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La sorpresiva visita del Sumo Pontífice resaltó la trascendencia de las enseñanzas agustinas en su formación y puso los reflectores sobre la orden.
Fundada en 1244 por iniciativa del papa Inocencio IV que invitaba a los ermitaños toscanos a unirse bajo la regla de San Agustín, los agustinos son “evangelizadores en la austeridad, no acumulan posesiones y no disponen de bienes personales, están al servicio de la comunidad, pero no llegan a aplicar la pobreza radical que tienen como regla los franciscanos”, explica a El Comercio la doctora en Teología y profesora en la Universidad de La Sabana de Colombia, Catalina Bermúdez.
“Para entender mejor esto hay que situarse en el siglo XIII, luego del cisma de Occidente, la separación de la Iglesia Oriental y la constitución de la Iglesia Ortodoxa. Toda la instrucción católica y profundización de la fe estaba fundamentalmente centrada en las escuelas catedralicias y los monasterios de las ordenes tradicionales. Sin embargo, se ve que hacía falta esa apertura hacia las las grandes comunidades que eran fundamentalmente feudos, poblaciones rurales. Así surgen comunidades como la de los dominicos Y franciscanos. A diferencia de los benedictinos, por ejemplo, que se dedicaban fundamentalmente al estudio y poseían bienes que provenían de sus herencias”, agrega la experta.
Bermúdez explica que se les conoce como mendicantes porque viven de la colaboración de quienes quieran apoyarles y con trabajos manuales sencillos para su manutención.
“Otra de sus características principales es que no se quedan en los monasterios, sino que son caminantes, predican en plazas, en calles, iglesias de lo que Francisco llamaría las periferias. Pero también recurren a ellos los reyes, los nobles, que les piden formar parte de su séquito para la educación e instrucción religiosa”, comenta la doctora en Teología.
Y es que además de la austeridad, los agustinos consideran que la fe y la razón van de la mano, por lo que valoran el estudio y el pensamiento crítico.
La Orden de San Agustín administra más de 330 parroquias, 110 colegios y seis universidades en el mundo.
Oportunidad de relanzamiento
Pese a que su comunidad, compuesta por entre 2.500 y 3.000 miembros, es una quinta parte que la de los jesuitas o los salesianos, los agustinos tienen presencia en 50 países donde promueven la enseñanza religiosa, pero también apoyan causas sociales y trabajan en universidades y escuelas.
“Por ello son tan influyentes en la sociedad y se arraigaron gradualmente en distintos países, en su momento del Nuevo Mundo y posteriormente con misiones por todo el planeta”, comenta Bermúdez.
La Orden llegó al Perú en 1547 a través del padre Agustín de la Santísima Trinidad, seguido de una docena de frailes en 1551. Actualmente mantienen tres vicariatos en nuestro país, ubicados en Apurímac, Chulucanas e Iquitos.
León XIV es el primer agustino que llega a convertirse en Papa y lo hace en tiempos marcados por el secularismo y una reducción en la vocación religiosa entre los más jóvenes, advierte la experta; sin embargo, considera que al mismo tiempo podría estar ante una oportunidad de resurgimiento tanto para los agustinos como para la Iglesia en general.
“Una vez elegido pontífice, el Papa ya no es exclusivo de los agustinos, sino que es pastor supremo de toda la Iglesia Católica. Pero es indudable que con el pontificado de León XIV va a tener un auge, un impulso y una reconversión de los propios agustinos que querrán ser muy fieles a su carisma e identificarse mejor con el ideal de su orden. La Iglesia puede tener un relanzamiento también, apoyados y acompañados por los religiosos, pero con una prioridad en la actividad laical, no clerical”, señala Bermúdez.