Paraguay vs. Colombia en vivo: previa, números y últimas noticias de partido por Eliminatorias 2026 | DEPORTE-TOTAL

Pedro Castillo EN VIVO: PJ reanuda este martes 25 de marzo juicio oral por el golpe de Estado | Anibal Torres | Betssy Chávez | VIDEO | | POLITICA

El circuito de Cheste prolonga su contrato con MotoGP hasta 2031 aunque perderá la exclusiva del cierre mundialista a partir de 2027 | Motociclismo | Deportes

La voz de ChatGPT evoluciona: ahora conversa sin interrumpir y tiene más carisma

cancer terminal ”Quería usar mi experiencia para enseñarles a los alumnos cómo se vive“: el profesor de Medicina que impartió un curso sobre su propia enfermedad | BIENESTAR

Selección peruana | Las dos variantes fijas en el once y por qué Óscar Ibáñez cambia de estrategia: Lo que no se vio del último entrenamiento antes de Venezuela | Eliminatorias 2026 | DEPORTE-TOTAL

Papa Francisco: El médico que trató al Papa: “Tuvimos que elegir entre dejarlo ir o probar con todo” | Vaticano | Santa Sede | Iglesia Católica | últimas | MUNDO

Ollanta Humala: Juicio oral por aportes al Partido Nacionalista empieza la fase de alegatos finales este martes 25 de marzo | POLITICA

El conflicto en Oriente Próximo, en directo | Las autoridades israelíes ponen en libertad al codirector del documental sobre Palestina que ganó un Oscar | Internacional

Gérard Depardieu niega las acusaciones de agresión sexual



La sombra de Donald Trump sobrevolará la campaña de las elecciones de Canadá del próximo 28 de abril. Como se esperaba, el nuevo primer ministro, Mark Carney, acudió este domingo a Rideau Hall, la residencia de la gobernadora general, Mary Simon, para adelantar los comicios. La cita con las urnas llega en un momento de fervor nacionalista frente a la agresión dialéctica y económica del presidente de Estados Unidos, cuya intervención ha dado un vuelco a las encuestas. El Partido Liberal de Carney llega ahora como favorito a unas elecciones que hace poco parecían ganadas por Pierre Poilievre, el líder del Partido Conservador. Carney lanzó la campaña con un ataque contra Trump, una apelación a la unidad (“somos más fuertes juntos”) y un grito patriótico: “¡Viva Canadá!”.

En una intervención en que alternó el inglés y el francés, Carney dio el pistoletazo de salida camino de unas elecciones existenciales. “Nos enfrentamos a la crisis más importante de nuestras vidas debido a las injustificadas acciones comerciales del presidente Trump y sus amenazas a nuestra soberanía. Nuestra respuesta debe ser construir una economía fuerte y un Canadá más seguro”, dijo.

“El presidente Trump afirma que Canadá no es un país real. Quiere quebrarnos para que Estados Unidos pueda adueñarse de nosotros. No permitiremos que eso suceda. Hemos superado la conmoción de la traición. Nunca debemos olvidar las lecciones. Tenemos que cuidarnos a nosotros mismos. Tenemos que cuidarnos unos a otros”, argumentó, antes de proponer ayudas para los sectores afectados y rebajas fiscales para la clase media. “No podemos controlar al presidente de Estados Unidos, pero sí podemos controlar nuestro propio destino. Somos dueños de nuestra propia casa. Podemos construir un nuevo Canadá para nosotros. Podemos darnos a nosotros mismos más de lo que cualquier gobierno extranjero puede quitarnos, y la mejor manera de hacer frente a esta crisis es fortalecer nuestro país y ayudar a las personas que se verán más afectadas por estos aranceles”, dijo.

Trump no solo ha declarado la guerra comercial a Canadá, sino que además ha estado coqueteando con la idea de anexionar el país y convertirlo en el Estado número 51 de Estados Unidos. Faltó reiteradamente al respeto al anterior primer ministro, Justin Trudeau, al que llamaba “gobernador”, como si no fuera el mandatario de un país soberano, sino el responsable de uno más de los Estados Unidos. Los canadienses han vivido el acoso de su vecino y tradicional aliado como una injusta traición.

