Alejandro Salas, quien fuera uno de los ministros más cercanos y de mayor confianza de Pedro Castillo durante su gobierno, se reencontró este jueves con el expresidente. El escenario fue la sede de audiencias de la Corte Suprema en el complejo policial de la Dinoes, en la sexta audiencia del juicio contra el exmandatario y un grupo de exintegrantes su gabinete por el golpe de Estado del 7 de diciembre.
Lejos de la cercanía que tuvieron cuando eran parte del Ejecutivo, época en que llegó a ser considerado como uno de los sus más fieles ‘escuderos’, esta vez el exmandatario y el exministro apenas intercambiaron miradas. No era para menos. Pedro Castillo estaba sentado en el banquillo de los acusados, donde se enfrenta a una posible condena de 34 años de prisión, y Alejandro Salas cumplió con presentarse como uno de los testigos más importantes del Ministerio Público
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Interrogado por la fiscal adjunta suprema Alejandra Cárdenas, Alejandro Salas ofreció el primer testimonio del juicio referido a la justificación o la explicación que intentó darle Pedro Castillo luego de emitir su mensaje golpista: que “no tenía los votos”, en evidente alusión a la moción de vacancia presidencial que se iba a votar ese mismo día en el Congreso.
El exministro sostuvo que no sabía que Pedro Castillo iba a dar ese discurso y que tan pronto como lo escuchó, supo que implicaba una ruptura del orden constitucional y decidió renunciar. Luego, ingresó al Despacho Presidencial a increparlo y a decirle que había cometido un delito. Fue allí donde el entonces mandatario le hizo referencia a la votación como única respuesta por su acto.

Su testimonio comenzó recordando que, en la jornada previa, el 6 de diciembre, tuvo una reunión en Palacio de Gobierno para preparar la defensa del presidente en el Congreso frente a la moción de vacancia. Participaron él, el propio Pedro Castillo, los ministros César Landa (Relaciones Exteriores), Félix Chero (Justicia), Roberto Sánchez (Comercio Exterior y Turismo) y dos abogados del presidente: el penalista Benji Espinoza y el constitucionalista José Palomino.
Explicó que en esa reunión se determinó quiénes iban a intervenir junto a Pedro Castillo en el Congreso y por cuánto tiempo, pero también se compartió la proyección de votos que manejaban en la previa sobre cómo iba a ser la votación del día siguiente. La conclusión de esta era que la oposición no iba a lograr los 87 votos requeridos para vacar al mandatario.
“Lo que se evidenciaba en el escenario más pésimo era que el Congreso iba a alcanzar 82 votos y lo que se necesita para vacar a un presidente eran 87 votos. Y en el escenario más optimista, eran alrededor de 75 a 77 votos. Habíamos hecho un estudio previo, una prognosis -porque no se sabía en el debate qué era lo que finalmente iba a suceder- de que no se iba a dar la vacancia”, dijo Salas.
Consultado sobre si Pedro Castillo sabía de esa proyección, respondió que no recuerda si se la dijeron directamente, pero recordó que el presidente estuvo en esa reunión de trabajo y que “era algo de lo que se hablaba de manera constante y permanente”. Por la noche, sin que él lo supiera, el entonces jefe de Estado emitió un mensaje a la nación, que “estaba vinculado a lo que iba a suceder en el Congreso el 7 de diciembre”.

Alejandro Salas, exministro de Trabajo, declara como testgo en el juicio de Pedro Castillo y sus exministros por el golpe de estado. Foto: GEC / Alessandro Currarino
El día del golpe
De cara al 7 de diciembre, Alejando Salas dijo que el gabinete estaba convocado para las 2 p.m. en Palacio de Gobierno, por lo que primero fue a su despacho en el Ministerio de Trabajo para repasar lo que iba a decir ante el Congreso. Así estuvo hasta que recibió una llamada de la presidenta del Consejo de Ministros, Betssy Chávez.
“Me acerco al teléfono y recibo la comunicación de quien era premier, Betssy Chávez, manifestándome si no había leído en WhatsApp, porque se estaba convocando a una reunión urgente en Palacio. Respondo que no, porque estaba leyendo lo que iba a ser mi intervención. Como establecieron que era una llamada urgente a Palacio y a las 3 era la moción, de pronto dije ‘se están cambiando algunos planes, de repente algunos ya no van a oralizar’, qué sé yo. Entonces, salgo inmediatamente”, dijo.
Cuando llegó a Palacio de Gobierno, llegó hasta la Sala Quiñones, próxima al Despacho Presidencial, donde ya estaban los ministros Heidy Juárez (Mujer y Poblaciones Vulnerables) y Eduardo Mora (Producción). Según dijo, le pidió a un edecán que le informe a Pedro Castillo que ya había llegado. La respuesta fue que lo iban a “atender después, ahorita no pueden”.
“Me quedo en el Salón Quiñones con el resto de ministros que estaban, supe que otros estaban en camino. Mientras los mozos nos atendían, se prende el TV y nos encontramos con que se había iniciado un mensaje a la nación”, relató. “Fue una absoluta sorpresa para muchos que estábamos preparados para usar la Constitución dentro del marco democrático para ir al Congreso a defender la vacancia”.
Alejandro Salas, abogado de profesión, indicó que al escuchar al presidente detectó distintas situaciones en las que había “una irrupción del orden constitucional”, entre ellas el anuncio de un “gobierno de excepción”, lo que requiere la aprobación del Consejo de Ministros. “Yo dije: si nos han convocado es para regularizar algo que no es correcto. Bajo ninguna circunstancia yo podía asentir cualquier posibilidad de verle algo de legalidad a ese mensaje. Las puertas estaban cerradas. Supe en ese momento que tenía que renunciar. Tuve que buscar la forma en que mi respuesta sea inmediata”.

