La expulsión de la joven sueca Greta Thunberg de Israel tras su detención junto a otros activistas propalestinos que buscaban entregar ayuda a Gaza la ha vuelto a enfrentar discursivamente con un viejo conocido. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que la reconocida ambientalista debería asistir a “clases de control de la ira” luego de que asegurara haber sido “secuestrada” por las fuerzas de seguridad hebreas.
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Thunberg era una de las 12 activistas que viajaba a bordo del Madleen, un barco que se disponía a entregar un cargamento de ayuda humanitaria en la franja de Gaza, a pesar del bloqueo que Israel mantiene sobre el enclave palestino.
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La embarcación, sin embargo, no llegó a la costa gazatí y fue escoltada por dos naves militares israelíes hasta el puerto de Asdod, donde las autoridades locales reportaron que siete activistas aceptaron salir del país voluntariamente mientras que otros cinco, todos franceses, fueron detenidos tras negarse a abandonar Israel.
Thunberg estaba en el primer grupo, por lo que fue enviada a su natal Suecia en un vuelo con escala en Francia. Al arribar a tierras galas, la joven activista denunció que ella y sus compañeros fueron “secuestrados en aguas internacionales y llevados contra nuestra voluntad a Israel”.
“No violamos ninguna ley. No hicimos nada malo”, agregó.

El hecho no pasó desapercibido en el escenario global y uno de los consultados al respecto fue el mandatario estadounidense Donald Trump, quien aseguró a la prensa que la joven “debería ir a clases de control de la ira. Esa es mi principal recomendación para ella”.
El líder republicano, además, calificó a Thunberg de “persona extraña” y “enojada”, y agregó que “Israel ya tiene suficientes problemas como para secuestrarla”.
Al cierre de este artículo la joven sueca no había respondido al sarcástico mandatario, pero este es apenas un nuevo capítulo dentro de una historia de choques entre ambos.

– Mirada fulminante –
El 2019 fue, sin duda, el año de Greta Thunberg. La activista de entonces 16 años sorprendía al mundo con un discurso que buscaba despertar la conciencia sobre el daño al medio ambiente.
En pocos meses pasó de liderar protestas callejeras frente a su escuela a ser una de las principales invitadas en la Cumbre del Clima de la ONU. En el mes de setiembre de aquel año fue la primera vez que coincidiría en persona con Donald Trump, que transitaba por su primer mandato en la Casa Blanca.
Durante la cumbre, Thunberg pronunció su ya famoso discurso en el que con voz quebrada y el rostro visiblemente emocionado reclamaba a los líderes mundiales haberle “robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías”.
“La gente está sufriendo. La gente está muriendo. Ecosistemas enteros están colapsando. Estamos en el comienzo de una extinción masiva y todo sobre lo que pueden hablar es dinero y cuentos de hadas de crecimiento económico eterno. ¿Cómo se atreven?”, dijo.
Pero antes de subir al escenario, Thunberg ya daba de qué hablar cuando se cruzó con Trump en el pasillo de entrada y dejó para la posteridad una mirada que mezclaba desaprobación y desafío en un solo gesto.
El momento se viralizó y representó el choque de dos miradas totalmente distintas ante los desafíos climáticos. Fiel a su estilo, sin embargo, Trump le dedicaría un tuit asegurando que “parece una niña muy feliz, con ganas de un futuro brillante y maravilloso. ¡Qué alegría verla!“.

– Persona del año –
Aún en el 2019, la popularidad de Thunberg llevó a que incluso fuera voceada como una de las candidatas para obtener el Premio Nobel de la Paz. Dicho galardón no llegaría a sus manos, pero en diciembre sí recibiría el reconocimiento de parte de la prestigiosa revista Time, que la eligió Persona del Año.
El presidente estadounidense, que atravesaba su propia tormenta política, no tardó en recurrir nuevamente a su entonces red favorita para dedicarle un nuevo mensaje irónico: “¡Greta debe trabajar en su problema de manejo de la ira y luego ir a una buena película antigua con un amigo! ¡Relájate, Greta, relájate!”.
So ridiculous. Greta must work on her Anger Management problem, then go to a good old fashioned movie with a friend! Chill Greta, Chill! https://t.co/M8ZtS8okzE
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 12, 2019
Esta vez, sin embargo, Thunberg devolvería el golpe con una ingeniosa jugada. La joven cambió su biografía en Twitter para describirse como “una adolescente trabajando en mi problema de manejo de la ira. Actualmente relajándome y viendo una buena película antigua con un amigo”.
– Relájate Donald –
Aunque la verdadera revancha de Thunberg llegaría un año más tarde, en noviembre del 2020. Luego de unas históricas elecciones presidenciales marcadas por denuncias de fraude y exigencias de recuento de votos por parte de Trump, la activista recurriría nuevamente al sarcasmo contra el gobernante saliente.
“Qué ridículo. Donald debe trabajar en su problema de manejo de la ira y luego debe ir a ver una buena película pasada de moda con un amigo. ¡Relájate, Donald, relájate!”, escribió Thunberg en su cuenta de Twitter.
So ridiculous. Donald must work on his Anger Management problem, then go to a good old fashioned movie with a friend! Chill Donald, Chill! https://t.co/4RNVBqRYBA
— Greta Thunberg (@GretaThunberg) November 5, 2020