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El millonario sudafricano, el hombre más rico del mundo, quiso dejar huella en Washington, pero terminó saliendo por la puerta de atrás sin conseguir lo que había prometido cuando llegó al gobierno de la mano de Trump: optimizar el presupuesto federal y recortar gastos innecesarios para invertir el dinero en mejor y mayor tecnología con el fin de hacer una administración más eficiente.

Pero intentar gestionar un gobierno tan complejo como si fuera una empresa de Silicon Valley no fue la solución. “La situación de la burocracia federal es mucho peor de lo que vi. Pensé que había problemas, pero es una batalla cuesta arriba tratar de mejorar las cosas en D.C., por decir lo menos”, confesó esta semana a “The Washington Post”. Un discurso muy diferente al éxtasis y exceso de confianza que mostraba apenas a fines de enero.

Musk entró, literalmente, con la motosierra y su equipo de jóvenes ingenieros y abogados empezaron a preparar listas de despidos en casi todas las secretarías y organismos de gobierno, que incluyeron el cierre de agencias enteras, como USAID. Unos 200 mil trabajadores federales han sido despedidos desde que Musk se puso al frente de DOGE, pero muchos de ellos apelaron a la justicia y sus casos están en proceso.

Elon Musk se consolidó como incondicional seguidor y mano derecha de Trump desde la campaña de las elecciones del pasado noviembre.

Elon Musk se consolidó como incondicional seguidor y mano derecha de Trump desde la campaña de las elecciones del pasado noviembre.

El objetivo era reducir el presupuesto en 2 billones de dólares, pero hasta el momento el ahorro ha sido de 175 mil millones de dólares, una diferencia abismal.

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En el espacio

SpaceX, la compañía aeroespacial de Musk, es uno de los principales contratistas de la NASA. En marzo último se adjudicó un contrato para la nave espacial Starship.

La última obsesión de Musk es Colossus, un megacentro de datos que ha levantado en Tenesí para potenciar xAI, su empresa de inteligencia artificial.

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“Una persona como Musk que no tenía ninguna experiencia en la administración pública es puesto a cargo de un departamento tan importante que debía intervenir en la administración pública. Entonces, era difícil que tenga éxito”, comenta a DW el economista Federico Foders, catedrático de la Universidad de Kiel, en Alemania. “Pero también tuvo mucha presión desde sus empresas y encontró mucha resistencia en Washington”.

Visiones diferentes

Pero encontrar un aparato estatal bastante más enredado de lo que pensaba no ha sido el único factor determinante para la salida de Musk. No solo la guerra arancelaria que Trump ha emprendido con el mundo le hizo levantar la ceja a Musk, o el endurecimiento de los requisitos para visas de trabajo temporales, sino el reciente proyecto de ley presentado por el presidente que plantea un recorte tributario cercano a los 3,8 billones de dólares, pero que se calcula podría aumentar la deuda en varios billones de dólares en los próximos años. Una propuesta a la que se ha opuesto públicamente pues iría en contra del ahorro que tanto ha predicado.

«Seguiré siendo un amigo y un consejero del presidente, continuaré visitando este magnífico lugar [la Casa Blanca] que ahora ha recuperado toda su majestuosidad»

Elon Musk

Nadie duda que aún será influyente -de hecho, muchos de los profesionales que llevó a DOGE están consiguiendo puestos importantes- y sus empresas continuarán teniendo contratos privilegiados, pero su distanciamiento con el presidente se hizo más evidente en las últimas semanas, aunque el viernes hayan querido ponerle un final feliz en su última aparición juntos en el Salón Oval.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estrecha la mano de Elon Musk después de que Trump le entregara la "llave de la Casa Blanca" durante una conferencia de prensa en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, D.C., el 30 de mayo. (Foto: AFP)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estrecha la mano de Elon Musk después de que Trump le entregara la «llave de la Casa Blanca» durante una conferencia de prensa en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, D.C., el 30 de mayo. (Foto: AFP)

/ ALLISON ROBBERT

Según una investigación de “The New York Times”, los desencuentros con Trump se acrecentaron más antes de la gira del presidente al Medio Oriente, a mediados de mayo, cuando Musk se opuso a un acuerdo entre OpenAI y los Emiratos Árabes Unidos para construir un inmenso centro de datos en Abu Dhabi, luego que su propia empresa de inteligencia artificial xAI, quedara al margen. Poco después, dijo que sus donaciones a las campañas políticas se reducirían sustancialmente mientras señalaba que le daría más tiempo al resto de sus compañías, como Tesla.

