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Lo conté porque no me quería perder la ironía a costa de los votos anti caviares de Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País que censuraron a Juan José Santiváñez y, sin querer, empujaron a Díaz a la palestra.

Pero también lo cuento -y acabo de leer el libro- porque quería saber cómo un policía ejemplar cuya comisaría huachana ganó el premio a la mejor de la región Lima, perdió la inocencia.

“Julio Díaz no es hombre de Santiváñez, pero no sabemos, ni lo sabe Dina o el premier Gustavo Adrianzén, ni la oposición al gobierno, si es el hombre que necesitamos”.

No me refiero a una cuestión penal, ni a la media docena de pesquisas fiscales de las que Díaz ha sido objeto y a la que tiene aún tiene abierta por negociación incompatible; sino a ese candor que acompaña la buena voluntad de un agente del orden.

En un pasaje de su libro sobre el premio que ganó y que incluía una beca para capacitarse en España, Díaz cuenta esto: “Puse en su conocimiento [del entonces ministro Gino Costa] que nunca había subido a un avión y que por ese motivo no deseaba ir a España. Creo que esta confesión lo motivó a notificarme que me dispusiera a viajar a distintas provincias de Cajamarca en Antonov”.

La virginidad del comisario en el 2002 enternece. Y en este otro pasaje, tras deplorar los pedidos de dádivas y sobornos en las comisarías, dice: “Tenemos que aplicar la lógica empresarial al trabajo de la comisaría. Ningún empresario va a ser tan inconsciente como para espantar a sus clientes”. Luego se pone triste: “La ineficiencia y la corrupción policial fomentan el fenómeno de la ‘delincuencia oculta’, es decir la indiferencia y la pasividad, que tiene consecuencias impensables”. Hasta hace muy poco Díaz sirvió de viceministro a un jefe que fue abogado de varios malos policías.

El primer operativo

El comisario ejemplar entró a la vorágine de los traslados y ascensos, y de los celos de los que se queja con amargura en otros pasajes del libro. Mucho más adelante, en el 2020, ya con grado de general y como jefe de la región policial Lambayeque, lo responsabilizaron por algunas compras cuestionables durante la pandemia y le abrieron procesos. Poco después estuvo entre los 19 generales pasados a retiro en el 2020 por Francisco Sagasti para que ascendiera a la comandancia general, el Gral. César Cervantes. Se le abrió a Díaz, que ya tenía experiencia hablando en público, la puerta giratoria de la política y de la gestión municipal. Se abocó a la primera sin suerte con el Partido Morado primero y luego con APP, postulando sin éxito a regidor por Lima. Fue asesor de seguridad en varios municipios -habitual destino laboral de policías en retiro- hasta que lo ficharon como viceministro de seguridad pública.

No había sido miembro del estado mayor de la PNP ni tenía carrera en el Mininter cuando fue fichado viceministro. No lo fichó Santiváñez sino el oscuro ministro Víctor Torres Falcón, menos conocido y experimentado que él. Según una fuente ligada al Mininter, no estuvo entre la terna de recomendados de ‘Juanjo’ como su reemplazo. No es hombre de Santiváñez, pero no sabemos, ni lo sabe Dina o el premier Gustavo Adrianzén, ni la oposición al gobierno, si es el hombre que necesitamos. Antes de romper fuegos mediáticamente, lo que en su caso no debiera ser tan difícil, pues sabe hablar en público; tiene un pulseo interno que dar. Por ejemplo, ¿pedirá la cabeza del comandante general Víctor Zanabria? Existe una ley que blinda a los jefes de las FFAA por dos años contra los pases a retiro intempestivos, pero la presidenta pudiera pedirle que renuncie como efecto dominó de la censura de Santiváñez.

En la conferencia de prensa tras el Consejo de Ministros de los miércoles, Adrianzén imploró que le diéramos tiempo. Mientras este corre se agolpan más preguntas ¿Seguirá trompeándose con el Ministerio Público o marcará la diferencia conversando con la fiscal Delia Espinoza? ¿La pegará de nuevo escudero presidencial o evitará hablar de Dina dando a entender que lo suyo es combatir el crimen y le importa un rábano la comidilla palaciega? ¿Será ese su ‘primer operativo policial’? ¿Cortará su relación con Anatoly Bedriñana, secretario general del Mininter, por cuya contratación lo estaría investigando la fiscalía según fuentes de El Comercio? El viernes viernes tuvo la dorada oportunidad de prestar atención a la ‘Marcha por la Paz’ convocada por un grupo de artistas en las inmediaciones del Mininter y patear la pelota que está en su cancha.



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