Ucrania busca acuerdo con EE.UU.: ¿es esta la última oportunidad para convencer a Donald Trump? | Estados Unidos | Rusia | Vladimir Putin | Guerra | MUNDO

Efemérides del 8 de abril: ¿Qué pasó en el mundo un día como hoy? | Congreso Mundial del Pueblo Gitano | Londres | Reino Unido | Últimas | MUNDO

El horóscopo de hoy, martes 8 de abril de 2025: predicciones diarias para todos los signos del zodiaco

Corea del Sur elegirá a su nuevo presidente el 3 de junio | Yoon Suk-yeol | Ley marcial | Tribunal Constitucional | Asamblea Nacional | Choi Sang-mok | Park Geun-hye | Últimas | MUNDO

China echa por tierra el acuerdo sobre TikTok por los aranceles

Un ministro de Costa Rica visita la megacárcel de El Salvador para replicar el modelo

Clem Burke muere baterista de la banda Blondie a los 70 años | Debbie Harry

Erik Prince | Qué hace en Ecuador el fundador de Blackwater que participó en un operativo en Guayaquil | Operativo anticrimen con Erik Prince en Guayaquil | Daniel Noboa | Estados Unidos | Narcotráfico | MUNDO

Muere en Alemania una de las probables últimas condenadas por crímenes nazis

Madonna y Elton John anuncian final de su enemistad tras varios años qué ocurrió


Más adelante, Haya se definió de izquierda democrática para marcar distancia con los totalitarismos comunistas. En 1956 se alió con el presidente Manuel Prado, encarnación de la derecha liberal, quien le permitió gozar de la plena legalidad. De ese entonces es la frase ‘conversar no es pactar’ con la que uno de sus lugartenientes, Ramiro Prialé, definió para siempre la ambigüedad al confesar sus encuentros, los acuerdos vagos en los que no se dice ni sí ni no, los discursos cínicos que caracterizan a políticos apristas y peruanos en general.

LEE TAMBIÉN | Ernesto y las mujeres exactas, una crónica de Fernando Vivas sobre el congresista Bustamante

En 1963, Haya estableció una alianza parlamentaria con el odriismo, otra variante de la derecha que lo persiguió arteramente. Pero un año antes, en las elecciones presidenciales del 10 de junio de 1962, peleó voto a voto la presidencia con Fernando Belaúnde, el fenómeno centrista de Acción Popular. Un golpe militar anti aprista conjuró la posibilidad del triunfo aprista y convocó a nuevas elecciones que ganó el acciopopulista en 1963. Resulta que recientemente Trump ordenó la desclasificación de un paquete de documentos de la CIA de aquel entonces que revelan -oh sorpresa para los fans de “El antimperialismo y el APRA”, obra fundamental y temprana de Víctor Raúl, pues la esbozó en 1928 y se publicó en 1936, en la que denuesta al ‘imperialismo yanki’- que el gobierno demócrata aunque furiosamente anticomunista de John F. Kennedy, apostó por el aprismo. Aldo Mariátegui ha encontrado tres documentos que no dejan lugar a dudas de ese apoyo.

El documento del 25 de julio de 1962 (un mes luego de las elecciones) resume una reunión de altos mandos de la CIA en el que se consignan, entre varias secretas intromisiones de la agencia en el mundo, el “covert finantial support in the recent Peru elections” (apoyo financiero encubierto). Otro documento posterior, del 20 de septiembre de 1962, también resume una reunión de altos mandos en la que en una línea se consigna: “The support to the APRA party approved as presented”. Le pregunté al ‘aprólogo’ e historiador aprista Germán Peralta por ese aporte financiero, cuyo monto y forma de entrega no conocemos y me dijo que, de haber existido, podría haberse materializado a través del apoyo al sindicalismo aprista.

