La hipertensión ocular, también conocida como presión intraocular elevada, es una condición que puede no presentar síntomas durante años, pero que representa un riesgo importante para el desarrollo de glaucoma, una de las principales causas deceguera irreversible en el Perú. Según el Ministerio de Salud, el glaucoma afecta al 3% de la población y es responsable del 13,7% de los casos de ceguera en el país.
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Aunque esta condición suele ser silenciosa en sus etapas iniciales, hay signos que pueden servir de advertencia. La doctora Marleni Mendoza, médico oftalmóloga y asesora científica de Laboratorios Lansier, advierte sobre cinco síntomas que no deben pasarse por alto:
1. Visión borrosa ocasional
“Episodios intermitentes de visión borrosa, especialmente después de actividades que requieren esfuerzo visual, como leer o utilizar dispositivos electrónicos, pueden ser indicativos de presión ocular elevada”, explica la especialista.
2. Dolor ocular
Aunque no es común, algunas personas con presión intraocular alta pueden experimentar molestias o dolor en los ojos, especialmente cuando la presión está elevada.

El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno pueden evitar que la hipertensión ocular progrese hacia el glaucoma.
3. Halos alrededor de las luces
La percepción de destellos o halos alrededor de las luces, sobre todo en ambientes oscuros, puede ser un signo de advertencia que muchas veces se pasa por alto.
4. Pérdida de visión periférica
Este síntoma puede pasar desapercibido en las etapas tempranas. La disminución de la visión lateral es una de las primeras manifestaciones del daño que puede causar la presión ocular elevada.
5. Dolores de cabeza persistentes
Dolores de cabeza frecuentes, en especial si están acompañados de alteraciones visuales, también pueden estar relacionados con un aumento de la presión ocular.
“Es importante destacar que la hipertensión ocular no es sinónimo de glaucoma. En la hipertensión ocular, el nervio óptico aún no presenta daños ni hay pérdida de visión, pero existe un riesgo incrementado de desarrollar glaucoma. Por ello, las personas con presión ocular elevada deben someterse a revisiones oftalmológicas regulares para monitorear su condición”, señala Mendoza.
Tratamientos y prevención
El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno pueden evitar que la hipertensión ocular progrese hacia el glaucoma. “Las opciones terapéuticas incluyen medicamentos oculares antihipertensivos, sobre todo aquellos libres de preservantes, la terapia con láser y, en algunos casos, la cirugía”, indica la oftalmóloga.
Por último, Mendoza enfatiza la necesidad de realizar exámenes oculares periódicos, especialmente a partir de los 40 años. “La hipertensión ocular puede desarrollarse sin síntomas evidentes, por lo que es fundamental detectar cualquier anomalía en la presión intraocular para preservar la salud visual”, concluye.