Pedro Castillo junto a Alejandro Salas luego de su juramentación como ministro de Trabajo y Promoción del Empleo. Foto: Presidencia
Fue así que ingresó al Despacho Presidencial para buscar y hablar con el presidente, con quien tenía una relación cercana y de confianza: “Cuando se abren las puertas del Salón Grau (que da al Despacho Presidencial), ingreso y me encuentro con una escena: encuentro a un camarógrafo y una reportera de televisión que estaba emprendiendo la salida, al edecán. A la derecha estaban Aníbal Torres (asesor principal de la PCM), Gustavo Bobbio (ministro de Defensa), Willy Huerta (ministro del Interior) y Betssy Chavez. Al frente, en el Despacho Presidencial, estaba el señor Pedro Castillo”.
“Me acerco (a Pedro Castillo) y le digo lo que consideré en ese momento. Como siempre, expresé con él con absoluta franqueza lo que pude, en ese momento, descifrar. Y le dije: usted ha leído un delito. Y la respuesta de él fue: no tenía los votos. En ese momento salí, porque mi renuncia estaba prácticamente estaba materializada. Fui el primer ministro en renunciar”, relató.
Cuando se le preguntó si el hoy acusado le dio otra respuesta, respondió que no. “Opté por retirarme de manera inmediata”, explicó.
El exministro sostuvo que comenzó a sentir angustia y temor, al considerar que se había convertido en “alguien que de todas maneras era incómodo” para el anunciado régimen de excepción. Sin embargo, en los minutos siguientes, el resto del gabinete comenzó a renunciar sucesivamente, las Fuerzas Armadas y la Policía se pronunciaron en contra del golpe, Pedro Castillo fue detenido cuando se iba a la Embajada de México y el Congreso lo vacó con 104 votos.
Fue así que el gobierno que Alejandro Salas había defendido a capa y espada durante sus diez meses como parte del gabinete (seis como ministro de Cultura y cuatro como ministro de Trabajo) cayó en menos de dos horas de pronunciado el mensaje golpista. La aventura golpista de Pedro Castillo tuvo como destino el penal de Barbadillo, donde sigue recluido mientras se desarrolla el juicio.

Pedro Castillo ingresa a la sala de audiencias durante la séptima audiencia de su juicio por el golpe de estado. Foto: GEC / Alessandro Currarino
A diferencia de las tres audiencias anteriores, donde se permitió su ausencia por motivos de salud, Pedro Castillo esta vez sí estuvo en la sala. De hecho, estuvo sentado solo a metros de su exministro. Su defensor público luego contrainterrogó a Alejandro Salas. Su principal cuestionamiento fue a qué se refirió cuando le dijo al expresidente que “estaba cometiendo un delito”.
“Sentí que se estaba irrumpiendo el orden constitucional y que una persona ligada al derecho y las leyes, que está de mano de la Constitución, no podía permitirlo. Quien va a juzgar será la justicia, pero esa fue mi apreciación en ese momento”, respondió.
Luego, puso en duda si Pedro Castillo realmente había dicho que iba instaurar un “régimen de excepción”. “En la lectura se habla de un régimen de excepción, de instaurar un régimen de excepción, es lo que logro escuchar y deduzco. En el sentido de que, para un régimen de excepción, se necesita acuerdo del Consejo de Ministros. Entonces dije: nos están convocando para regularizar algo que no se ha hecho”, replicó el testigo.
En efecto, solo con volver a ver u oír el mensaje se evidencia que el golpista sí se refirió textualmente a ello: “En atención al reclamo ciudadano a lo largo y ancho del país, tomamos la decisión de establecer un Gobierno de Excepción orientado a restablecer el estado de derecho y la democracia”, fue parte de lo leído por Pedro Castillo, con las manos temblorosas, aquel 7 de diciembre.
El abogado del acusado también intentó que el exministro diga si el mensaje fue un delito o si fue una infracción constitucional. No obstante, la sala rechazó la pregunta por no ser relevante para el objeto del juicio: determinar si hubo responsabilidad penal de los acusados. Las infracciones a la Constitución solo son determinadas por el Congreso mediante un juicio político.

