecía aún un sueño lejano. Sin duda, esa experiencia marcó un antes y un después, por lo que tener la posibilidad de traer ese conocimiento al Perú se convierte en un sueño y en una misión”, refirió el médico a Bienestar.

El maestro de los cirujanos

Convertirse en el primer y único cirujano proctor certificado en el Perú no es un título más en su currículum, sino una gran responsabilidad, como él mismo reconoce. Con más de 20 años de experiencia en cirugía laparoscópica y habiendo formado a varios especialistas en esta técnica, hoy asume el reto de abrir camino en la cirugía robótica, un campo que, según él, marcará el futuro de la medicina en el mundo y que el Perú no puede dejar pasar.

“El rol del proctor consiste en entrenar y supervisar a nuevos cirujanos en el uso del robot quirúrgico, asegurando que dominen no solo la técnica asistida, sino también la laparoscópica y la convencional. Es importante que tanto pacientes como los profesionales comprendan que el robot no opera solo, sino que es un sistema esclavo que reproduce con precisión los movimientos del cirujano. Por eso, quien aspire a la cirugía robótica debe conocer todas las modalidades y estar preparado para resolver cualquier complicación en beneficio del paciente”, explicó.

Su formación como proctor implicó un exigente proceso. Tras cumplir con un volumen significativo de cirugías robóticas —50 procedimientos en 4 meses — sin complicaciones ni conversiones a técnicas abiertas, fue seleccionado para un curso especializado en Brasil. Allí, su examen final no consistió en operar, sino en entrenar a residentes de urología bajo la supervisión de un proctor experimentado, aprendiendo a transmitir conocimientos sobre el manejo del robot, la disposición de la sala y los protocolos con el personal de enfermería.

Gracias a esta certificación, ahora tiene la capacidad de acompañar y capacitar a cirujanos de diversas instituciones, tanto públicas como privadas, en el manejo de esta tecnología. Su meta es que más especialistas en áreas como urología, ginecología, cirugía abdominal y torácica se certifiquen, creando así un grupo de expertos que ponga al Perú en la vanguardia quirúrgica.

“Ser proctor conlleva una gran responsabilidad, ya que la cirugía robótica es una herramienta de alta precisión y complejidad que debe manejarse con el máximo cuidado. A lo largo de mis 20 años de experiencia, he sido testigo del inmenso talento de nuestros profesionales, que a menudo logran grandes resultados con menos recursos, por lo que no tienen nada que envidiar a sus pares internacionales. Poner esta herramienta de vanguardia al alcance de los cirujanos peruanos nos permite competir al más alto nivel en el tratamiento de cirugías de alta complejidad, lo cual es una gran satisfacción para mí, tanto a nivel profesional como por mi país”, sostuvo el urólogo oncólogo.

La cirugía robótica en el Perú

La cirugía robótica ya es una realidad en el país, marcando un antes y un después en la historia de la medicina peruana. Si bien la intervención del pasado 12 de agosto no es la primera a nivel nacional, sí constituyó la primera en la Clínica Anglo Americana con el sistema Da Vinci Xi, el robot quirúrgico más avanzado de América Latina.

Este robot quirúrgico ofrece visión 3D ampliada, precisión milimétrica y movimientos que imitan a la mano humana, mejorando la seguridad y la recuperación de los pacientes.

Este robot quirúrgico ofrece visión 3D ampliada, precisión milimétrica y movimientos que imitan a la mano humana, mejorando la seguridad y la recuperación de los pacientes.

“El procedimiento consistió en una prostatectomía radical de próstata con linfadenectomía pélvica extendida, es decir, se extirpó la próstata, las vesículas seminales y más de treinta ganglios pélvicos que suelen ser los primeros lugares de diseminación del cáncer. El paciente, un hombre alto y con sobrepeso, representaba un caso difícil para la cirugía abierta o incluso para la laparoscopía convencional. Sin embargo, la asistencia robótica permitió un abordaje más preciso y seguro”, detalló el especialista.

El sistema Da Vinci Xi funciona a través de tres componentes que trabajan en conjunto: la consola del cirujano, que es el centro de mando; el carro de visión, que procesa las imágenes en 3D; y el carro del paciente, conocido como “el robot”, con cuatro brazos articulados que se conectan a los puertos de acceso en el paciente y sostienen las pinzas robóticas.

De acuerdo con el doctor Destáfano, a diferencia de los instrumentos laparoscópicos convencionales que son rígidos, las pinzas del robot Da Vinci ofrecen una movilidad excepcional, ya que cada pinza tiene siete grados de libertad, lo que imita con precisión los movimientos de la mano y la muñeca humana, incluyendo la capacidad de girar, doblar y rotar en casi cualquier dirección. Esto permite que el cirujano replique sus movimientos con una exactitud milimétrica.

Además de esta destreza, el sistema ofrece una visión ampliada y en 3D del campo quirúrgico, que puede aumentarse hasta 30 veces. El cirujano tiene la libertad de ajustar el zoom a su conveniencia, como en la pantalla de un teléfono inteligente, lo que le da un control y una precisión inigualables.

