El Papa Francisco falleció este lunes a los 88 años, siendo recordado por impulsar reformas estructurales en el Vaticano y por su legado marcado por su mirada crítica y reflexiva a diferentes temas como la tecnología, en especial la inteligencia artificial (IA). Concretamente, sobre este tema se refirió en una convención anual llevada a cabo en junio del 2024. Allí se mostró entusiasta sobre sus beneficios para la humanidad, pero también se mostró preocupado por sus riesgos
El Papa Francisco reafirmó que la inteligencia artificial debe ser utilizada solo en beneficio de la humanidad, durante la convención internacional sobre ‘Inteligencia Artificial Generativa y Paradigma Tecnocrático’, organizada por la Fundación Vaticana Centesimus Annus Pro Pontifice.

La IA debe estar bajo supervisión humana
En sus comentarios, el Papa agradeció a quienes le precedieron por su compromiso de explorar cómo la IA puede ayudar a promover la dignidad humana y estar al servicio de los desfavorecidos.
“Valoro”, expresó, “que la Centesimus Annus haya dedicado amplio espacio a este tema, involucrando a académicos y expertos de diferentes países y disciplinas, analizando las oportunidades y los riesgos relacionados con el desarrollo y el uso de la IA”.
El Papa también advirtió contra la herramienta que actúa de forma autónoma, subrayando que la IA “es y debe seguir siendo una herramienta” en manos humanas.
Además, el Santo Padre advirtió contra la inteligencia artificial que perpetra una “cultura del descarte”, favorece la desigualdad y toma decisiones que están fuera de su ámbito de competencia.
La IA debe promover la dignidad humana
Al animarlos a seguir examinando el verdadero propósito de la IA, preguntó: “¿Sirve para satisfacer las necesidades de la humanidad, para mejorar el bienestar y el desarrollo integral de las personas?”. ¿O, más bien, “sirve para enriquecer y aumentar el ya elevado poder de los pocos gigantes tecnológicos a pesar de los peligros que representa para la humanidad?”.
Dado que el futuro de la humanidad se jugará en el frente de la innovación tecnológica, afirmó, “no debemos perder la oportunidad de pensar y actuar de una manera nueva, con la mente, el corazón y las manos”, para “orientar la innovación hacia una configuración centrada en la primacía de la dignidad humana”.
El término “inteligencia artificial” no es preciso
“¿Estamos seguros de que queremos seguir llamando ‘inteligencia’ a lo que no es inteligencia?”, preguntó. Insistiendo en que debemos reflexionar sobre esto, los instó a preguntarse si el mal uso de esta palabra, tan importante y tan humana, no es ya una rendición al poder tecnocrático.
Por último, no hay que olvidar que el Papa Francisco fue víctima de los llamados deepfakes o imágenes falsas creadas con la IA, por lo que él sostiene una mirada crítica frente a esta nueva tecnología.