“Un joven egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes saldrá fuera del país a exhibir sus trabajos pictóricos. Gerardo Chávez, quien no obstante su edad ha expuesto en más de cinco ocasiones en nuestro país y ha sido saludado por la crítica, prepara sus cuadros, muchos de ellos de acento bastante moderno”. Esa fue la primera mención que este Diario hizo del pintor Gerardo Chávez, en 1960, quien por ese entonces tenía solo 22 años, pero que ya se perfilaba como uno de los mayores representantes de la pintura peruana. En esa gira su arte visitó Chile, Argentina y Brasil; no serían los únicos países que lo conocerían.
Gerardo Chávez falleció este domingo a los 87 años, en su Trujillo natal, rodeado de su familia. En noviembre del 2023 había sufrido un accidente cerebrovascular que lo dejó en un pseudocoma; desde entonces estuvo en tratamiento hasta la reciente conclusión. La ceremonia funeraria será privada. Con su muerte el país pierde a uno de sus mayores artistas, alguien que tenía visión y voz propias. No habrá otro como él.
“[Como artista] yo soy más intuitivo. Con los años y la madurez, uno llega a resolver ciertas cosas. Pones en la balanza tantas preguntas. He tenido muchas coincidencias con las artes primitivas, por ejemplo. Y no me acerqué a ellas como estudioso, sino por la necesidad”, contó Chávez en 2022, en entrevista con este Diario. Por aquel entonces lanzó su autobiografía, “Antes del olvido”, donde narra su vida de huérfano de madre en necesidad de refugio, lo cual consiguió con una indolente madrastra, aunque también con personas que lo trataron con respeto. También habla de la relación con su padre, un hombre que tuvo 23 hijos.
“Creo que la mitología es universal. Me da lo mismo pintar a un dios griego que a un dios de la mitología incaica”, dijo el pintor a El Comercio en el año 1975, cuando estaba en su época de pintar seres míticos en óleo sobre lienzo. Años después usaría otros materiales, como el barro sobre yute. Uno de sus mayores logros fue el conjunto de seis piezas de nombre “La procesión de la papa” (1995), donde el tubérculo andino es llevado en andas.
El recuerdo del hijo
Gerardo Chávez-Maza es el hijo menor del pintor, además de arquitecto y curador de arte. Él llegó a curar una muestra retrospectiva del artista. “Para mí él siempre ha sido mi motor y motivo, quien me ha enseñado todo lo que conozco acerca del arte, de la belleza y del poder del arte en la transformación social de un país como este. Siempre ha estado él muy involucrado, desde su pintura, pero también desde su labor como gestor cultural en transformar el Perú desde el arte. Creo que ese es el aprendizaje más grande que tengo él”, dijo a El Comercio.
Gerardo Chávez no solo pintó, también promovió el arte peruano. Él, junto a María Ofelia Cerro Moral, fue gestor de la Bienal de Trujillo de Arte Contemporáneo, que nació en 1981 y resultó un impulso para la producción artística local. Recién en 2024 la iniciativa fue retomada, desarrollándose la cuarta edición luego de 37 años de silencio.
¿Qué pierde el Perú con la muerte de Gerardo Chávez? “Pues creo que pierde, aparte de un extraordinario artista, a una leyenda; si es que algunas personas no han disfrutado de su maravillosa genialidad, es una oportunidad para revisar también su legado, su obra, y en los aportes que le ha dado a la pintura y a la cultura de este país”, destacó el hijo.