La intervención de Trump se unió al relevo en el Partido Liberal para provocar un vuelco en las encuestas. Justin Trudeau, cuya popularidad había caído en picado tras una década en el poder, renunció al cargo en enero tras perder el respaldo de sus socios parlamentarios, evitando así una moción de censura. Los liberales eligieron como líder a Carney, que con ello asumía de forma casi automática el puesto de primer ministro en pleno receso de la Cámara de los Comunes. Carney convoca las elecciones justo antes de la fecha prevista para la reanudación de la actividad parlamentaria.

Canadá, una democracia parlamentaria, elige en las urnas a los 343 diputados de la Cámara de los Comunes, que a su vez otorgan la confianza al primer ministro. El sistema electoral es mayoritario uninominal de una sola vuelta, igual que en el Reino Unido. En cada uno de los 343 distritos, los votantes pueden elegir un único candidato de entre los que se presentan, proclamándose ganador aquel que recibe el mayor número de votos. Aunque las encuestas están igualadas para el voto popular, la distribución del voto por circunscripciones beneficia a los liberales.

La primera visita internacional de los mandatarios canadienses suele ser a Estados Unidos. Carney, sin embargo, ni siquiera ha hablado por teléfono con Trump desde que asumió el cargo el pasado 14 de marzo. En lugar de ello, prefirió viajar al Reino Unido y Francia y reforzar sus lazos de amistad. El primer ministro exige que se respete a Canadá y trata de dibujar una estrategia negociadora que combina la paciencia con la búsqueda de alternativas.

La resistencia frente a Trump y la identidad canadiense se presentan como los grandes argumentos de campaña. En un primer vídeo difundido en las redes sociales, Carney aparece presenciando un partido de hockey sobre hielo con una gran bandera de Canadá detrás cuando llega el actor y cómico Mike Myers, residente en Estados Unidos. El primer ministro le examina para ver si es un verdadero canadiense y tras concederle el aprobado este le pregunta si siempre existirá su país: “Siempre habrá un Canadá”, le contesta Carney antes de que ambos se saluden con un “codos arriba”, el gesto de lucha de una leyenda del hockey que se ha convertido en símbolo nacionalista de la resistencia frente a Trump.

La victoria canadiense frente a Estados Unidos en la guerra del hockey (la final de un torneo de selecciones de la NFL) se vivió como una gesta. Las camisetas de Canadá no se vende, el boicot a productos estadounidenses y la afirmación patriótica de un país por lo general considerado frío y desapasionado dan un tono completamente diferente a la campaña.

A favor de Carney juega además su prestigio como gobernador del Banco de Canadá, primero, y del Banco de Inglaterra, después. En el primer caso, lidió con los efectos de la crisis financiera provocada por la caída de Lehman Brothers en el país vecino. En Londres, su política monetaria redujo el impacto del Brexit sobre la economía británica.

El líder conservador, descolocado

Pierre Poilievre, mientras, se ha quedado descolocado con el giro de los acontecimientos. Saboreaba por adelantado la victoria casi segura que le otorgaban las encuestas cuando las elecciones parecían ser un referéndum sobre Trudeau. Con su populismo derechista, Poilievre, de 45 años, ha mantenido un discurso de resonancias trumpistas con la inflación y la inmigración como grandes ejes y un lema (”Canadá primero”) que es un eco del que Trump ha usado para declarar la guerra comercial. El trumpismo, sin embargo, cotiza a la baja ahora en Canadá.

