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En marzo, la crisis que se vive de manera cíclica en nuestro vecino país volvió a encenderse. Aunque parecen haberse calmado, y las protestas y huelgas han dado una pequeña tregua, los bolsillos de los bolivianos siguen en pie de guerra. La economía continúa colapsando y solo medidas paliativas están evitando el desplome total.

Hace dos semanas, cuando se vivió otra vez una severa escasez de combustible, que volvió a poner en jaque al gobierno de Luis Arce, el presidente no tuvo mejor idea que establecer el horario continuo laboral, el teletrabajo y las clases virtuales en las escuelas, entre tanto esperaban un nuevo cargamento de combustible desde Paraguay, Chile y el Perú. Pero el problema estructural persiste, mientras las filas de 8 horas o más en los grifos siguen desesperando a una población que ve día a día cómo sus billetes cada vez valen menos.

La nacionalización de los hidrocarburos, uno de los primeros decretos que firmó Evo Morales después que llegó a la presidencia en el 2006, impulsó la economía boliviana. Pero la gasolina, literalmente, duró poco. El gobierno dilapidó los recursos y, entre otras cosas, estableció subsidios a los combustibles, que están vigentes hasta hoy, y que son uno de los factores de la crisis. Al no haber sinceramiento de precios, el Estado debe proveer los recursos, pero la falta de inversión en exploraciones y explotaciones ha dejado a Bolivia sin la energía de la que tanto se preciaba.

Un hombre porta un cartel que dice "Sin dólares no hay progreso" durante una manifestación por la escasez de combustible y dólares en La Paz el 21 de noviembre de 2024. (Foto de AIZAR RALDES / AFP).

Un hombre porta un cartel que dice «Sin dólares no hay progreso» durante una manifestación por la escasez de combustible y dólares en La Paz el 21 de noviembre de 2024. (Foto de AIZAR RALDES / AFP).

/ AIZAR RALDES

Ahora, el país debe importar combustible para satisfacer la demanda, pero tampoco tiene dólares para comprar pues el Banco Centra ha tenido que echar mano de las reservas para solventar los gastos del Estado. Un círculo vicioso que no permite ver la luz al final del túnel.

“Bolivia tiene un tipo de cambio fijo desde noviembre del 2011, los precios de los combustibles fijos desde el 2005 y una tasa de interés regulada desde fines del 2013. Este esquema de precios regulados se pudo mantener porque Bolivia tenía altísimas exportaciones de gas que le permitían obtener divisas para poder llevar adelante estos subsidios, sobre todo a los combustibles, además de alto precio de las materias primas”, explica el economista José Gabriel Espinoza, expresidente del Banco Central de Bolivia a la cadena DW.

Ante la escasez acuciante de la moneda norteamericana, desde marzo del 2023 el gobierno solo permite retirar 100 dólares al mes a los bolivianos, hay restricciones a los giros internacionales, al uso de tarjetas de crédito en el exterior y a los pagos por Internet. El tipo de cambio, establecido en 6,96 bolivianos por dólar, ahora está a 13 bolivianos en el mercado paralelo, y sigue subiendo.

“Al haber mantenido el esquema de subsidios, el Banco Central se ha quedado sin reservas, y la estatal boliviana YPFB ha entrado en la incapacidad técnica de importación de combustibles”, prosigue Espinoza. Esto ha hecho que las reservas se hayan desplomado de 15 mil millones de dólares en el 2014, en pleno auge de la economía, a unos 1.976 millones de dólares en el 2024.

Actualmente, Bolivia importa el 56% de la gasolina y el 86% del diésel que consume. Paga en dólares en el mercado internacional y vende el combustible a la población con un precio subsidiado mayor al 50%.

“Ya no exportamos la cantidad de hidrocarburos que antes vendíamos a Brasil y Argentina. De hecho, la exportación del gas ya está en su parte final. Hace una década exportábamos 6 mil millones de dólares en gas a esos dos países, y ahora prácticamente casi nada”, señala a El Comercio el periodista boliviano Raúl Peñaranda.

Conflicto político

Esta crisis económica se nutre también de la crisis política que vive Bolivia, desde que el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales se convirtieron en acérrimos rivales desde el 2021, un alejamiento que ha dividido al histórico Movimiento al Socialismo (MAS).

Bolivian President Luis Arce (L) and ex-president (2006-2019) Evo Morales are pictured during a demonstration in support of the government, in La Paz on November 29, 2021. (Photo by MartÌn SILVA / AFP)

Bolivian President Luis Arce (L) and ex-president (2006-2019) Evo Morales are pictured during a demonstration in support of the government, in La Paz on November 29, 2021. (Photo by MartÌn SILVA / AFP)

/ MARTIN SILVA

Arce, que fue una de las piezas fundamentales del gobierno de Morales (2006-2019) al ser el ministro de Economía durante los años de bonanza, ha hecho todo lo posible por reducir a Morales, forzar su salida del MAS (del que fue su líder durante tres décadas) y alentar su inhabilitación política.