Víctor Raúl Haya de la Torre y Alan García (Foto: EFE)

Víctor Raúl Haya de la Torre y Alan García (Foto: EFE)

Peralta me dio más alcances para entender el más importante documento, que precede a los otros, pues es un informe sobre el Perú firmado el 25 de mayo de 1962 por Sherman Kent, el más ilustre analista de la CIA. Kent recomienda apoyar a Haya frente a Belaunde, a quien define como “un afable político oportunista que aboga por hacer reformas, pero ha conducido su campaña calculando atraer a quienes odian y temen al APRA, incluyendo a las clases privilegiadas y a los comunistas” (esta traducción y las que siguen son mías). En cambio, del APRA piensa que es “un partido comparable a Acción Democrática en Venezuela, que promueve reformas fundamentales a través de la acción política, en consonancia con la Alianza Para el Progreso [programa de ayuda económica para América Latrina creado por Kennedy en 1961] y es un efectivo opositor al comunismo y al castrismo entre campesinos, trabajadores y estudiantes”.

¿Pero no era Víctor Raúl un enemigo declarado del imperio yanki? Peralta me corrigió esa percepción. “Es cierto que en ‘El antimperialismo y el APRA’ habla específicamente de ‘acción contra el imperialismo yanki’, pero unas semanas después de que se agotó la primera edición, hizo una aclaración en el prólogo”. Germán me pide esperarlo un minuto hasta que encuentra la precisión histórica en la segunda edición y me la lee: “Como se verá más adelante, este postulado ha quedado convertido en ‘acción contra el imperialismo’, entendiendo que el APRA combate a todos los imperialismos”. El historiador aprista me explicó que el inicio de la Segunda Guerra Mundial hizo ver a Haya que había que oponerse al Eje fascista y eso lo acercó a Washington. Además, identificaba a EE.UU a la vanguardia de la ciencia y la filosofía, asuntos que lo entusiasmaban. Eso lo animó a ir a dar una serie de conferencias en universidades norteamericanas entre 1947 y 1948. De ese entonces es la célebre foto que se tomó con Einstein en Princeton.

En 1962, la CIA veía pues, a Haya, como un potencial amigo y en palabras de Kent, “un gobierno aprista sería similar al de Rómulo Betancourt en Venezuela”. Por sobre todas las consideraciones de Kent presumo que la que más peso tuvo para la CIA y la administración Kennedy es que el APRA era el mejor enemigo contra el comunismo y su vecino y bestia negra Fidel Castro. Germán me da un dato adicional. Manuel el ‘Cachorro’ Seoane, el aprista más popular luego de Víctor Raúl, fue nombrado en 1963 embajador de Alianza Para el Progreso. No pudo hacer carrera allí pues murió unos meses después en New Jersey. Si todo esto pasó con el antimperialismo, ¿qué pasó con el izquierdismo aprista? Volvamos a él.

Caras nuevas

Tan o más gravitante que Haya en la historia aprista es Alan García. Le pregunto a Ricardo Pinedo, su leal asistente, si recuerda alguna ocasión en la que García se haya reconocido de derecha o siquiera de centro derecha. “Nunca, ni una sola vez. Recuerdo una entrevista del 2008 que le hizo Álvaro Vargas Llosa en Palacio y le preguntó que, si ahora que era defensor de la inversión, se había vuelto de derecha”. La respuesta de Alan la encontré en la nube: “Debemos aprovechar lo mejor del mundo y evitar que el mundo, con las cosas malas que tiene, dañe a los más humildes. A eso le llamo ser de izquierda democrática. Por eso todavía reivindico el concepto de izquierda, que es pensar en la mayoría, pero por la mayoría se piensa con la inversión”. Cuando se despidió en el 2019, por propia voluntad, de las cosas buenas y malas del mundo, Alan García no había variado esa autodefinición. Tampoco lo hizo en sus “Metamemorias”, su testamento político e intelectual.

A pesar de las correrías junto a fujimoristas y el odio a la izquierda ‘caviar’, los apristas de hoy rechazan la definición de derecha. El concepto de ‘centro’ a secas no les perturba y ya fue utilizado en los 80, tras la muerte de Haya, por su heredero en la jefatura del partido, Armando Villanueva. El centro es uno de los sinónimos de la socialdemocracia, a la que el APRA adhiere oficialmente desde que se hizo miembro de la Internacional Socialista. Sin embargo, mientras en ese foro se codean los centristas del mundo, acá se percibe al APRA en el bloque de la derecha ¿Si mantuvieran bancada, no compartirían la mesa directiva con fujimoristas, apepistas y ‘avancistas’?