Poilievre ha comparecido este domingo en Gatineau (Quebec), poco antes que Carney, y ha redoblado su mensaje en favor de las rebajas de impuestos y en contra de las supuestas “fronteras abiertas” a la inmigración. “Por primera vez en la historia de Canadá, nuestros jóvenes no pueden permitirse una vivienda; las fronteras abiertas y las leyes liberales sobre delincuencia y drogas han desatado la violencia, el desorden y las sobredosis mortales. Diez años de liberales subiendo impuestos y bloqueando proyectos de recursos han empujado medio billón de dólares a Estados Unidos, lo que nos ha dado el peor crecimiento de todo el G-7, y todo esto fue antes de los aranceles de Donald Trump”, ha dicho.

A Poilievre se le vio algo incómodo con las preguntas de los periodistas sobre Trump. La primera de ellas fue si le respetaba. “Respeto la figura del presidente de Estados Unidos, y tenemos que mostrar respeto a otros líderes mundiales. La conclusión es que los estadounidenses compran el 75% de nuestros productos. Así que, sea quien sea el primer ministro, tendrá que tratar, en algún momento, con el presidente Trump. Solo lleva poco tiempo en el cargo. Va a estar cuatro años más. Se puede ser respetuoso y firme”, contestó. Cuando le preguntaron por las similitudes de sus políticas con las del estadounidense, se ha salido algo por la tangente y ha acabado haciendo un retrato apocalíptico de Canadá, con muchos paralelismos al que hacía el republicano de Estados Unidos.

El conservador se ha quedado sin Trudeau, blanco principal de sus ataques, pero trata de presentar a Carney como más de lo mismo. “No podemos permitirnos otra década perdida de liberalismo. Necesitamos poner a Canadá primero para cambiar, con un nuevo gobierno conservador que baje impuestos, recompense el trabajo, dé rienda suelta a los empresarios, aproveche nuestros recursos, fabrique cosas aquí, construya hogares para nuestros jóvenes, asegure nuestras fronteras, reconstruya nuestro ejército, honre nuestra historia y enarbole nuestra bandera”, dijo Polievre, que arremetió especialmente contra el impuesto al carbono.

Hábilmente, como una de sus primeras medidas, Carney ha suprimido desde el 1 de abril para los particulares (no para las empresas) ese impuesto a las emisiones y carburantes impulsado por Trudeau, que se había convertido en un flanco débil para los liberales. Poilievre sigue criticándolo, diciendo que lo que hace Carney es ocultar el impuesto durante el mes de campaña electoral para que no se note en las gasolineras y que luego lo recuperará. Sin embargo, una vez que deje de estar en vigor para los ciudadanos, la de Poilievre será en parte una batalla contra molinos de viento.

Las encuestas favorecen a Carney

Según un cómputo de sondeos de CBC, la corporación de radiotelevisión pública canadiense, los liberales liderados por Carney se sitúan en cabeza en intención de voto, con un 37,5%, frente a los conservadores de Poilievre, con un 37,1 % de apoyo. Aunque están cerca en el voto popular, la base de votantes liberales está repartida de manera más uniforme por todo el país, lo que les da una clara ventaja en el número de escaños que podrían ganar sobre los conservadores, que tienen un apoyo concentrado en Alberta y Saskatchewan, explica Radio Canada.

De hecho, esa media de encuestas proyecta 174 escaños a los liberales, lo que les daría la mayoría absoluta, por encima de los 134 de los conservadores y de los 26 de los nacionalistas de Quebec. La Cámara de los Comunes pasará de 338 a 343 miembros y, con ello, la mayoría absoluta, actualmente en 170 escaños, se situará en 172. La proyección adjudica una probabilidad entre dos de lograr una mayoría suficiente para gobernar en solitario a los liberales, que llevaban casi tres años por detrás en las encuestas.

El tercer partido por voto popular es el de los Nuevos Demócratas de Jagmeet Singh, con un 11,3% de los sufragios, seguido por el Bloc Québécois, con un 6,4%, y los Verdes, con un 3,8%. En este caso, sin embargo, la dispersión del voto de los nuevos demócratas juega en su contra. Solo lograrían 7 escaños, frente a los 26 de los nacionalistas de Quebec. Las proyecciones dan dos diputados a los verdes.



Source link