Durante la campaña electoral del pasado otoño en EE UU, la candidata demócrata, Kamala Harris, argumentaba que mientras ella llegaría a la Casa Blanca con una lista de tareas, su rival, Donald Trump, lo que tenía es una lista de enemigos. Algo parecido a una de sus listas de enemigos es la orden que publicó la noche del viernes el presidente, denegando el acceso a información clasificada como confidencial a su antecesor, Joe Biden, a la propia Harris y a su rival en las elecciones de 2016 y antigua secretaria de Estado, Hillary Clinton. Trump prometió una presidencia de venganza, revanchismo y persecución de sus rivales políticos durante la campaña electoral y está cumpliendo.
Es habitual que los antiguos presidentes, vicepresidentes y secretarios de Estado, entre otros cargos de responsabilidad, sigan recibiendo información confidencial después de dejar el cargo. Con su decisión, Trump se venga de que Biden le retirara en su día el acceso a la información clasificada tras asumir el poder en 2021 después del asalto al Capitolio del 6 de enero de ese año.
En la lista de excluidos están también algunos de los fiscales que investigaron a Donald Trump por sus delitos y fraudes (Letitia James y Alvin Bragg), así como los dos congresistas republicanos (Liz Cheney y Adam Kinzinger) que formaron parte de la comisión parlamentaria que investigó la responsabilidad del presidente en el asalto al Capitolio y varias personas que participaron en el primer proceso político (impeachment) contra Trump. Y también se repiten los nombres de personas del equipo de Biden (Antony Blinken y Jake Sullivan) a las que ya había ordenado previamente retirar el acceso a secretos oficiales.
“He determinado que ya no es de interés nacional que las siguientes personas accedan a información clasificada: Antony Blinken, Jacob Sullivan, Lisa Monaco, Mark Zaid, Norman Eisen, Letitia James, Alvin Bragg, Andrew Weissmann, Hillary Clinton, Elizabeth Cheney, Kamala Harris, Adam Kinzinger, Fiona Hill, Alexander Vindman, Joseph R. Biden Jr. y cualquier otro miembro de la familia de Joseph R. Biden Jr”, dice un memorando firmado por Trump el viernes.
Trump ordena a todos los jefes de departamentos y agencias ejecutivas que tomen todas las medidas adicionales que sean necesarias y coherentes con la legislación vigente para revocar cualquier habilitación de seguridad activa que posean esas personas e impedir inmediatamente su acceso a información clasificada. También les ordena que revoquen el acceso sin acompañamiento de seguridad de estas personas a las instalaciones seguras del Gobierno de Estados Unidos.
“Esta medida incluye, entre otras cosas, la recepción de informes clasificados, como el Informe diario del presidente, y el acceso a información clasificada en poder de cualquier miembro de la comunidad de inteligencia en virtud del anterior cargo de las personas mencionadas en el Congreso”, indica la disposición. La revocación se extiende también para el caso de que alguno de ellos haya recibido una autorización de seguridad en virtud de su empleo en una entidad privada.
Aunque pueda complicar el acceso de algunos de ellos a oficinas federales, la revocación es sobre todo simbólica. Se trata de señalar a sus enemigos. No está claro qué grado de acceso tenían algunos de los incluidos en la lista. En el caso de Biden, supone que deje de recibir el informe diario de inteligencia, pero tampoco tiene una especial necesidad de ello una vez retirado de la vida pública.
Trump ya firmó una orden en el primer día de su mandato por la que revocaba las autorizaciones de seguridad de 51 ex altos cargos de inteligencia que firmaron una carta abierta en 2020 en la que afirmaban que el descubrimiento de un ordenador portátil de Hunter Biden, el hijo de Joe Biden, tenía “todos los rasgos clásicos de una operación de información rusa”, algo que luego no se confirmó.
También había retirado las credenciales de seguridad previamente a algunos de los altos cargos de su primer mandato que luego fueron críticos con él, entre ellos el que fue su consejero de seguridad nacional, John Bolton, y su secretario de Estado, Mike Pompeo.
El presidente también anunció esta misma semana que retiraba la escolta a los hijos de Joe Biden, Ashley y Hunter Biden. “Hunter Biden ha tenido protección del Servicio Secreto durante un largo periodo de tiempo, todo pagado por el contribuyente estadounidense. Hay hasta 18 personas en este destacamento, ¡lo cual es ridículo!”, escribió en Truth, su red social. “Se informa de que, con efecto inmediato, Hunter Biden dejará de recibir protección del Servicio Secreto. Asimismo, Ashley Biden, que cuenta con 13 agentes, será retirada de la lista”, añade.