La Academia de Cine de Hollywood está preocupada y al borde de una crisis interna. El máximo órgano cinematográfico de Los Ángeles (y, probablemente, uno de los más influyentes y mediáticos del cine global) ha visto con preocupación la brutal detención, con paliza incluida, que a principios de esta semana sufrió a manos de colonos judíos el director, periodista y activista palestino Hamdan Ballal, codirector del documental No Other Land, que el pasado 2 de marzo se alzaba con el premio Oscar a mejor largo documental. Tras la queja de los codirectores del largometraje por la falta de apoyo desde Hollywood, a última hora del miércoles la presidenta de la Academia, Janet Yang, enviaba una carta condenando lo sucedido, pero a muchos de sus miembros les pareció tarde, tibia y poco específica. De ahí que la junta de gobernadores de la Academia, su máximo órgano directivo, haya decidido reunirse de urgencia y de manera extraordinaria para decidir cómo encarar ese ataque y expresar su apoyo al equipo del documental.
La reunión ha tenido lugar a las once de la mañana, hora del Pacífico (las siete de la tarde, hora peninsular española), tal y como ha dado a conocer en exclusiva la publicación especializada en cine Deadline. Alrededor de 600 miembros de todas las ramas de la Academia han firmado dos escritos. Uno, por el que exigen una respuesta más contundente al trato que Ballal recibió por parte de las autoridades israelíes. Otro, la alternativa que ellos enviarían como respuesta al ataque, mucho más dura que la de la presidencia. Entre los firmantes están los actores españoles Penélope Cruz y Javier Bardem, las británicas Olivia Colman y Emma Thompson y los intérpretes estadounidenses Richard Gere, Susan Sarandon, Mark Ruffalo, Joaquin Phoenix, Elizabeth Olsen, Sandra Oh y Marisa Tomei, así como diversos directores, como Alfonso Cuarón, Ava DuVernay, Errol Morris, Jim Jarmusch, Adam McKay y Jonathan Glazer, así como guionistas, músicos, responsables de maquillaje, vestuario, sonido, animación o efectos especiales, y por supuesto decenas de documentalistas.
Esas cartas son claras críticas a la presidenta de la Academia, Janet Yang, y a su director ejecutivo, Bill Kramer, por el comunicado del miércoles, que califican de tardío y con poca fuerza tras la detención y la brutal paliza sufrida por Ballal. De hecho, en el comunicado que Yang y Kramer enviaron de manera interna y también a la agencia Associated Press (no llegó a los periodistas que están suscritos a sus noticias, como es habitual), ni siquiera mencionaban el nombre del documental o de Ballal. En ella se leía que “la Academia condena que se perjudique o reprima a los artistas por su trabajo o sus puntos de vista”. “Vivimos en una época de profundos cambios, marcada por el conflicto y la incertidumbre, en todo el mundo, en Estados Unidos y dentro de nuestra propia industria. Es comprensible que a menudo se nos pida que hablemos en nombre de la Academia para dar respuesta a acontecimientos sociales, políticos y económicos. En estos casos, es importante señalar que la Academia representa a cerca de 11.000 miembros de todo el mundo con muchos puntos de vista únicos”, afirmaba, manteniendo una fría equidistancia que no ha gustado a muchos.

La carta de la Academia llegaba varios días después del ataque a Ballal, y también tras las quejas por parte del equipo de dirección del documental, compuesto tanto por palestinos como por israelíes. Uno de esos directores es el israelí Yuval Abraham, que precisamente denunció la desaparición de su colega palestino en las redes sociales, así como la posterior paliza que sufrió, contando cómo “tenía heridas en la cabeza y el estómago, sangrando” y que “los soldados invadieron la ambulancia a la que llamó y se lo llevaron”.
El miércoles, el propio Yuval Abraham volvió a escribir en X, esta vez para criticar la inacción de la todopoderosa Academia, que estas semanas además está de actualidad. “Lamentablemente, la Academia de Estados Unidos, que nos concedió un Oscar hace tres semanas, se negó a apoyar públicamente a Hamdan Ballal mientras era golpeado y torturado por soldados y colonos israelíes”, relataba el codirector de No Other Land. “La Academia Europea expresó su apoyo, al igual que otros innumerables grupos de premios y festivales. Varios miembros de la Academia de Estados Unidos —especialmente en la rama de documentales— presionaron para que se hiciera una declaración, pero finalmente fue rechazada. Nos dijeron que como otros palestinos fueron golpeados en el ataque de los colonos, se podía considerar que no tenía relación con la película, por lo que no sintieron la necesidad de responder”.