Alejandro Salas, exministro de Trabajo, hace un gesto a Pedro Castillo al final de su declaración como testigo en el juicio por el golpe de estado. Foto: GEC / Alessandro Currarino
Testigos implican a Betssy Chávez y Aníbal Torres
En la audiencia de este jueves también declararon otros tres testigos: Luis Matkovich Lazarte, exedecán FAP de Pedro Castillo; Juan Navarro Pando, secretario general del Ministerio de Cultura durante la gestión de Betssy Chávez en esa cartera y durante el golpe; y Luis Alberto Mendieta, exjefe del Gabinete de Asesores de Presidencia,
Juan Navarro Pando confirmó que fue Betssy Chávez quien dio la orden y quien inició las coordinaciones para lo que sería la transmisión del mensaje golpista mediante la señal de TV Perú, el canal del Estado. Para no alertar sobre el verdadero propósito, alegó que la transmisión iba a ser para una “entrevista”, sin dar mayores explicaciones.
El testigo era un funcionario de confianza de Betssy Chávez. Ella lo había nombrado secretario general del Mincul en agosto del 2022, cuando asumió esa cartera, y permaneció en ese cargo luego de que ella pasó a ser presidenta del Consejo de Ministros a fines de noviembre. Pese a que ya no trabajaba directamente para ella, la exministra lo llamó el 7 de diciembre pasadas la 10 a.m., antes del mensaje.
“Al contestar, reconocí la voz de la presidenta del Consejo de Ministros, quien me indica que había estado intentando llamar en varias ocasiones, sin que pueda contestar, el presidente del Instituto Nacional de Radio y Televisión. Me solicitaba que pudiera comunicarme con él con la finalidad de que pudiera ir una unidad periodística a cubrir una entrevista a la sede propiamente de PCM, indicándome que la coordinación, la llegada, tenía (que ser) con su asesor William Riveros”, dijo.
Ese pedido atribuido a Betssy Chávez desató una serie de coordinaciones que terminarían con la llegada de la reportera Cintya Malpartida y el camarógrafo Antonio Pantoja a Palacio de Gobierno para transmitir lo que, según les dijeron sus jefes, iba a ser una entrevista, presumiblemente a Betssy Chávez. La cadena fue descrita por los testigos de la fiscalía que declararon el viernes pasado y fue reportada por este diario en un informe previo.

Juan Navarro Pando, exsecretario general del Ministerio de Cultura, declara como testgo en el juicio de Pedro Castillo y sus exministros por el golpe de estado. Foto: GEC / Alessandro Currarino
Luego de recibir la orden de Betssy Chávez, Juan Navarro Pando la trasladó a Fernando Aliaga, presidente del IRTP; quien hizo lo propio con Roberto Wong, gerente de prensa de la misma entidad. Este le envió la solicitud a Nelly Torres, productora de TV Perú, quien dispuso enviar al equipo periodístico más cercano al lugar, que era el que encabezaba Cintya Malpartida. Ninguno de ellos, remarcaron en sus testimonios, sabía del verdadero propósito de la transmisión.
En tanto, el exedecán de Pedro Castillo dijo que Betssy Chávez y Aníbal Torres estuvieron en el Despacho Presidencial la mañana del 7 de diciembre, antes del mensaje golpista, de la convocatoria al gabinete para que vaya a Palacio de Gobierno y de la llamada para que acuda un equipo de TV Perú para la transmisión.
Consultado por ese aspecto por la fiscalía, el militar dijo que “durante la mañana creo que sí han estado”. Luego, cuando se le mostraron sus declaraciones previas para recordar lo que dijo durante la etapa de investigación, se ratificó en que ambos estuvieron allí esa mañana y que los vio en el lugar “unas dos o tres veces”.
En el contrainterrogatorio que le hizo la defensa de Aníbal Torres, el testigo precisó que los vio presencialmente porque fue él quien les abrió la puerta del Despacho Presidencial en esas ocasiones. Además, indicó que hay cámaras que graban los ingresos al Despacho Presidencial y que deben haber capturado esos momentos.
Matkovich es el edecán a quien en las imágenes grabadas minutos antes del mensaje se ve acomodando la banda presidencial. En el juicio, explicó que una de sus funciones era precisamente colocar la banda al jefe de Estado solo “para discursos a la nación, ceremonias castrenses y para aniversario patrios”. La defensa del expresidente ha tratado de alegar que lo del 7 de diciembre no fue un mensaje a la nación, sino solo un discurso o una proclama política.