El mandatario aún no confirma su candidatura para los comicios de agosto, y no se sabe si efectivamente se postulará dado su bajo nivel de aprobación y lo desacreditada que está su figura debido a la crisis económica.

Morales, en tanto, sigue inhabilitado por la justicia electoral pues ya no puede tener más mandatos de los que dicta la Constitución, sin embargo se ha postulado como precandidato del pequeño partido Frente para la Victoria. Esto mientras toma cuerpo su nueva agrupación, Evo Pueblo, donde están muchas de las organizaciones cocaleras que le siguen siendo fieles.

Pese a las horas bajas de Arce, el MAS tiene más de un millón de militantes en toda Bolivia y no ha perdido una elección desde el 2006. De hecho, ha modificado recientemente sus estatutos para buscar nuevos liderazgos y ahora la mira está en Andrónico Rodríguez, de 36 años y actual presidente del Senado, un joven político del MAS que estaría buscando un rumbo propio. Estaba llamado a ser el sucesor de Morales, pero también se ha alejado de él, así como de los círculos ‘arcistas’.

“En las encuestas están haciendo aparecer candidatos como Andrónico, que no es un candidato oficial, y prácticamente lo están fabricando. No sé sabe qué papel estaría jugando, porque ya se peleó con Morales y parece que tampoco está en el ala del MAS”, señala a este Diario la senadora opositora Centa Rek López.

La oposición, entre tanto, también está fragmentada y aún no definen un candidato único para las elecciones que pueda hacer frente al oficialismo. Ante la falta de elecciones primarias, buscaban realizar una gran encuesta acordada por los principales líderes opositores, pero fue desestimada por el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga, quien se perfilaba como la principal opción.

En carrera también están el empresario y exministro de Economía, Samuel Doria Medina; Manfred Reyes Villa, alcalde de Cochabamba; y el médico y empresario coreano-boliviano Chi Hyun Chung.

Bajo este panorama tan incierto, los bolivianos deben seguir subsistiendo en medio de la escasez, la falta de dinero y combustible, y de rumbo político.

Entrevista

“Arce busca extender su mandato”

Centa Rek López

Senadora de Creemos (Oposición)

– Bolivia vive una crisis económica y política recurrente. ¿Se ve una salida teniendo en cuenta que están en año electoral?

Los aspectos estructurales de la crisis no han sido solucionados. Por medio de un decreto, el gobierno ha hecho que la banca le entregue todos los dólares, y esto es muy grave porque se trata de dólares que deberían estar dentro del sistema, pero el gobierno los está acaparando para comprar combustible a un valor irreal de 6,96 bolivianos por 1 dólar, que no existe porque hay un dólar paralelo. Hay un corralito no declarado y a la gente ya le es imposible mantenerse así. Se están cerrando muchos negocios. Se trata de una crisis gravísima provocada por el gobierno porque no quiere cambiar nada. El subsidio es un negocio del gobierno, así como el dólar ‘blue’.

– ¿Bajo estas circunstancias, cómo se está sosteniendo la economía?

La gente está soportando con lo que le quedaba de ahorros y se está restringiendo en muchas cosas y vive con lo estrictamente necesario. Y Arce Catacora ha echado mano de determinados bolsones económicos. Por ejemplo, ahora ha exigido que el Banco Central ponga en garantía todo el resto del oro que quedaba, o sea, está subastando al país, lo está llevando al fondo del abismo.

– Esta crisis económica también va amarrada la crisis política. ¿El presidente Arce podría conseguir la reelección, si se presenta, bajo este panorama?

Hay encuestas que no son creíbles, pero él tiene el 90% de desaprobación y no sé cómo podría presentarse. Yo pienso que él no apuesta tanto a postularse, sino a que quizá se genere una crisis en la que él extienda su mandato.

– Pero eso no es constitucional…

¿Acaso estos gobiernos son constitucionales? O sea, el Tribunal Constitucional, supuestamente existe y no existe, pues está bajo una prolongación de funciones que él también estableció por decreto. Ellos pueden darle un fallo de que el país está en conmoción, que no hay las condiciones para una elección. Ya no estamos en una democracia.

– ¿Evo Morales podría regresar a la presidencia?

Evo tiene un poder que todavía no lo ha usado, No sé si hará bloqueos para exigir su habilitación. Todavía no sabemos frente a qué nos vamos a enfrentar. El panorama no está claro. Las mismas candidaturas de los opositores están muy fragmentadas y hay mucha incertidumbre porque hay muchas cosas que no se están haciendo de manera transparente.

– Los meses que vienen se avizoran mucho más complicados…

Exactamente. La gente está viviendo al filo de la navaja y no sé hasta cuánto aguanten. No sabemos si habrá un estallido pues las sociedades reaccionan cuando no hay un liderazgo. No sé cuanta tolerancia puede haber cuando tienes una sociedad muy estresada y sometida a condiciones tan difíciles y con un gobierno tan indolente.



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