Cada familia es un mundo y la que plantea “Temis” (La Plaza, 2025) no es la excepción. El padre perdió la empresa que tenía a cargo y ahora el recuerdo lo atormenta en su retiro. Los tres hijos adultos, marcados por esa experiencia, fundaron su propia compañía en la que se comprometieron a promover prácticas antidiscriminatorias. A que todos los trabajadores se sientan incluidos. Esa premisa será desafiada por la llegada de una cuarta hermana que no conocían, una mujer que creció en la pobreza y que, ahora, pide justicia.
Escrita por el chileno Pablo Manzi de la compañía de teatro Bonobo, “Temis” (nombre que viene de la diosa griega de la justicia) explora la diferencia entre lo que se predica y lo que se ejerce. Al partir de una historia familiar, sirve como metáfora de cómo en sociedades democráticas todavía se ejerce la exclusión. A medio camino entre el teatro clásico y la ‘sitcom’ televisiva, establece vínculos con la sociedad griega, que a pesar de su desarrollo no consideraba a todas las personas como ciudadanos. Actúan Augusto Mazzarelli, Gabriel Iglesias, Gisela Ponce de León, Stephanie Orúe, Diego Pérez y Eduardo Pinillos.
“Creo que la virtud de ‘Temis’ es que presenta un espectro mucho más amplio, no hay claridad en los personajes en una primera lectura; son complejos, erráticos, contradictorios. No hay esta figura del opresor como el malo y el oprimido como el bueno. Puedes ver una constelación de contradicciones y de búsqueda del bien individual frente al bien colectivo”, contó a El Comercio Nishme Súmar, directora de la obra. Ella la conoció en un viaje que hizo a Chile, al festival Festival Internacional Santiago a Mil.
—¿Qué resonó de “Temis” contigo?
Me incomodó profundamente. Me sentí reflejada en esa familia, en su ser contradictorio. Esto no solo es relevante para la situación latinoamericana, sino que la obra es una espada que atraviesa al mundo entero. Nuestra inconsistencia es uno de los principales problemas ahora y eso fue lo que me pasó cuando estuve frente a la obra. Eso es bueno porque te hace pensar, te hace tomar acción de alguna manera.
—¿Cómo fue tu aproximación a este material?
Ha sido muy desafiante. Me parece fascinante cómo trae a la actualidad lo mitológico. Para comenzar, la evocación a la diosa Temis o el mito de Noé, para hablar de cuestiones tan actuales. Creo que la obra hace preguntas que se ha hecho el ser humano desde el inicio de la civilización y que nos seguimos haciendo hasta ahora.
—La obra es chilena. ¿Hubo mucho que adaptar para la versión peruana?
No ha sido nada difícil. Cuando utilizamos el arquetipo de la familia es muy sencillo acercarlo [a otros públicos], y más cuando la temática nos atraviesa a todos hoy a nivel mundial. Creo que esta distinción entre bárbaros y ciudadanos, quién realmente tiene derechos, es algo que nos atraviesa a todos.
—¿Cómo es dirigir a Augusto Mazzarelli? Porque en cada papel que lo veo domina la escena.
Es muy fácil trabajar con Augusto, aunque no parezca. Es un extraordinario actor y tiene una presencia escénica impresionante. Es una persona muy sensible, receptiva y permeable a lo que el proyecto necesita. Escucha muchísimo y es muy riguroso al estudiar el texto. Hace muchas preguntas, pero todo el tiempo está aportando, tratando de entender la visión del director. En este caso él me ha acompañado en todo momento. Se ha comprometido con lo que yo quería decir, cómo quería crear este mundo que propone la obra.
DATOS
“Temis”, de Pablo Manzi.
Hasta el 5 de agosto en el teatro La Plaza (Larcomar – Mal. de la Reserva 610, Miraflores, Lima).
Entradas a la venta en Joinnus y la boletería del teatro.