La salud cardiovascular es una de las principales preocupaciones en nuestro país. El Ministerio de Salud (Minsa) estima que en el Perú se producen más de 100 infartos agudos al miocardio cada día.
La situación se agrava durante el invierno, cuando las bajas temperaturas elevan en un 20% la incidencia de enfermedades del corazón. Por ello, especialistas explican por qué ocurre esto y cuáles son las medidas más eficaces para prevenir complicaciones graves, como infartos o accidentes cerebrovasculares.
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¿Por qué el frío afecta al corazón?
Cuando bajan las temperaturas, el cuerpo activa mecanismos fisiológicos para conservar el calor. “Las bajas temperaturas provocan un efecto conocido como vasoconstricción, que consiste en el estrechamiento de las arterias. Esto genera un aumento en la resistencia del flujo sanguíneo, lo que, a su vez, eleva la presión arterial”, explica el Dr. Martín Salazar, presidente de la Sociedad Peruana de Hipertensión Arterial. Este esfuerzo adicional que realiza el corazón puede desencadenar eventos como infartos o derrames cerebrales.

Los controles cardiológicos regulares permiten detectar a tiempo factores de riesgo, incluso en personas que no presentan síntomas.
El frío también puede provocar espasmos coronarios: “Especialmente en personas con mayor sensibilidad o que padecen enfermedades del tejido conectivo”, añade el especialista. A esto se suma el incremento de infecciones respiratorias en la estación, que generan un estado inflamatorio en el organismo y elevan el riesgo cardiovascular.
El Dr. Áureo Campos, cardólogo de la Clínica Ricardo Palma, coincide en que “el sistema cardiovascular se enfrenta a una mayor carga de trabajo durante el invierno”. Explica que esta sobrecarga incluye vasoconstricción, aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial. Cuando esta respuesta es desproporcionada o la exposición al frío es prolongada, el riesgo de infarto se incrementa significativamente.
¿Quiénes son los más vulnerables?
Los especialistas coinciden en que hay ciertos grupos que deben tener especial precaución. “Los adultos mayores son los más vulnerables porque tienen menor masa muscular, un sistema inmune debilitado y condiciones crónicas como hipertensión o diabetes”, explica el Dr. Salazar. Además, suelen tomar múltiples medicamentos que pueden interferir entre sí, sobre todo si se añaden fármacos para tratar molestias propias del frío, como dolores musculares o articulares.
El Dr. Campos agrega que los pacientes con hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, arritmias, enfermedad coronaria o antecedentes de procedimientos como bypass, stent o prótesis valvular están también en alto riesgo. “A ellos se suman los fumadores, las personas con obesidad y quienes padecen enfermedades pulmonares crónicas”, puntualiza.

El tai chi es una opción ideal para mantenerse activo durante el invierno, especialmente en adultos mayores por su bajo impacto y beneficios para el equilibrio.
Cómo cuidar el corazón durante el invierno
Los especialistas recomiendan una serie de medidas que pueden ayudar a prevenir eventos cardiovasculares durante la temporada de frío:
1. No suspender la medicación: “La medicación no cura la enfermedad, la controla. Por eso es fundamental continuar con el tratamiento, incluso si uno se siente bien”, recuerda el Dr. Salazar. Por su parte, Campos subraya que cualquier cambio en la dosis debe ser indicado por el médico tratante.
2. Vacunarse contra la influenza y el neumococo: Las infecciones respiratorias aumentan el riesgo de infarto, por lo que ambas vacunas son clave para adultos mayores y personas con factores de riesgo.
3. Evitar cambios bruscos de temperatura: Lo ideal es mantener los ambientes entre 18 y 25 grados Celsius. Abrigarse bien en las mañanas y noches, y evitar exposiciones innecesarias al frío, es esencial.
4. Realizar actividad física de forma segura: “Durante el invierno se recomienda hacer ejercicio en las horas más cálidas del día, como al mediodía”, indica Salazar. Las caminatas continuas, el tai chi y otras actividades de bajo impacto son opciones ideales para los adultos mayores. Campos recomienda ejercicios aeróbicos y de fuerza de manera distribuida durante la semana: “No es saludable concentrar todo en uno o dos días”, indica.
5. Alimentarse bien e hidratarse: Evitar el ayuno prolongado y asegurarse de tener una dieta balanceada es fundamental para mantener la energía que el corazón necesita.
6. Manejar el estrés y dormir bien: “El tiempo de sueño ideal es de 7 a 9 horas, con buena calidad de descanso. La falta de luz solar puede afectar el estado de ánimo, por lo que se recomienda buscar apoyo profesional si hay síntomas de depresión”, sugiere Salazar. Campos añade que el estrés y la ansiedad pueden descompensar enfermedades preexistentes y fomentar hábitos poco saludables.
7. Chequeos periódicos, incluso sin síntomas: Para las personas sanas, se sugiere una evaluación cardiológica preventiva a partir de los 40 años. En pacientes con diagnóstico previo, los controles deben ser al menos cada tres meses durante el invierno.
¿Qué síntomas no debemos ignorar?
Reconocer las señales tempranas de un infarto puede marcar la diferencia. “El principal síntoma es un dolor opresivo en el pecho, como una presión o peso en el centro del tórax, que puede aparecer en reposo o con esfuerzo físico”, explica el Dr. Salazar. No obstante, en adultos mayores, los síntomas pueden ser más atípicos: fatiga repentina, dificultad para respirar o molestias abdominales que se confunden con problemas digestivos.
“Todo síntoma de nueva aparición o que cambia en intensidad, duración o frecuencia debe motivar una consulta. Por ejemplo, si una persona con angina estable nota que el dolor aparece con mayor frecuencia o tarda más en aliviarse, debe acudir al médico de inmediato”, añade Campos.
Otros signos de alarma incluyen disnea (falta de aire), ortopnea (sensación de ahogo al estar acostado), sudoración fría, náuseas y desmayos.
Cuidar el corazón con responsabilidad
El invierno puede ser una temporada peligrosa para el corazón, pero también una oportunidad para tomar conciencia y actuar. “El corazón también necesita protección en esta temporada”, recuerda el Dr. Salazar. El llamado es claro: mantener el tratamiento, vacunarse, estar atentos a los síntomas, cuidar el cuerpo y también las emociones.
“Mantener un corazón saludable durante todo el año depende de cinco pilares”, resume el Dr. Campos: “Buena alimentación, actividad física regular, sueño adecuado, gestión emocional y controles médicos”.