Para destacar en el mundo de los deportes, hace falta determinación, mucha disciplina y ese factor extra que solo unos pocos elegidos tienen: una personalidad a prueba de balas. Jhair Michelle Ordinola, ‘La Piticlín’ como se presenta en los rings en los que pelea, tiene esas características. Ser abiertamente LGBTQ+ en un entorno como el de los deportes de contacto que practica, le ha valido insultos y críticas, pero hasta esos golpes los ha convertido en una gasolina que impulsa su gran sueño: ser la próxima estrella de la lucha en el Perú.
Distante del estereotipo de peleador, ‘La Piticlín’ tiene facciones delicadas, el cabello largo y bien cuidado y las uñas arregladas incluso hasta con los guantes puestos. Utiliza tanto el pronombre masculino como el femenino y luce la bandera trans en sus redes sociales. “Siempre me subestiman y me insultan, porque nunca se ha visto acá a alguien como yo haciendo lo que hago”, dice con una suavidad al hablar que contrasta con su forma de ser una vez que empiezan las batallas.
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“El deporte que practico es machista, ves a gente ruda que se tira las cosas y gritan. Yo soy alguien muy distinta a ellos, soy femenina, pero cuando peleo y entro al octágono, lo rudo se me sale”, explica de sus capacidades en el deporte que le están valiendo cada vez más notoriedad.
A nivel de técnica su fortaleza en el octágono radica en su ‘stricking’. Se siente imparable en el enfrentamiento de pie, cara a cara, pero a nivel mental ha ido desarrollando una resistencia 360° necesaria tanto para el combate como para la vida.

El apodo de ‘La Piticlín’ nació del apodo que le puso una compañera en el último año de colegio por su personalidad irreverente, que mantiene ahora en el mundo de las MMA.
/ Joel Alonzo
Un prodigio diferente
Aunque hoy no puede imaginar un día sin deporte, la primera vez que entrenó lo hizo por una decisión de su madre. En su natal Piura, de sol radiante todo el año, el ‘bullying’ había creado una temporada de días grises que parecía eterna a sus cortos 7 años.
“Los niños no se querían juntar conmigo porque lo afeminado ya se me salía, era algo que no podía ocultar. También me fastidiaban por mi color de piel, porque era más oscurito. Era tanto el rechazo que se me complicaba hacer amistades”, recuerda Ordinola sobre la situación que llevó a su madre a matricularlo en clases de karate. Su desempeño no tardó en destacar, pero tuvo que superar varios prejuicios para poder avanzar.
“Al ver que su prodigio era afeminado, mi entrenador tenía miedo de apostar por mí, porque era arriesgarse, no sabía cómo me iba a explayar en un octágono. Así que yo di el primer paso”, recuerda ‘La Piticlín’ sobre sus inicios, cuando buscó sus primeras peleas. “Que me aceptaran fue complicado, los competidores no querían pelear conmigo. Si me ganaban, le ganaban al cabro. Hasta ahora me pasa. Hay peleas de las que se me han bajado por ser como soy”, cuenta. Y en medio de esa lucha contra la discriminación, del karate pasó con éxito al kickboxing, luego al muay thai y, desde hace dos años, a las artes marciales mixtas: las cada vez más famosas MMA.

Michelle Ordinola nació en 2005 y se crio en el distrito de Castilla, en Piura. (Foto: Archivo personal/ Cortesía de Michelle Ordinola)

A la par de su vida como deportista, Michelle Ordinola estudia Márketing.
/ Joel Alonzo
“Cuando entro al suelo, siempre escucho comentarios que dicen maricón esto o lo otro. También me pasa dentro de la pelea, me insultan en la oreja y piensan que yo voy a bajar la guardia y no pues, no saben que todo eso me da más fuerzas”, afirma. Y es que a sus 19 años, ‘La Piticlín’ ve hoy la vida de una manera diferente a cuando comenzó a competir.
Una nueva era
Gracias a la disciplina deportiva, ‘La Piticlín’ no solo ha encontrado una pasión en la vida, sino también una herramienta para poder hacer algo que le costó durante muchos años: descubrir su identidad y disfrutar de la persona que es.

