La carrera espacial, desatada en plena Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, tiene hoy nuevos protagonistas. China es uno de ellos. Sin embargo, el país asiático no solo mira hacia el espacio exterior: también ha puesto la mirada en las profundidades del océano, donde, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), cerca del 80% aún no ha sido explorado.
Según informa China Daily, el país ha iniciado la construcción de un laboratorio submarino a más de 2.000 metros de profundidad en su mar territorial.
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El proyecto, desarrollado en aguas profundas cerca de Guangzhou, ha sido descrito como una “estación espacial submarina”. Allí, seis científicos permanecerán entre 30 y 45 días para estudiar el ecosistema marino.
La estación estará conectada a una red de fibra óptica en el lecho marino y será capaz de soportar presiones 200 veces superiores a las que existen al nivel del mar.
¿Y qué se investigará específicamente? Uno de los focos será el estudio de los ecosistemas de filtraciones frías, un fenómeno natural que alberga grandes cantidades de hidrato de metano.
¿Por qué es importante este gas? Porque el metano es considerado una alternativa menos contaminante frente a los combustibles fósiles tradicionales. No obstante, su extracción en grandes profundidades representa un reto técnico considerable.
Además, el laboratorio buscará explorar otros recursos estratégicos como cobalto, níquel y tierras raras, esenciales para la industria tecnológica y energética.
Aunque la estación estará abierta a la colaboración internacional y se alinea con el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, el proyecto no está exento de polémica. Algunos expertos advierten que podría intensificar las disputas en el Mar de China Meridional.