Pintan bastos en la economía de Estados Unidos. Con sus erráticas decisiones, el presidente, Donald Trump, se las ha arreglado para torcer el rumbo de una economía que crecía con fuerza, malbaratando la herencia dejada por Joe Biden. El Banco de la Reserva Federal de Atlanta calcula que el producto interior bruto (PIB) de la primera potencia mundial se contrajo a una tasa trimestral anualizada del 2,8% en el primer trimestre del año, según los cálculos publicados este viernes.
La Fed de Atlanta utiliza el modelo GDPNow para ir incorporando toda la nueva información relevante que permite hacer una estimación de la evolución de la economía sin el retraso que acumulan las estadísticas oficiales. Esta semana se han conocido nuevos datos de confianza del consumidor, déficit comercial y gastos personales, entre otros, que muestran que la economía estadounidense se debilita. Tras conocerse, la Fed de Atlanta ha pasado de calcular una contracción del 1,8% a otra del 2,8% (siempre en tasa trimestral anualizada), en lo que sería el peor dato desde la pandemia, también con Trump como presidente.
El modelo GDPNow es muy sensible a cualquier nuevo dato. Sirve para marcar tendencias, pero su precisión es muy limitada. La mayoría de los economistas no espera una contracción de la economía en el primer trimestre, pero sí han revisado drásticamente a la baja sus previsiones de crecimiento. La última encuesta de economistas de Bloomberg, publicada también este viernes, rebaja un punto la proyección de crecimiento del primer trimestre, desde el 2,2% hasta solo el 1,2%. Para el conjunto de 2025, la previsión media baja del 2,3% al 2%.
El último dato conocido este viernes ha sido el índice de sentimiento del consumidor de la Universidad de Míchigan, que se ha desplomado hasta su mínimo desde noviembre de 2022. Hace un año se situaba en los 79,4 puntos; hace un mes en los 64,7 y en marzo bajó hasta los 57 puntos. Por su parte, el índice de expectativas se desplomó un 18%, con lo que ya ha perdido más del 30% desde noviembre de 2024.
La universidad de Michigan desglosa sus datos por afinidad política y donde antes había división, ahora empieza a haber acuerdo: “El descenso de este mes refleja un claro consenso entre todas las afiliaciones demográficas y políticas; los republicanos se unieron a los independientes y a los demócratas para expresar el empeoramiento de las expectativas desde febrero en cuanto a sus finanzas personales, las condiciones empresariales, el desempleo y la inflación”, dice la encuesta, que también señala que se han disparado las expectativas de inflación.
A principios de semana, The Conference Board también constató el cuarto retroceso mensual consecutivo en la confianza de los consumidores y subrayó que los ciudadanos ven con pesimismo el futuro. “El Índice de Expectativas, basado en las perspectivas a corto plazo de los consumidores sobre los ingresos, los negocios y las condiciones del mercado laboral, cayó 9,6 puntos hasta 65,2, el nivel más bajo en 12 años y muy por debajo del umbral de 80 que suele indicar una recesión inminente”, indicó dicha institución, que es una referencia en la materia.
Trump ha contribuido a nublar el panorama económico con sus aranceles de quita y pon y con los que ha impuesto de verdad. Sus continuas amenazas proteccionistas, la inseguridad jurídica provocada con su deriva autoritaria y la falta de una política económica coherente han hecho perder fuelle a la economía.
Las empresas han alertado del impacto de la guerra comercial y los consumidores, el principal motor de la actividad, están midiendo más sus gastos. El gasto de los consumidores ajustado a la inflación subió solo un 0,1% en febrero tras sufrir en un mes de enero especialmente gélido su mayor caída en casi cuatro años, según los datos publicados este viernes por la Oficina de Análisis Económico, dependiente del Departamento de Comercio. “El moderado aumento del gasto en febrero confirma que el crecimiento real del consumo va camino de alcanzar un crecimiento anualizado inferior al 1 % en el primer trimestre”, opina Michael Pearce, economista jefe adjunto para Estados Unidos de Oxford Economics, que espera un repunte en el segundo trimestre.
Los aranceles han tenido por ahora el efecto contrario al pretendido. El déficit comercial de Estados Unidos ha pulverizado récords en enero y febrero, ya que las empresas han adelantado las importaciones para evitar pagar esos nuevos impuestos. En esos dos meses, el déficit comercial de Estados Unidos fue de 303.486 millones de dólares, según los datos preliminares, un 65% más que un año antes. El déficit comercial resta en el PIB, como subraya la Fed de Atlanta en su cálculo.
“Una vez más, los datos económicos de esta semana muestran que Trump está llevando al país hacia una recesión. Los estadounidenses ya han perdido la fe en la falta de atención de la Administración Trump a la reducción de los precios, ya que la inflación de los bienes de consumo diario sigue aumentando”, indicó este viernes Alex Jacquez, de Groundwork Collaborative, firma de análisis y activismo económico. “Iniciar guerras comerciales erráticas con los aliados y recortar la Seguridad Social y otros programas vitales de protección social no hace que el alquiler o la compra de alimentos sean más asequibles”.
“Las probabilidades de que la economía sufra una recesión el año que viene son incómodamente altas. Yo las situaría en más de un tercio y en aumento. A principios de año, había pocas posibilidades de que la economía flaqueara”, escribió esta semana Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, en el Philadelphia Inquirer.
Trump también está haciendo daño a la economía de sus vecinos. Este mismo viernes, Statistics Canada constató que, según los datos preliminares, el crecimiento económico de Canadá se detuvo tras un sólido comienzo de año a medida que aumentaban las amenazas arancelarias procedentes de Estados Unidos. En enero la economía había crecido un 0,4%, su mayor ritmo desde abril del año pasado.