Luis Matkovich, exedecán FAP de Pedro Castillo, declara como testigo en el juicio por el golpe de estado. Foto: GEC / Alessandro Currarino
Sobre ese día, indicó que previo a la emisión del mensaje, el presidente hizo llamar a Aníbal Torres y Betssy Chávez para que se dirijan al Despacho Presidencial. Añadió que cuando ambos llegaron, también estaban en el despacho los ministros Gustavo Bobbio (Defensa) y Willy Huerta (Interior). Luego, llegó el equipo periodístico, guiados personalmente por la jefa del gabinete.
“Los dejo en el despacho y el presidente me llama por un anunciador que tenemos, un timbre, y me pide que le coloque la banda presidencial (…) Me retiro del despacho y me voy a lasa de decanos”, añadió.
Así, explicó que no estuvo en el lugar cuando el mandatario pronunció el mensaje golpista. Sin embargo, lo volvió a llamar luego de que este terminó: “Me dice que le quite la banda y la guardo en el armario donde se guarda la banda. Luego me retiro del despacho hacia el Salón Grau y luego a sala de edecanes. El ministro Salas pidió ingresar al despacho e ingresó”.
El edecán también contó que minutos antes del mensaje, Luis Alberto Mendieta, jefe del gabinete de asesores de Pedro Castillo, le entregó un fólder para el presidente. Según le indicó, ese documento “era la última versión” y se lo tenía que entregar al presidente, por lo que ingresó al despacho de este y se lo dejó en su escritorio.
El propio Luis Alberto Mendieta fue interrogado por ello y afirmó que lo que entregó era el discurso final para su defensa en el Congreso, el mismo que se había estado trabajando en la referida reunión del día previo. En cuanto al mensaje golpista, sostuvo que no sabe quién lo elaboró y que se enteró de este cuando vio el mensaje por una televisión en su despacho de Palacio de Gobierno.
También dijo que lo leído por Pedro Castillo ese día no era coherente con los discursos que él le escribía como su jefe del gabinete de asesores, por tener contenido “apartado a lo que rige la Constitución”. “Como lo dije varias veces: ese mensaje se apartó de la Constitución”, afirmó.

Luis Mendieta, exjefe del gabinete de asesores de Presidencia, declara como testigo en el juicio de Pedro Castillo por el golpe de estado. Foto: GEC / Alessandro Currarino
Juicio por el golpe sigue este viernes 21
Pedro Castillo deberá acudir presencialmente
El juicio oral de Pedro Castillo y sus tres exministros continuará este viernes 21 de marzo desde las 09:00 a.m. Como en las sesiones previas, esta octava audiencia también será presencial, en la sala de audiencias de la Corte Suprema en la Dinoes, a solo metros del penal de Barbadillo.
Para esta audiencia, la Sala Penal Especial de la Corte Suprema citó a cuatro nuevos testigos de la fiscalía: Marcelo Puelles, ex jefe de prensa de la Presidencia del Consejo de Ministros; Cintya Malpartida, reportera de TV Perú llevada a Palacio de Gobierno para la transmisión del mensaje; William Riveros, exasesor de Betssy Chávez en la PCM; y Milagros Azucena Talledo, exsecretaria de la PCM.
Luego de tres audiencias en las que se permitió su ausencia por motivos ligados a su salud y su fugaz huelga de hambre, Pedro Castillo volvió a atender en persona el juicio. Sin embargo, su defensa pidió que se la haga una evaluación médica para determinar si su presencia en la sala no iba a afectar su estado.
Un médico legista lo evaluó e informó que se encontraba estable, solo con las molestas derivadas de dos condiciones que arrastra: una lumbalgia (dolor de espalda) y una gastritis, que son tratadas con medicamentos. El médico indicó que ello no impide su presencia en la audiencia, pero recomendó que luego de una hora se haga una “pausa activa” para aliviar eventuales dolores de espalda.
Todo ese trámite motivó que el inicio de la declaración de los testigos recién se pueda hacer alrededor de las 10:10 a.m., cuando la audiencia comenzó a las 9:00 a.m.