“Comparada con la cirugía abierta, la robótica reduce el sangrado, el dolor, el tiempo de hospitalización y el uso de sondas o drenajes, y favorece una recuperación más rápida. Frente a la laparoscopía convencional, eleva la experiencia a un nivel superlativo: elimina el temblor natural de la mano, no genera el efecto de palanca que causa molestias abdominales, mejora la ergonomía del cirujano y ofrece movimientos mucho más finos, ideales para preservar estructuras críticas como el esfínter urinario o los nervios responsables de la erección. En definitiva, sus tres pilares son: precisión, estabilidad y visión mejorada”, aseguró Destáfano.

El especialista también enfatizó la importancia de la seguridad. Este sistema cuenta con múltiples mecanismos de protección: si el cirujano aparta la cabeza de la consola, el robot se paraliza de inmediato. Además, existen protocolos específicos para desactivar el sistema en caso de un corte de energía o cualquier otra emergencia.

Para garantizar la máxima seguridad, los equipos médicos reciben una capacitación intensiva en escenarios de alto riesgo, similar al entrenamiento de los pilotos de avión. Esto les permite reaccionar con total eficacia ante cualquier eventualidad que pueda surgir durante una cirugía.

“Cabe mencionar que, aparte de sus múltiples beneficios, el mayor impacto de esta tecnología se observa en cirugías oncológicas complejas, como las de próstata, riñón, vejiga, colon, estómago, páncreas, pulmón, ginecológicas, entre otras. En países como Estados Unidos, por ejemplo, casi el cien por ciento de las prostatectomías se realizan mediante cirugía robótica, un dato que refleja no solo la magnitud del cambio en la práctica médica, sino también el camino que el Perú recién comienza a recorrer”.

El futuro de la cirugía robótica

La llegada de la cirugía robótica al Perú marca un punto de inflexión en la medicina nacional y abre un horizonte prometedor para los próximos años. Contar con esta tecnología en instituciones privadas como la Clínica Anglo Americana significa acercar a los pacientes a una herramienta que, si bien lleva dos décadas en el mundo, recién comienza a implementarse en nuestro país.

Con cuatro robots ya instalados en hospitales y clínicas, la cirugía robótica abre un horizonte de innovación que transformará el tratamiento de enfermedades complejas.

Con cuatro robots ya instalados en hospitales y clínicas, la cirugía robótica abre un horizonte de innovación que transformará el tratamiento de enfermedades complejas.

“Antes, muchos peruanos que podían costearlo viajaban al extranjero para someterse a una cirugía robótica. Sin embargo, hoy, esas mismas intervenciones se pueden realizar en casa, más cerca de la familia, con médicos entrenados y a un costo menor”, recalcó el doctor Destéfano.

Asimismo, este avance plantea un reto importante: entrenar a más cirujanos, perfeccionar sus habilidades y formar nuevas generaciones que dominen esta técnica para que, cuando se generalice, el país cuente con profesionales altamente capacitados. No se trata solo de sumar más robots al sistema de salud, sino de garantizar que los especialistas tengan el conocimiento tanto de la enfermedad como de la tecnología para brindar un tratamiento oportuno y de calidad.

En el ámbito público ya se observan pasos importantes. Según el cirujano, el Hospital Dos de Mayo y el INEN cuentan con sistemas robóticos, y la seguridad social ha anunciado planes para adquirir los suyos. En apenas poco más de un año, el Perú pasó de no tener ningún robot a disponer de cuatro: dos en hospitales públicos y dos en clínicas privadas. Así, el país empieza a dejar de ser una excepción en Latinoamérica, pues hasta hace poco era, junto con Bolivia y Paraguay, uno de los pocos que aún no tenía esta tecnología, cuando países vecinos como Brasil la incorporaron en 2008 y Chile en 2012.

“Creo que el gran desafío está en generar conocimiento y difundir información para que las autoridades y gestores en salud pública comprendan que el verdadero impacto de la cirugía robótica no se mide solo en las horas de quirófano ni en el costo de la intervención, sino en la calidad de vida del paciente: recuperaciones más rápidas, menor tiempo de hospitalización y reintegración temprana al trabajo y a la vida familiar. Esto representa un ahorro económico y social a largo plazo, algo que los países del hemisferio norte ya han comprobado después de años de experiencia”, señaló Destéfano.

El futuro también estará marcado por los avances de la inteligencia artificial, que ya acompaña a los cirujanos a través de aplicaciones que permiten analizar el desempeño en cada cirugía, comparar resultados con estándares internacionales y mejorar continuamente la precisión de los procedimientos. A ello se suma el desarrollo de sistemas más avanzados como el Da Vinci SP (Single Port), que introduce todos los instrumentos a través de una sola incisión de tres centímetros, abriendo el camino hacia la miniaturización de la cirugía y procedimientos cada vez menos invasivos.

Mirando a los próximos 10 o 20 años, según el experto, la expectativa es que la cirugía robótica se convierta en un recurso tan común como hoy lo es la laparoscopía.

“En el Perú todavía estamos dando los primeros pasos, pero el horizonte es claro: protocolizar las cirugías que deben hacerse con robot, consolidar el entrenamiento de los especialistas y ampliar la cobertura para que más pacientes puedan beneficiarse. El futuro de la cirugía en el país, sin duda, está marcado por la precisión, la seguridad y la innovación que ofrece la robótica”, concluyó Víctor Destéfano.



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