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Los tres puntos opacaron todas las deficiencias que adolece esta selección peruana. También nos recordaron una obviedad que no vieron Agustín Lozano y compañía, cuando a mediados del 2022 decidieron extirpar a Ricardo Gareca de la Videna sin un proyecto serio y convencional que se adecue al ADN rojiblanco.
Las consecuencias son evidentes, dos años perdidos y una clasificación que pende de un hilo. Ibáñez, escueto en su experiencia como técnico, tampoco es un profuso mago. Así nos obliguemos todos a creer en esa posibilidad. Las matemáticas son rigurosas y no hay margen de error. Solo la victoria puede mantener con vida a Perú rumbo al repechaje. Peor aún, además de la épica, dependemos de otros resultados.
Es cierto, Venezuela no llega bien. Pero nosotros estamos peor. Al menos en la tabla de posiciones. Los argumentos que mostró la selección peruana, sin embargo, hacen más creíble la consolidación de de este resurgir bicolor que empezó el jueves.

Perú venció por 3-1 a Bolivia en el Estadio Nacional. (Foto: GEC)
El partido de Óscar
Sin grandes éxitos como entrenador pese a una carrera que ya se prolonga hasta los diez años, Ibáñez ha sido tan astuto como cuando se ponía los guantes y se paraba bajo los tres palos. Si algo tuvo como futbolista más allá del éxito es una vocación de hermano mayor. Un líder discreto que afianzó el tricampeonato en Ate y lideró la épica con Cienciano en la Sudamericana y la Recopa.
Su trayectoria le abre las puertas del camerino, pero su ascendencia le abre los brazos de los referentes. Ibáñez, inteligente, apuntó a ordenar aquello que otros alteraron con ínfulas de innovadores. Óscar, en su inexperiencia como seleccionador, tuvo la lucidez para devolverle la memoria a un equipo fundido en los malos resultados, pero también sostuvo su claridad para los cambios. Parece fácil, pero fue el único que lo hizo.
A diferencia de cuando era arquero, hoy la responsabilidad del fracaso será absolutamente suya. Sin retos complejos como entrenador, lo suyo es comparable únicamente con la competencia como futbolista. El martes, en Maturín, no importa que Perú juegue bonito si es que no gana.
La exigencia apunta al resultado. Ganar.

Perú ha tenido tres técnicos en las Eliminatorias 2026. (Foto: ITEA Sports)
Ibáñez lo tiene claro y no duda, ni sufre de nervios. Pétreo y frío como cuando atajaba, Óscar -que ha logrado el triunfo más trascendente de la selección peruana en los dos últimos años pese a ser presentado como técnico interino- sabe que, a diferencia de los elogios que se ganó como jugador, su posición es accidental.
Ese escenario no lo sonroja ni le genera falta de sueño. Correcto siempre para declarar, discreto para conducirse, el técnico de la selección peruana sabe que está jugando con la tentación del fracaso. sabe que puede correr la misma suerte que Chemo o Julio César Uribe.
Puede ser el martes el reto más grande que enfrente en 38 años en el fútbol, entre jugador, asistente y entrenador. A diferencia de años anteriores, la ausencia de triunfo le costará la cabeza.
Perú vs. Bolivia | 3-1 |
Venezuela vs. Perú | 25/03 |
Colombia vs. Perú | 03/06 |
Perú vs. Ecuador | 08/06 |
Uruguay vs. Perú | 08/09 |
Perú vs. Paraguay | 13/09 |
El plan Maturín
Ibáñez apostó por la coherencia. Ubicó a quien corresponde donde mejor rinde. Sin inventos ni experimentos feroces que pongan en riesgo las habilidades de sus dirigidos. Apeló también a la lógica y puso a quienes mejor momento pasan en sus clubes. De ahí que la apuesta por Renzo Garcés fue un acierto rotundo.
El defensa hizo olvidar a cualquier apellido en esa posición. Por eso es muy probable que en Maturín, Garcés mantenga el titularato y sea Abram quien le entregue la posta a Carlos Zambrano. Un factor adicional que acentúa la apuesta es que Garcés y Zambrano se conocen de memoria por ser compañeros en Alianza Lima.
En el mediocampo deberían ser inamovibles Renato, Peña y Carrillo. En los extremos Reyna y Polo tampoco deberían ser cambiados, mientras que en ataque surge la duda si es que utilizar a Paolo Guerrero desde un inicio o apostar por el desgaste y la fricción de Lapadula en el primer tiempo. En el camerino se tiene claro que Paolo quiere jugar todo y no le preocupa el físico. Ante Bolivia jugó 80 minutos, aunque en el último tramo su recorrido se redujo.
Perú además cuenta, a diferencia de otras ocasiones con recambios de buen nivel. Ahí están Noriega y Aquino para la marca, mientras que Orejas y Quevedo son esa bocanada de aire necesaria frente al cansancio.
Un factor a tener en cuenta es la temperatura. En Maturín una sensación térmica cercana a los 36 grados pese a jugar de noche, por lo que el agotamiento puede ser el otro rival a vencer en jugadores clave como Advíncula, Trauco, Carrillo y Guerrero. Pero la aclimatación al calor es clave.
André Carrillo: “Paolo Guerrero está bien, el viejito la sigue metiendo, que siga. Hoy jugué en una posición que no estoy habituado: segundo punta con balón y mediocampo sin balón, pero me sentí cómodo” @dt_elcomercio pic.twitter.com/GWtdEc13y4
— Fernanda Huapaya (@FernandaHuapaya) March 21, 2025