Tesla, la más afectada

Sin duda una de las consecuencias de la incursión política de Musk la ha sufrido Tesla, su emblemática empresa de vehículos eléctricos, que ha visto cómo sus ventas se han desplomado en el último año.

Los recortes impulsados por Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) causaron protestas en su contra en Nueva York y otras ciudades. (Foto: AP)

Los recortes impulsados por Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) causaron protestas en su contra en Nueva York y otras ciudades. (Foto: AP)

/ Adam Gray

Otrora pionera de la innovación y la tecnología, Tesla ha presentado números preocupantes ante el avance de empresas chinas, como BYD, que le han quitado participación en el mercado.

En el primer trimestre del 2025, las ganancias de Tesla cayeron 71% mientras que las ventas retrocedieron 13% respecto al 2024, lo que provocó que incluso varios de sus empleados y excolaboradores escribieran una carta pública señalando que Musk dejó de ser un activo para convertirse en un problema para la compañía.

“Musk no solo es un millonario con poder: es el rostro visible de múltiples empresas que impactan directamente en la vida de millones de personas. Su personalidad impredecible, su estilo confrontativo en redes y el hecho de que concentre tanto poder simbólico e industrial en un solo liderazgo aumentan la percepción de riesgo. Cuando un CEO se convierte en figura pública de alto voltaje político, cualquier declaración deja de ser personal y pasa a ser una señal corporativa. Eso amplifica el revuelo”, explica a El Comercio Claudia Daré, fundadora y directora de la agencia de relaciones públicas Latam Intersect PR.

La extrema politización de Musk, que incluso lo llevó a apoyar al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), ha afectado seriamente la marca, que siempre ha estado vinculada a la sostenibilidad y protección del medio ambiente, y cuyos clientes tienen una tendencia más liberal y menos conservadora. Es ese público el que justamente le está pasando la factura.

“En lugar de asociarse con sostenibilidad, tecnología o movilidad inteligente, Tesla pasa a ser percibida como una marca con una agenda personalista. Esto fragmenta audiencias, debilita la conexión emocional con ciertos grupos de consumidores y amenaza su expansión global, especialmente en mercados que valoran la neutralidad y la diversidad”, añade Daré, experta en la comunicación de marcas en América Latina.

Así, cuanto más político se volvía Musk, más sufría la marca. Los boicots y ataques a concesionarias de Tesla en Europa y Estados Unidos fueron una prueba de ello. “En comunicación, cuando el líder sobrepasa a la marca, se corre el riesgo de contaminar su percepción”, agrega Daré.

Lejos de DOGE, el millonario ahora podrá retomar a tiempo completo su trabajo en Tesla, pero también en el resto de sus empresas, que no son poca cosa, como Space X (una de las principales contratistas del gobierno), X y Neuralink.

Aunque Musk ya no tenga un cargo, seguirá haciendo negocios con el gobierno federal, pues ya conoce desde adentro el entramado burocrático, lo que sin duda le servirá para amplificar su influencia y seguir ganando dinero.

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CIFRAS

260 millones de dólares entregó Elon Musk a la campaña republicana del 2024, convirtiéndose en el donante más importante de Trump.

1,79 millones de vehículos vendió Tesla a nivel mundial en el 2024, una caída de 1,1% respecto al 2023.

46,1% fue la caída de las ventas de autos eléctricos de Tesla en la Unión Europea entre enero y abril del 2025.



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