No se puede hablar de la historia de la prensa escrita sin mencionar los crucigramas, estos juegos de palabras cruzadas que pueden hacer que una persona invierta horas en encontrar la solución de cada cuadrícula. Y ciertamente no se puede hablar de la historia del Diario El Comercio sin mencionar al Geniograma, presente en 65 de sus 186 años de historia y que ha atrapado a miles de peruanos, generaciones enteras de abuelos, hijos y nietos que, armados con diccionario, lápiz y su intelecto, se sientan a la mesa a completar el desafío. Solos o en grupo, resolverlo ya es una tradición.
Por eso mismo este Diario lanzó un libro en honor al pasatiempo que cultiva la mente. “Geniograma: 65 años de una pasión”, libro en edición de lujo que cuenta al detalle cómo así llegó este juego al Perú. En resumen, fue por la gestión del director Alejandro Miró Quesada Garland, quien vio uno de estos juegos durante uno de sus viajes a Suecia. “Ya llega un novedoso entretenimiento ameno, ingenioso, interesante. Palabras y frases que se entrelazan, guiadas por fotografías y dibujos de actualidad y por indicaciones escritas. Diviértase resolviendo”, decía una de las primeras publicidades que este diario puso para el Geniograma.
El libro fue presentado el último domingo en la Feria Internacional del Libro de Lima por los periodistas de El Comercio Mario Cortijo Escudero y Alfonso Rivadeneyra García, autor del presente artículo. Como invitada especial estuvo María Lara, autora actual de los geniogramas e hija de Mario Lara, ejecutor original de este juego; boliviano afincado en Perú y hombre culto como pocos, Mario Lara dedicaba horas de su vida, acompañado de su esposa, a elaborar las planchas. Un trabajo de hormiga que María conoce bien.
Ante los espectadores en el auditorio Jorge Eduardo Eielson de la FIL, María Lara cuenta que el Geniograma podrá ser un juego, pero elaborarlo es una responsabilidad. “Todo lo que yo pongo tiene que tener un sello de calidad, yo tengo que ofrecer algo que sea incuestionablemente relevante, importante”, dijo. Lara reveló que trabaja los geniogramas de 20 en 20; a veces se demora con uno y, para no perder impulso, hace otro.

Un pasatiempo con historia
El Geniograma apareció por primera vez el sábado 26 de marzo de 1960. Decenas de términos para resolver en horizontal y vertical; cada resolución daba pistas para la siguiente y en su debut tocó diversos temas, como tecnología (“teletipo”), geografía (“El Olivar” de San Isidro), historia (“corsarios”), filosofía (“Sartre”), etc. Quienes lo resolvían tuvieron la oportunidad de presentar el recorte a un sorteo; los participantes enviaron un total de 3.762 recortes correctamente resueltos, de los que fue sorteado el escolar Carlos Wong Fox de 17 años. Este fue solo el comienzo de la tradición.
El libro no solo incluye la historia del pasatiempo. En su interior hay cinco geniogramas gigantes, inéditos y temáticos, con tópicos como “El fin de la Guerra Fría” y “Parejas legendarias”. Asimismo, presenta una crónica sobre los geniogramistas escrita por Julio Villanueva Chang, perfiles de personajes de la sociedad peruana vinculados al juego, como la historiadora Carmen McEvoy y el periodista Fernando Carvallo; y una entrevista con María Lara, quien revela los secretos detrás de su trabajo.
El libro hace homenaje a una institución cultural y, al mismo tiempo, es un canto al poder de la mente humana. Porque el Geniograma no existiría sin una mano paciente y dedicada. Hay cosas que la inteligencia artificial no puede replicartodavía y esas son la intención, el esfuerzo y, por qué no, el cariño hacia el conocimiento.
Geniograma: 65 años de una pasión
El libro de El Comercio
El libro se encuentra a la venta en quioscos, la web de El Comercio o el stand del Diario en la FIL Lima. Su precio es de S/ 99,90.