Sadly, the US Academy, which awarded us an Oscar three weeks ago, declined to publicly support Hamdan Ballal while he was beaten and tortured by Israeli soldiers and settlers.
The European Academy voiced support, as did countless other award groups and festivals. Several US…
— Yuval Abraham יובל אברהם (@yuval_abraham) March 26, 2025
Cuando llegó la respuesta, el miércoles por la noche, fue a todas luces insuficiente. De hecho, algunos académicos de dicha rama de documentales han expresado, de manera anónima, que la respuesta fue “bochornosa y vergonzosa”. “La encontramos del todo horrible”, comentaba un miembro en la prensa estadounidense. Todo ello ha hecho que la Academia se haya reunido de urgencia y que los miembros más enfadados hayan mandado un escrito, que también recoge Deadline en exclusiva. “El 26 de marzo de 2025, la dirección de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas envió por correo electrónico a sus miembros una declaración con el asunto ‘Nuestra comunidad cinematográfica mundial’. La declaración respondía aparentemente a la detención del cineasta palestino Hamdan Ballal, ganador del Premio de la Academia 2025 al mejor largometraje documental y uno de los directores de No Other Land, aunque no mencionaba ni a Ballal ni a la película por su nombre, ni describía los acontecimientos a los que respondía”, lamentan esos 600 miembros en el comunicado. “La declaración de Bill Kramer y Janet Yang se quedó muy corta en cuanto a los sentimientos que exige este momento. Por lo tanto, emitimos nuestra propia declaración, que habla en nombre de los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas abajo firmantes”.
Además, esos 600 firmantes también han escrito su propio comunicado, el que creen que debe enviarse como respuesta a la durísima agresión sufrida por Ballal, y en el que se lee, con mucha más dureza que en el de Yang y Kramer: “Condenamos la brutal agresión y la detención ilegal del oscarizado cineasta palestino Hamdan Ballal por colonos y fuerzas israelíes en Cisjordania”. Y continúa: “Como artistas, dependemos de nuestra capacidad para contar historias sin represalias. Los documentalistas a menudo se exponen a riesgos extremos para iluminar al mundo. Es indefendible que una organización reconozca una película con un premio en la primera semana de marzo y que luego no defienda a sus cineastas apenas unas semanas después”.
No Other Land, que en Estados Unidos no logró distribuidor y que por tanto no ha podido verse en salas, es un largometraje documental donde se retrata la ocupación en Cisjordania. Ha sido realizado a lo largo de cinco años y hasta octubre de 2023, y en él se ve la violencia descarnada de la ocupación. Tras ganar el premio al mejor documental en el Festival de Berlín de 2024, el pasado 2 de marzo se hizo con el Oscar. En su discurso de recogida del premio, Basel Adra, uno de sus directores, afirmaba: “Espero que mi hija no tenga que vivir la misma vida que estoy viviendo yo, siempre bajo vigilancia, con invasiones, desplazamientos y una ocupación. Esta película refleja la realidad tan cruda en la que llevamos viviendo décadas. Pedimos acciones para acabar con esta injusticia y la limpieza étnica del pueblo palestino”.
Por su parte, Abraham también proclamó sobre el escenario del Teatro Dolby de Hollywood: “Palestinos e israelíes logramos que nuestras voces sean más fuertes. La destrucción atroz de Gaza y su gente tiene que acabar, los rehenes israelíes en Gaza tienen que ser liberados. Cuando veo a Basel, veo a mi hermano, pero no somos iguales. Vivimos en un régimen donde yo soy libre bajo la ley civil, mientras que Basel debe vivir bajo la ley militar que destruye su vida”. Y concluyó en su discurso: “Necesitamos una solución política sin supremacía étnica. La política exterior de este país ayuda a bloquear este camino, ¿no ven que estamos entrelazados? Solo puede estar seguro mi pueblo si los palestinos están libres de verdad. No hay otra forma de hacerlo, no hay otra forma de vivir”.