Lo que para muchos sería chatarra, para Bruce Campbell es un sueño hecho realidad. Este ingeniero eléctrico jubilado convirtió un Boeing 727 en su vivienda y lleva más de dos décadas habitando el fuselaje de la aeronave en medio de un bosque en el estado de Oregón, Estados Unidos.
De acuerdo a CNBC, idea surgió en los años 90, cuando Campbell supo que un avión comercial, producido entre los años 1962 y 1984, podía ser comprado y reutilizado. Decidió adquirir el viejo avión por unos 100.000 dólares y trasladarlo (tuvo que desmontar la nave y transportada en camión) hasta un terreno de su propiedad, donde comenzó el proceso de transformación.
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Aunque el interior mantiene muchos de sus componentes originales, como los asientos y las luces de emergencia, Campbell adaptó el espacio con servicios básicos: baño, ducha, cocina improvisada y conexión eléctrica. La nave se encuentra rodeada de árboles y alejado del bullicio urbano, lo que convierte su hogar en un sitio peculiarmente tranquilo.


Para el ingeniero, vivir en un avión no es solo una excentricidad, sino una forma de dar nueva vida a estructuras diseñadas para durar. Defiende que los fuselajes de aeronaves comerciales son mucho más resistentes que una casa convencional y podrían convertirse en una alternativa viable para viviendas sostenibles.
Lejos de reservar su singular vivienda como un refugio personal, Campbell lleva más de dos décadas recibiendo visitantes. A quienes se acercan con curiosidad, les ofrece un pequeño tour por el interior del avión convertido en casa, donde comparte su visión y su forma de vida.