Los escenarios se alcanzan con talento o se conquistan con resistencia. Madeleine Gutiérrez, hija de Tongo, aprendió que la vida no entrega medallas sin lucha y que cada meta cumplida lleva la huella del esfuerzo. Tras dos años en Europa, donde culminó dos maestrías —una en ópera y otra en interpretación lírica y contemporánea—, regresa al Perú para presentarse por primera vez en el Gran Teatro Nacional.
No es su primer escenario ilustre. Madeleine ha cantado en el Liceu de Barcelona, en la imponente Sagrada Familia —donde compartió escenario con David Bisbal y Pasión Vega—, en el Carnegie Hall de Nueva York y en otros templos de la música en España y Canadá. Pero esta vez, asegura, será distinto.
“Mezzo en Lima será un concierto gratuito, divertido y didáctico, donde uniré mi esencia lírica con mis raíces. Me acompañarán la Orquesta Sinfónica de los 200 años y el coro Voces de Lima… y sí, también estará ‘La Pituca ‘en versión sinfónica”, adelanta con una sonrisa.
Con tesón
Nada de lo que ha logrado —cantar en escenarios de prestigio, enseñar canto, forjar una carrera prometedora— se lo regalaron. Cada paso que da está respaldado por años de estudio, sacrificio y constancia.
“Nunca ingresé a la primera, siempre me costó muchísimo. Estoy en el grupo que ha tenido que luchar un montón para tener lo que tiene”, asegura.

Madeleine Gutiérrez después de dos años de estudiar en Europa regresó al Perú para ofrecer un concierto gratuito en el Gran Teatro Nacional. (Foto: Mario Zapata)
/ Mario Zapata N.
Madeleine reconoce que llevar el apellido de su padre le abrió puertas al espectáculo, pero también la obligó a demostrar que su voz podía sostenerse sola.
“Algunos pensaban que por ser la hija de Tongo haría fusiones o música académica improvisada. Mi intención siempre fue clara: hacer ópera de manera rigurosa y profesional. No te aceptan en un conservatorio extranjero por quién es tu papá; te aceptan porque pasas la audición y eres competente para ellos”.
Esa disciplina la acompañó incluso en momentos difíciles, como cuando se fue a estudiar a Barcelona apenas seis meses después de la partida del querido cantante de “La pituca”.
“Allá viví emociones muy fuertes. Un día, estaba muy mal, triste, llorando en una cafetería, y un hombre me miró directamente y comenzó a cantarme ‘Hotel California’, la canción favorita de mi papá. Sentí que fue él, enviándome una señal… y si no fue, no importa, porque igual me ayudó y me reconfortó. Siempre hablamos, siempre le pido que me muestre el camino”.
Su esencia, asegura, es la ópera. Pero sus raíces también tienen el pulso de la cumbia y la chicha que escuchó en casa. No las fusiona en su trabajo lírico, aunque para su presentación en el Gran Teatro Nacional, ‘La pituca’, la canción más emblemática de Tongo, sonará acompañada por orquesta sinfónica. “Siempre he escuchado cumbia. No voy a renunciar a ello. Lo que verán este 27 de agosto será la unión de mis dos mundos”, resume.
Lo que viene
La artista lírica no se detiene. Está por audicionar para un nuevo programa concurso de canto lírico en Antena 3 (España) y sueña con protagonizar la ópera “Carmen”, pisar el Metropolitan, estudiar dirección orquestal y seguir llevando la ópera a más públicos.
“Intento llegar cada vez más lejos. Estoy en una etapa de madurez musical y emocional. Voy a mostrar lo que he aprendido y los nuevos brillos que tiene mi voz”, remarca.
Madeleine Gutiérrez regresa a escenarios peruanos con la certeza de que su voz es puente entre mundos: el de la ópera y el de la cumbia, el de la disciplina académica y la herencia popular, el de la ausencia y la presencia eterna de su padre. Y cuando se enciendan las luces del Gran Teatro Nacional, no será solo ella quien cante: también sonará, en algún rincón invisible, la voz de Tongo alentándola a nunca rendirse.
Además…
El espectáculo “Mezzo en Lima” se realizará el 27 de agosto en el Gran Teatro Nacional. El ingreso es libre previa inscripción en Teleticket.