“En mi casa nunca me hablaron de los géneros y de los gustos, yo misma me di cuenta que era diferente. Yo sabía que era afeminado pero no sabía cómo definirme, recién estoy descubriéndome. Tengo 19 años y recién me estoy dando cuenta de quién soy”, reflexiona.
Y en ese proceso de descubrimiento, recientemente ha dado un paso que parece pequeño pero que ha sido de gran impacto para ‘La Piticlín’: un cambio de nombre. Desde que cumplió 18 años, ya no se presenta como Jhair Ordinola, sino como Michelle, un segundo nombre con el que se identifica más.
“Cuando cumplí 18 años, dejé a Jhair atrás. Yo tengo dos nombres. El que uso ahora es Michelle. Yo quiero que Jhair quedé atrás, con sus problemas y todo”, asegura. “He llevado por muchos años un peso en la espalda. Recuerdo mis inicios en las peleas, el tema emocional de mi familia, todo el rechazo… Eso quería dejarlo atrás y que mi nombre sea Michelle”, afirma y aclara que eso no representará cambios en su forma de competir a nivel deportivo: “Si me homornizo o no, si me opero o no, ya es cosa mía. Yo quiero seguir compitiendo como hombre”, explica sobre su deseo de no utilizar etiquetas para definirse.
“A mí no me gustan las etiquetas. La gente que me conoce, me llama Michelle. Pero si hay gente que no me conoce y me llama Jhair, yo lo acepto, porque no me conocen. Y si se les sale, pues yo lo entiendo. Cuando me conocen, me llaman Michelle o Piticlín. Pueden llamarme él o ella, tampoco tengo problemas con los pronombres. Pero hay quienes me dicen cosas de mala manera y eso no me gusta”, subraya.
Filosofía deportiva
En el dojo del campeón peruano de kickboxing Miguel Sarria, donde ‘La Piticlín’ entrena actualmente, nos recibe un cartel con los reglamentos que siguen sus estudiantes: “Para seguir el camino correcto yo debo intentar perfeccionar mi carácter, ser correcto, leal y puntual y respetar a los demás”.
Para Michelle esa es una filosofía que hoy también abraza y valora encontrar espacios donde se imponga el respeto por los otros .
“En Lima respetan las reglas. En Piura eso no se ve. Allá agarran confianza con el profesor y hacen lo que sea, acá no, acá son estrictos y siguen las reglas y respetan a las personas como son y eso me da gusto”, comenta Ordinola, quien este año tiene varias metas y planea lograrlas paso a paso. Un primer logro del que siente mucho orgullo ha sido el viajar por primera vez por su cuenta desde Piura hasta Lima para entrenar para su próxima gran pelea: una fecha de kickboxing en Barranquilla organizado por la SFC, una conocida franquicia de eventos de MMA en Colombia.
Desde que comenzó en los deportes de contacto, ha recibido invitaciones para participar en eventos internacionales. De hecho, en su adolescencia representó al Perú en contiendas en Ecuador, pero el factor económico ha impedido que acuda a eventos en Argentina y otros países donde tuvo consideración en las convocatorias.
Un impulso para seguir
“Una cosa es llamar la atención, otra es que las marcas te apoyen”, dice ‘La Piticlín’, quien tras firmar contrato a finales del 2024 con la FFC, una de las promotoras más importantes de MMA para toda América Latina, ha ganado cada vez más notoriedad, pero eso no se ha traducido en el apoyo económico que necesita para continuar peleando.
“Los entrenamientos, la alimentación, los pasajes, todo eso es algo costoso, la gente no sabe. Saldré en medios y todo, pero no tengo todavía ese apoyo”, explica Ordinola, quien hace un llamado a las marcas y a las personas que quieran ayudarle a hacer realidad sus próximas competencias.
Actualmente ya cuenta con los pasajes para competir el 29 de marzo en Colombia, donde estará cuatro días en la ciudad de Barranquilla, pero está haciendo una rifa a través de sus redes sociales para costear su bolsa de viajes.

‘La Piticlín’ le dedica todos sus triunfos a su madre, quien dice ha sido su soporte en todo aspecto.
/ Joel Alonzo
El sueño de todo peleador
Este 2025, Ordinola ve con entusiasmo las 5 peleas que tiene firmadas con la FFC. El año pasado tuvo un buen debut que le permitió asegurarse una temporada más larga este año con la que espere cimentar el camino hacía la meta que, como todo peleador de MMA, tiene en mente: llegar algún día a la UFC.
“Si con las peleas que he tenido, mis videos ya han recorrido el mundo entero, qué será con las 5 peleas que tendré de la FFC, podré llegar hasta donde quiero llegar”, dice con entusiasmo ‘La Piticlín’, quien, de momento, ya ha conquistado un objetivo no menor: inspirar a otras personas.
“Por las redes sociales hay personas que me escriben, gente de provincia que tiene miedo de ser cómo son por el qué dirán. Por eso me da gusto que me vean pelear y sepan que tienen una oportunidad, que no importa tu identidad de género, si tenemos un don, que es algo que Dios nos da, hay que usarlo y sacarle todo el jugo”, dice con orgullo.
Por los videos de sus peleas, le han escrito desde países tan lejanos como Estados Unidos y Rusia. Pero ‘La Piticlín’ sabe que no todo será siempre positivo. “Mientras más crezca, habrá más gente que me quiera bajar y criticar”, dice con la seguridad de quien sabe que todo eso le dará más fuerzas. “Los insultos ya no me duelen como antes. He aprendido a seguir en mi camino, que es el correcto, y así llegaré hasta donde Dios me mande”, concluye.
Además…
En redes
Puedes saber más de ‘La Piticlín’ y sus próximas peleas a través de sus redes sociales oficial:
@piticlin_mma en TikTok y
@lapiticlin_mma en Instagram
También puedes apoyar las rifas pro fondos para su viaje para competir en Colombia. El costo es de 10 soles a través del Yape 978-160-096. Y los números de cuentas oficiales para depósitos son BCP Soles: 47590855726017. Y número de cuenta interbancaria: 00247519085572601724.
@piticlin_mma Este 29 de Marzo estoy representando a mi Perú 🇵🇪 y provincia piura en un gran evento de Kickboxing en Barranquilla Colombia 🇨🇴 ojalá pueda contar con el apoyo de todos ustedes 🙏
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