Ricardo Pinedo, ex asistente de Alan García: “Desde que falleció Alan García, no hay discurso político en el APRA, no hay diálogo, debate, eventos políticos (…). El Perú se está acostumbrando a vivir sin el APRA”. (Foto: Mario Zapata / GE)

Ricardo Pinedo, ex asistente de Alan García: “Desde que falleció Alan García, no hay discurso político en el APRA, no hay diálogo, debate, eventos políticos (…). El Perú se está acostumbrando a vivir sin el APRA”. (Foto: Mario Zapata / GE)

¿Qué piensa la nueva hornada de apristas? Carla García, hija mayor de Alan y convertida en militante tras la muerte de su padre, hace unos días reivindicó la definición de ‘izquierda democrática’, entrevistada por Mario Ghibellini. Varios apristas me señalaron al treintón Enrique Valderrama como un representante de la nueva generación con afán de debatir y marcar la agenda. Lo busqué. Valderrama tampoco disiente en la definición de izquierda democrática. “El relanzamiento de un partido histórico pasa por poner en debate sus conceptos, su organización, abrir la discusión sobre nuestra ‘democracia social’. Hasta ahora la perspectiva es la de una izquierda democrática”, se alinea dejando puertas abiertas. “Y el mensaje de Haya sigue vigente; ahora, en el mundo de Trump, somos antimperio, anti cualquier imperio”.

Valderrama reclama, como muchos apristas, una renovación de dirigentes y voceros. Actualmente, el presidente, César Trelles Lara, de 89 años, es un líder simbólico, y la secretaria general, Belén García, es una vocera de limitada elocuencia en un partido de gran tradición oratoria. Mauricio Mulder, Jorge del Castillo, Hernán Garrido Lecca, entre otros veteranos, son los llamados a alternar con nuevas promociones y bregar, sobre todo el primero, por la convocatoria a un congreso partidario que promueva nuevas figuras. “Desde que falleció Alan García, no hay discurso político en el APRA, no hay diálogo, debate, eventos políticos”, me dijo Ricardo Pinedo.

Refiriéndose al entrampe institucional que dificulta renovar la dirigencia, Valderrama me dijo: “Pueden renovarse los voceros sin renovar las dirigencias”. Le pido volver al tema de fondo ¿La coincidencia con partidos y causas de la derecha, no ha redefinido en la práctica las bases ideológicas apristas? “Necesitamos una profunda autocrítica de los parlamentarios últimos [Del Castillo, Mulder, Luciana León y Elías Rodríguez, que renunció para fundar el movimiento regional Trabajo Más Trabajo] que tuvieron gestos excesivos hacia el fujimorismo. Hubo un error, pero es cierto que también hubo circunstancias externas, excepcionales, como la disolución del Congreso” ¿De alguna manera estás diciendo que ‘los caviares’ empujaron al APRA a la derecha? “No me gusta etiquetar a los que están diferenciados. He sindicado a Pablo Sánchez y Gustavo Gorriti en una persecución a Alan García, pero no extiendo calificativos colectivos. Culpable con nombre y apellido sí es Martín Vizcarra, que empujo al aprismo al error táctico de juntarse con el fujimorismo. Pero había que defender la democracia. Luego del cierre del Congreso, no hubo, eso sí, de parte del aprismo, impulso de temas sociales en el debate público”.

Queda la inmensa duda de si el partido remontará sus ‘errores tácticos’, sus indefiniciones existenciales sobre ser de izquierda o de derecha, su vacío de voces nuevas con capacidad de impactar en la agenda nacional y, si ese impulso los hará saltar la valla electoral. El partido tiene mucho por hacer antes de esa definición en las urnas con nadie sabe qué candidato, de lo contrario, se cumplirá lo que me dijo Ricardo Pinedo: “El Perú se está acostumbrando a vivir sin el APRA”.



Source link